lunes, 23 de septiembre de 2013

DIAMOND FLASH

A las películas que son una mierda les meto mucha caña. Pero no se crean que disfruto con ello, no soy tan malo (a veces si), es más, aunque siempre acabo haciéndolo, me lo pienso muchas veces antes de escribir una reseña destructiva. En primer lugar, porque como creador, sé como duele el que alguien destroce tu obra. Por eso tengo la máxima de no reseñar ninguna película que no tenga una vida comercial. En el momento que la tiene, por pequeña que esta sea (hablo de películas españolas), si hay que acribillarla, la acribillo (en el caso de merecérselo) por ser un producto público, porque lo estoy consumiendo, y por tanto en el momento que compro, eso es mío, y opino sobre ello lo que me sale de la polla. Y siempre tengo aquí, en  los comentarios, a los directores o a gente que tiene que ver con la película, protestando. Cuando eso ocurre, les mando a tomar por el culo, faltaría más, porque, además, en el caso de las producciones independientes (amateur en muchos casos, aún con ediciones en dvd), siempre me vienen con los mismos argumentos para justificar que son unos manazas, a saber: El poco presupuesto. Como si este tuviera que ver con el talento, que por otro lado, no suelen tener. El esfuerzo. Como si ya solo por lo que le ha costado al tío hacer la película, hubiera que valorarla… ni que “esfuerzo” fuera sinónimo de talento... Y quien dice esfuerzo, dice ilusión.  Otra cosa recurrente es acusarme de sentir envidia. No puedo decir que yo sienta envidia de nadie, honestamente. Y menos de los productos a los que acribillo…de todas formas, decir que todos los ataques  hacia obras de otros son producto de la envidia, se ha convertido en un tópico. No es envidia, señores, es que son ustedes unos manazas.
También me acusan de que les insulto… vale, culpable, ahí no hay excusa.
No obstante, menos veces, eso si, he reseñado peliculitas de estas baratas y las he dejado bien o incluso muy bien, ya que mi entusiasmo es el mismo, quizás exagerado, tanto cuando odio un producto, como cuando lo adoro… pero ahí nadie entra a protestar ni a rasgarse las vestiduras. Ni tan siquiera a agradecer la reseña (que yo sepa, tan solo lo ha hecho un director, y encima, extranjero), que tampoco hace falta en realidad, o sea que somos protestotes solo cuando nos conviene.
Así que, señores medio directores y demás equipo de peliculitas independientes españolas de mierda, CÓMANME  EL RABO.
Pero insisto, al acabar me siento terriblemente culpable, porque la mayoría de estos, de los cuales, en resumidas cuentas, he dicho que sus películas son una mierda, son unos pobres desgraciados a los que nadie hace caso, que intentan pasar su película amateur por cine profesional, acaban fracasando, y como en realidad no aman el cine, cuando ven que no consiguen ser mainstream, dejan de hacerlo. Eso si, mientras lo intentan, tildan su cine de “Independiente” o de “Underground”, insultando la tan cacareada y confusa etiqueta.
Como verán, esta parrafada, al igual que ellos se justifican de hacer una mierda, sirve para justificarme yo del degüello que a continuación viene de esto: “Diamond Flash”.
Porque, efectivamente, es una putada meterse con una peliculita de mierda a la que nadie hace caso, pero, ¿Y cuando se trata de una película de MIERDA, a cuyo director han comido la polla inmerecidamente, incluso llegando a decir que era la mejor película española del año cuando se rodó? (claro, que la otra mejor decían que era "Blancanieves", así que ustedes saquen sus conclusiones).
Tomo conciencia de que esta película existe en el momento que leyendo un libro dedicado al cine de culto, de manera muy forzada, y firmas pertenecientes a amistades del director, Carlos Vermut, comienzan a decir, poco menos,  que es una obra maestra. Que si es la polla, que si “Cómo juega el director con nuestra psique”, que si “Inclasificable” … ay, ay, ay, esto me huele a cuerno quemado. El libro en cuestión, todo el, parece una comida de polla a Vermút, parece que solo existiera para decir lo cojonuda que es esa película, más que un libro, parece un panfleto promocional. Se habla de muchas películas de culto en ese libro pero, cada dos por tres, referencias de los distintos autores a la mentada –y magistral- película. No me cuadra mucho y me imagino que, efectivamente, será un truño
Incluso, leo por ahí una  frase del Nacho Vigalondo de turno, diciendo que si es la mejor película de Súper Héroes que ha visto en su vida. Say no more.
Ente unas cosas y otras, veo que en la campaña viral de Internet, imperan las americanas con camiseta debajo, las gafas de pasta (discúlpenme ahora que yo las llevo… aunque sin más complementos snobs…) y sobretodo, el amiguismo. De hecho, la película se lleva no se que premio de no se que festival de poppies asquerosos y repugnantes, todos disfrazados de modernos, unos snobs de mierda que mezclan en su festival velocidad con tocino y que ven cine “Trash”, sin que me sepan decir ni diez películas adscritas al  sub-género… Vamos, hay un extra sobre el festival en el dvd, que no pude acabar de ver porque sentía vergüenza ajena. No voy ahí, ni aunque me pagasen.
Más adelante descubro que se estrena en una plataforma de cine on line de lo más conocida, y se convierte en la película más vista durante dos semanas (ahhh, esta es de esas películas cuya exhibición en cines no le beneficia… claro, claro…), y toda la prensa pone el grito en el cielo.
Vermút, es un respetado dibujante de cómics que tiene amigos influyentes en esos círculos, así que todo esto, tampoco es de extrañar. De hecho, me hablan de algún foro muy fuerte, en el que toda esta fauna se reúne.
En fin, que una película de la que solo leo virtudes y bondades, hay que verla, aunque solo sea para comprobar si es cierto lo que dicen de ella o no… (eso mismo pasaba con “Extraterrestre” del Vigalondo…) así que soy tan tonto que me la pillo en dvd. Un pack muy majo, eso si, acompañado con un libro con cómics e ilustraciones de lo más bonito (encima les hago publicidad…).
Pues me pongo la película…. Y no pasa nada… tías hablando, escenas inconexas unas con otras, un tío con una máscara, que supongo yo que será el tan cacareado Súper héroe,… vale, hasta ahí todo bien, soy un defensor de la anarrativa, si es que existe la palabra,  así que eso está bien. De hecho, yo tengo un largo con similar estructura, solo que consciente de su condición (“Lo-Fi Story 2”).
Pero es que, pasan los minutos, y la película no avanza, diálogos intrascendentes eternos, montaje básico ejecutado así, intuyo, voluntariamente (planos de conversaciones sin contraplano, por ejemplo) y lo que es peor ¡larga a más no poder! ¡coñazo absolutísimo!.
Dicen por ahí que es una película que asombra con sus giros, que empieza como un drama costumbrista, con la desaparición de una niña, y acaba con súper héroes (eso estaría por ver) asesinatos, sangre, y vuelta al drama… Bueno, no hay nada de eso, pero lo pretende. Pretende, efectivamente, ser la polla, pretende provocar, pero solo es una película amateur con ínfulas de profesionalidad, con actores profesionales no excesivamente horribles.
Y Carlos Vermút no es Leox Carax, ni Michael Haneke. Pero también lo pretende.
Y lo peor es ese tufillo que desprende a aspirante a película española.
Eso si, ¡que gran campaña publicitaria se han marcado los coleguis! Y la cosa no se queda tan solo en unas descargas en Filmin, un dvd maravillosamente editado y un puñado de buena prensa… No. Ahora le han dado medio millón de euros para que filme otro película, lo cual está muy bien, porque así podremos ver si lo de “Diamond Flash” era cosa del presupuesto.
¿Qué de que va? Yo resumo la película rápido: De unas tías que hablan. ¿Y de qué más? De más tías que hablan.
Una mierda.