lunes, 12 de junio de 2017

FUNNY BABY

La última película de Gene Wilder como protagonista, data de 1990, y no podía ser más desafortunada y pringosa.
No se dejen engañar por el póster; si en este bien podemos pensar que se trata de un film de hombre maduro lidiando los envites de aun alocado bebe al estilo de otras “Baby Movies” como “Mira quien habla”, “Baby, tu vales mucho” o “Las Locas peripecias de un señor Mamá”, nada estaría más lejos de las intenciones de la película. Para empezar, el título original anglosajón, nada tiene que ver con el título castellano, paradójicamente, también anglosajón… Así, “Funny Baby” no es más que la estúpida traducción que se le hace al original “Funny about love”. Así que de bebes cagándose por los pasillos, o correteando peligrosamente por las cornisas de un apartamento de Manhattan, nada de nada. En realidad, ni tan siquiera es una comedia. Se trata de un melodrama de corte absolutamente televisivo que trata los problemas y/o consecuencias de un matrimonio incapaz de tener hijos, lo que desemboca en cabreos, divorcios, y  nuevas parejas. Con un contenido más dramático que cómico, si acaso hay una pátina de esto último en una escena “slapstick” en la que Wilder se ha de lavar las manos antes de masturbarse para una inseminación in vitro. Pero encima, esa secuencia estaría incluso mal construida.
Es tan pija y tan pretenciosa esta película, que su concepción se debe a un artículo sobre parejas infértiles de la revista de tendencias “Esquire”.
Gene Wilder, a punto de entrar en su conocida depresión, evidencia síntomas de cansancio, y ni por asomo le vemos en ese alarde de energía de títulos anteriores, lo que es una absoluta pena. Ya para el cine, después de esta, solo le veríamos en su última reunión con RichardPryor en la nefasta “No me mientas, que te creo” y el resto es historia.
El dato marciano y de interés, radica en su director, nada menos que Leonard Nimoy, el mítico Doctor Spock de la saga original de “StarTrek”, quien teniendo una carrera paralela como realizador, además de dirigir un par de entregas de la saga que le convirtió en un icono, se dirige unas cuantas películas, rancias, que denostan los intereses del director. No contento con esta “Funny Baby” tan espantosa, también es el responsable de “Tres hombres y un bebé”, remake americano del éxito Francés “Tres solteros y un biberón” en la que tres solteros tendrán que cuidar a un pequeño bebé, “El precio de la pasión”, sobre el divorcio y las relaciones materno filiares y con Liam Neeson,  o “Esposa por herencia” dónde Patricia Arquette  se tendrá que casar con el hermano de su novio (¡) y entrar a formar parte de una comunidas religiosa estricta. Por lo que, ya se ve por dónde iban los tiros, pero matrimonio, divorcio, paternidad, le traían de cabeza al bueno de Spock. ¡Qué cosa más rara!
La película no se estrenó en cine en nuestro país. Cuando una película de estudio llegaba en plenos 90 directamente al videoclub, era porque, o había hecho muy mala taquilla, o era espantosa y las posibilidades de explotación aquí eran mínimas; “Funny Game” no hizo mala taquilla del todo en los USA.
Eso si, bien reconocible en videoclubes su carátula, muchos la alquilarían pensando que iban a desternillarse; craso error.
Junto a un reparto que no me importa un rábano, destaca en el mismo la presencia de una jovencita Mary Stuart Masterson, antes de convertirse en una estrella fugaz, pegando polvos con un Gene Wilder a punto de cumplir los sesenta tacos.
Muy flojita, la verdad.