No se dejen engañar por el póster; si en este bien podemos
pensar que se trata de un film de hombre maduro lidiando los envites de aun
alocado bebe al estilo de otras “Baby Movies” como “Mira quien habla”, “Baby,
tu vales mucho” o “Las Locas peripecias de un señor Mamá”, nada estaría más
lejos de las intenciones de la película. Para empezar, el título original
anglosajón, nada tiene que ver con el título castellano, paradójicamente,
también anglosajón… Así, “Funny Baby” no es más que la estúpida traducción que
se le hace al original “Funny about love”. Así que de bebes cagándose por los
pasillos, o correteando peligrosamente por las cornisas de un apartamento de
Manhattan, nada de nada. En realidad, ni tan siquiera es una comedia. Se trata
de un melodrama de corte absolutamente televisivo que trata los problemas y/o
consecuencias de un matrimonio incapaz de tener hijos, lo que desemboca en
cabreos, divorcios, y nuevas parejas.
Con un contenido más dramático que cómico, si acaso hay una pátina de esto
último en una escena “slapstick” en la que Wilder se ha de lavar las manos
antes de masturbarse para una inseminación in vitro. Pero encima, esa secuencia
estaría incluso mal construida.
Es tan pija y tan pretenciosa esta película, que su
concepción se debe a un artículo sobre parejas infértiles de la revista de
tendencias “Esquire”.
Gene Wilder, a punto de entrar en su conocida depresión,
evidencia síntomas de cansancio, y ni por asomo le vemos en ese
alarde de energía de títulos anteriores, lo que es una absoluta pena. Ya para
el cine, después de esta, solo le veríamos en su última reunión con RichardPryor en la nefasta “No me mientas, que te creo” y el resto es historia.
El dato marciano y de interés, radica en su director, nada
menos que Leonard Nimoy, el mítico Doctor Spock de la saga original de “StarTrek”, quien teniendo una carrera paralela como realizador, además de dirigir
un par de entregas de la saga que le convirtió en un icono, se dirige unas
cuantas películas, rancias, que denostan los intereses del director. No
contento con esta “Funny Baby” tan espantosa, también es el responsable
de “Tres hombres y un bebé”, remake americano del éxito Francés “Tres solteros
y un biberón” en la que tres solteros tendrán que cuidar a un pequeño bebé, “El
precio de la pasión”, sobre el divorcio y las relaciones materno filiares y con
Liam Neeson, o “Esposa por herencia”
dónde Patricia Arquette se tendrá que
casar con el hermano de su novio (¡) y entrar a formar parte de una comunidas
religiosa estricta. Por lo que, ya se ve por dónde iban los tiros, pero
matrimonio, divorcio, paternidad, le traían de cabeza al bueno de Spock. ¡Qué
cosa más rara!
La película no se estrenó en cine en nuestro país. Cuando
una película de estudio llegaba en plenos 90 directamente al videoclub, era
porque, o había hecho muy mala taquilla, o era espantosa y las posibilidades de
explotación aquí eran mínimas; “Funny Game” no hizo mala taquilla del todo en
los USA.
Eso si, bien reconocible en videoclubes su carátula, muchos
la alquilarían pensando que iban a desternillarse; craso error.
Junto a un reparto que no me importa un rábano, destaca en
el mismo la presencia de una jovencita Mary Stuart Masterson, antes de
convertirse en una estrella fugaz, pegando polvos con un Gene Wilder a punto de
cumplir los sesenta tacos.
Muy flojita, la verdad.