lunes, 19 de agosto de 2019

KISS MEETS THE PHANTOM OF THE PARK

Por supuesto, no soy en absoluto fan del sonido guitarrero y mucho menos de Kiss, que me resulta un grupo de lo más extraño y estúpido. Su imagen amenazante a base de maquillaje siniestro y eso que hace Gene Simmons con la lengua, no hacía honor al tipo de rock-n-roll que practicaban que suena ñoño, amariconado  y rozando el pop. Un contraste como para tontos.
Pero al margen de lo que me pueda parecer a mí, Kiss es un grupo de rock mítico que a finales de los años 70 eran tan famosos que las masas se inclinaban a sus pies. Es por ello, que en la cúspide de su fama, a sus promotores, viendo que en el mundo de la música habían tocado techo, se les ocurrió venderles como producto. Comenzó a aparecer a la venta toda suerte de merchadising, juguetes y desvaríos varios con la imagen de los componentes de la banda. Incluso, llegaron  a ser los protagonistas de un cómic de Marvel que se vendió estupendamente, batieron records de ventas, por lo que los amantes de los súper héroes tenían un nuevo tebeo que añadir a su colección.
El siguiente paso natural era el cine, así que Kiss protagonizaron una de las películas más marcianas que existen, “Kiss meets the Phanton of the park”, film considerado como uno de los peores de la historia  y que los propios componentes de la banda odian porque les hace parecer retrasados mentales. De hecho, hasta hace poco que la edad les hacer ver la película con cierta nostalgia, nadie de su equipo podía nombrar la película en presencia de sus miembros y renegaban de ella absolutamente, amén de que los problemas entre la producción y la banda fueron continuos durante el rodaje. De hecho, Ace Frehley, poco contento con el trabajo que se estaba realizando, incluso llegó a abandonar la filmación, cosa esta que no importó porque fue sustituido, ipsofacto, por un doble. Lo que pasa es que el doble de este ¡era negro! Detalle este que, por otro lado, no es disimulado en la película en los momentos en los que aparece.
Un parque de atracciones en plena crisis, cuenta con una atracción cuyos animatronics resultan de lo más reales. Lo que sucede es que el responsable de la misma, una especie de científico loco, se dedica a secuestrar personas y convertirlas en robots. Justo en ese momento el parque de atracciones a contratado a los Kiss para que actúen en su escenario, por lo que montan el primero de sus conciertos y en él harán alarde de ¡¡Sus poderes mágicos!!  Estos son poderes hipnóticos, lanzar rayos por los ojos, hacer levitar las cosas, escupir fuego… y todo lo que se te ocurra.
Sin embargo, este científico loco secuestrará a los Kiss  y los sustituirá por cuatro clones robotizados que suplantarán la identidad de estos en los conciertos, por lo que los verdaderos Kiss tendrán que ingeniárselas para escapar y, con sus poderes, reducir las intenciones de este maldito científico loco en el parque de atracciones.
Como ven, una de las historias más bizarras que se podían contar con los Kiss de por medio.
La película en realidad es un telefilm para la NBC que produjo el estudio de animación de Hanna-Barbera, en lo que sería una de sus pocas inclusiones en la imagen real.
“Kiss meets the Phanton of the park” fue el hazmerreír del personal al día siguiente de la emisión y los fans de Kiss se cagaron en la puta madre que parió a quién se le hubiera ocurrido tal locura, sin embargo, y como pasa con todas las malas películas, el tiempo le ha otorgado un estatus y a día de hoy es una película de culto para los fans de Kiss y uno de sus productos más queridos. Y es que, efectivamente, al tratarse de un producto de Hanna-Barbera, la cosa parecía más bien un episodio de Scooby Doo, cosa que no deja de ser paradójica, si tenemos en cuenta que posteriormente, en el mundo de la animación, Kiss, han compartido fotogramas con el bueno de Scooby en “Scooby Doo y Kiss: el misterio del Rock and Roll”, direct to vídeo del año 2015 que ya es todo un anacronismo.
La película, efectivamente es mala a rabiar, inconexa y ridícula, pero ver como los Kiss ofrecen una interpretación totalmente autista —y eso que recibieron cursillos intensivos de actuación— y verles escupir fuego y  todas esas zarandajas, mientras tocan varias de sus canciones en un escenario o en medio del parque de atracciones, verdaderamente merecen la pena. Yo no creo que llegue a ser una película “Mala pero divertida”,  aunque tiene escenas antológicas, sin embargo, si me parece un film curioso que merece la pena ser visto para saciar la curiosidad. Y es una pena porque aunque arranca muy bien y todo apunta a que efectivamente va a ser un descojone, a mitad de metraje va perdiendo fuelle hasta el punto de que resoplamos un par de veces porque no se acaba. Por suerte, en la recta final, los poderes mágicos de las estrellas de rock devolverán el interés a la película.
El director elegido para capitanear esta orgía de retraso mental fue Gordon Hessler, director proveniente de la serie B de terror británica que firmó títulos tan populares como “Los asesinatos de la calle Morgue” o “Exterminador IV”, falsa secuela de “El Exterminador” que se tituló así  solamente porque estaba protagonizada por Robert Ginty y que, directa a vídeo, se estrenó antes que “Exterminador III”, que tampoco era una secuela oficial. Para mear y no echar gota.