lunes, 23 de septiembre de 2019

DRÁCULA BARCELONA

Curioso documental de Carles Prats que reutiliza material ya filmado con anterioridad —material descartado de otro documental suyo, “Llámale Jess”— y material filmado ex profeso, para construir un raro documento en el que se nos contarán los tejemanejes y los pormenores de dos producciones que se filmaron en el mismo set y al mismo tiempo; “El Conde Drácula” de Jess Franco y “Vampyr Cuadecuc” de Pere Portabella. La primera, una adaptación más de la novela de Bram Stoker barata y descuidada y, la segunda, un film vanguardista que retrataba los entresijos de la primera, un producto totalmente artístico, curioso y atípico.
De la manera más formal posible, que es a base de entrevistas a propios y ajenos, Carles Prats nos muestra las interioridades de esas dos películas al igual que desglosa los puntos de conexión entre dos realizadores tan opuestos como Franco y Portabella, que además eran buenos amigos. Miembros del equipo de filmación de ambas películas, así como estudiosos del cine con veneración hacia ambos directores, dan sus impresiones, cuentan sus anécdotas y, en definitiva, nos explican como se realizaron esas dos películas. Así, tenemos declaraciones de, por ejemplo, Jack Taylor, Jordi Costa, Caglos Aguilag, Teresa Gimpera, Álex Zinéfilo, Esteve Rimbau o Jeannine Mestre, pero, lo verdaderamente bueno es que también podemos escuchar las versiones que dan sobre el asunto los propios Christopher Lee y Jess Franco, aunque ya no se encuentren entre nosotros, y Pere Portabella.
El resultado es una película amena, agradable y, sobre todo, interesante, que por otro lado, puede carecer de todo esto si el que se enfrente a “Drácula Barcelona”, se la traen floja los desvaríos pop de Franco o los experimentales de Portabella. Da la casualidad que por la parte que me toca, me interesan ambos.
Por otro lado, ya que Jess Franco ha muerto, algunos de los entrevistados no dudan en desmitificar  al director, no solo hablando “mal” de él, sino asegurando que nadie que le conociera personalmente, podría hablar bien de él.
Por lo demás, absolutamente funcional. Para completistas.