lunes, 26 de abril de 2021

ESPERANZA SE ESCRIBE CON H: EL HIP HOP EN LAS CÁRCELES

Proyecto avalado y producido por una de las revista patrias sobre Hip-Hop más longevas del panorama,  “Hip-Hop Life Mag”, que retrata cómo el rap supone una vía de escape para jóvenes adscritos al movimiento que se  encuentran encerrados en prisión. Para ello, el equipo de filmación se traslada hasta las cárceles de Alcalá-Meco en Madrid y Albolote en Granada, y da voz a los reclusos más jóvenes para que narren su experiencia entre rejas y su relación con el rap ahí dentro. Un grupo de psicólogos y  trabajadores sociales reivindicarán este tipo de actividades, no ya como método de evasión, sino como disciplinada actividad creativa que ayuda a la inserción de los reclusos.
Asimismo, se entrevistará a raperos que, con álbumes comerciales en el mercado, han dado con sus huesos en prisión dando una perspectiva del asunto bastante interesante y que servirá para hacerse una idea real de lo que sucede allí dentro. Estos raperos son Chals, perteneciente al grupo madrileño Gente Jodida, que, aunque poseen una carrera un tanto discreta, sí que tienen varios discos en su haber, un bagaje, y respeto dentro de la escena Madrileña. El otro rapero que nos da su testimonio, mucho más popular que Chals, sería Spanish Fly, componente del grupo Triple XXX de Málaga. Se trata de una de las formaciones más importantes del panorama estatal con muchos años de carrera a sus espaldas y montones de discos editados.
Las declaraciones de estos dos emcees con respecto a sus estancias en prisión, lejos de ser bravuconas o impostadas, resultan tremendamente honestas y sinceras, dejando a las prisiones en las que estuvieron en su justo lugar, sin necesidad de recurrir a la pantomima, el amarillismo o el cliché.
Hay que tener en cuenta que en España el Hip-Hop inicialmente estaba en manos de la clase media, jóvenes estudiantes que se identificaban con una música y una forma de vida marginal, pero que, paradójicamente, no se encontraban, en su mayoría, en condiciones tan precarias como para verse obligados a delinquir. Obviamente, esto no es Estados Unidos y por cuestiones culturales y de clase social no hay tanto rapero que haya ingresado en prisión, ni tanto recluso al que le haya dado por el rap, por lo que, al haber poca cantidad de reclusos rappers que documentar, quizás la película se queda algo coja y, en definitiva, “Esperanza se escribe con H: El Hip-Hop en las cárceles”, se queda en una anécdota al respecto.
Por otro lado, técnicamente —a excepción del sonido ambiente en algunos momentos— el documental está cuidado con mimo, rodado con pocos medios, pero con profesionalidad, y escapa estoicamente del tono otorgado a otros documentales sobre Hip-Hop rodados en España de factura similar, pero resultado mucho más amateur —en el sentido despectivo que pueda tener, en algunos casos, la palabra—. “Esperanza se escribe con H: El Hip-Hop en las cárceles”, se merece un par de visionados.
Tampoco quién se encuentra tras la dirección es un aficionado; Pacool, que destacó sobre todo en su labor como DJ  llevando los directos de artistas como El Chojin o 995, también fue un reputado disc jockey de club encargándose de la programación de distintas discotecas de rap y R&B de la capital como DJ residente, y se lleva dedicando al mundo del audiovisual con su empresa Chancleta Films desde hace más de 20 años. Así, ha desarrollado una reputada carrera como realizador de vídeoclips para artistas destacados del rap español, del mismo modo que ha realizado todo tipo de trabajos para publicidad y derivados, llegando a rodar varios cortometrajes de 16 mm, siendo el más destacado de todos ellos el titulado “Bombón Helado”, una comedia situada en ambiente hiphopístico que cuenta con el protagonismo de destacados raperos españoles como puedan ser Mbaka (de Sólo los Solo), Bass Basilio, Duo Kie, Meko o Mitsuruggy.
Pacool tiene las tablas suficientes para llevar a cabo un proyecto como el que nos ocupa y realiza un trabajo que no chirría y que, incluso, llegó a ser emitido por La 2 de RTVE. Además, como nota anecdótica, decir que de casta le viene al galgo, porque Pacool es hijo de la estupenda actriz Concha Velasco.
En la cuota de raperos también tenemos al madrileño Dobleache, ex componente del grupo Jazz Two, compartiendo máquina de escribir en las labores de guion, con Félix Martín y Jaime Valero.
Sin duda, con sus carencias, virtudes y errores comunes, uno de los mejores productos audiovisuales en torno al Hip-Hop que se pueden encontrar en nuestro adorado y querido país.