sábado, 17 de abril de 2021

SUPERNOVA, EL FIN DEL UNIVERSO

Con semejante título, fue mi condición de aficionado a la astronomía, deglutidor de toda clase de cine catastrofista y, en general, devoto de lo fantástico (incluida ciencia-ficción. Mezclada con thriller, como es aquí el caso) lo que me empujó el año 2000 a los cines para ver esta película. Claro, ante expectativas tan elevadas me sentí defraudado y me aburrí hasta el tuétano. Porque, en realidad, no van por ahí los tiros. Estamos un poco delante de la enésima muestra de seudo-"Alien" (si, como suelo recalcar, no tenemos en cuenta que esta última era, a su vez, un seudo-"It, the terror from beyond space + Terror en el espacio"), con un grupo de rescate que sigue una señal de socorro, abren las puertas de su nave a un desconocido cuyas intenciones quedan lejos de ser amables y terminará cargándose a parte de la tripulación, hasta que los héroes de rigor pongan punto y final a su existencia. Lo de siempre, una excusa argumental de la que han echado mano propuestas tan apetitosas como en su día fueron "Sunshine" u "Horizonte Final" (aunque sin llegar a matarlas, cada una de ellas sigue siendo -a su respectiva manera- altamente disfrutable... al menos para mi). Lo irónico del caso es que el director de "Supernova, el fin del universo", el mismísimo Walter Hill, quería por todos los medios evitar ese parecido con el clásico de Ridley Scott que, no lo olvidemos, él mismo se encargó de co-producir. Pero al estudio le encantaba el guion original tal y como estaba, y no le moló nada que Hill lo retocara tanto. Es por eso que la constante intromisión de ejecutivos, y una presión insoportable, llevaron a este, finalmente, a firmar con un alias (Thomas Lee, en sustitución del ya sobadísimo Alan Smithee). Hoy día Walter Hill reniega de ella, asegurando que su versión era mucho más oscura y menos previsible. El caos del rodaje contribuyó a que el film concluso no dejara contento a nadie, incluido público, y el respectivo DVD terminara hasta las trancas de escenas eliminadas de lo más variadas. Es interesante saber que fue Francis Ford Coppola el que se encargó de "arreglar" el estropicio (podría seguir mangando la respectiva información de IMDB, pero no tendría sentido. Si quieren saber, acudan a ella).
La idea que más me ha gustado de toda la peli es que el intruso trae consigo una bomba alienígena cuya finalidad es crear un universo nuevo destruyendo el antiguo. Lo demás, pues bueno, como suele pasar con esta clase de pelis, el arranque es muy interesante, te tiene ahí en vilo. Pero a medida que se aproxima el clímax, y especialmente en el desarrollo de este, todo se torna altamente previsible y repetitivo (por previsible y repetitivo que sea usar ambas palabras), tanto como para que le diera al bostezo en sendas ocasiones. Una lástima, aunque reconozco que "Supernova, el fin del universo" me ha gustado algo más que cuando la vi en su época. Digamos que para una noche de Viernes funcionaría.
Uno de los aspectos que me sorprendieron en su pase por salas, fue el continuo tambaleo de la cámara. Una elección estética que, entonces, era de lo más atípica y novedosa tratándose de ciencia-ficción, siempre tan sobria y correcta visualmente. Resulta curioso que, vista hace un par de días, no lo noté tanto, seguramente porque mis ojos se han acostumbrado a ello con el paso de los años, pues lo que de entrada era raro, misterioso y desperado, rápidamente entró a formar parte del modo de rodar común y corriente, hasta el extremo de ser empleado en productos de ci-fi tan icónicos -y generosamente presupuestados- como el remake / reboot de "Star Trek".
El reparto es un rato llamativo. James Spader, Angela Bassett, Robert Forster (su fenecimiento es tan espectacular como angustioso), la ultra-morbosa Robin Tunney (que hace de cachonda mental y nos muestra los encantos... pero cuidao, que para algunas tomas usó una doble de cuerpo) y un Lou Diamond Phillips que ya comenzaba a navegar entre subproductos y telefilms y al que, supongo, esta incursión en un producto netamente mainstream le sentaría de perlas.
Detrás de la cámara, Hill/Lee aparte, localizamos en la producción a Ralph S. Singleton, director de la fallidísima "La fosa común", y como co-responsable de la "story" al normalmente realizador de horrores William Malone (quien ya tocó materia seudo-"Alien" con su "Creature").