Curiosísima película amateur musical neoyorquina (sobre la vida y el amor en la 151 con Broadway) que no ha trascendido a pesar de haber sido galardona en el Festival de Cine Independiente de Manhattan y haber pasado por toda suerte de festivales indie donde el público asistente se entusiasmaba con lo que veía.
La gracia de la película está en que, con cuatro duros, trata de recrear los grandes musicales de Hollywood de manera contemporánea. “Welcome to Harlem” es del año 2012, así que en cierto modo se anticipaba a grandes musicales ambientados en la actualidad como puedan ser “La La Land” o “En un barrio de Nueva York”, producciones multimillonarias que, en esencia, tratan de ser lo mismo que esta pequeña película amateur. Y la diferencia radica, básicamente, en los presupuestos. Por lo demás, lo mismito…
La cosa es idea de un tal Mark B. Blankman que filma (dirige, protagoniza, interpreta…) en vídeo de la época (todavía no era ese HD tan impersonal que se estila hoy en día) y en plan guerrillero un musical al uso con una banda sonora grabada previamente que, supongo, sería donde se iría gran parte del presupuesto. Por lo tanto el argumento vendría a ser lo de menos para presentarnos los números musicales a lo pobre salvados con tesón. Vemos numeritos a la Broadway combinados con otros más urbanos tirando de rap, por ejemplo. La cosa iría de un individuo un tanto nerd (el propio Blankman) que llega a la ciudad de Nueva York y, al darse cuenta de que aquello es un caos, decide irse a vivir a Harlem, no tan céntrico y más idóneo para su estilo de vida. Allí hace amigos, conocerá el amor, etcétera, como mera excusa para mostrarnos los números musicales ejecutados por actores aficionados que unas veces funcionan, otras (la secuencia en la que cantan los niños en el colegio) no.
Entonces, más allá del hecho de que se trate de una película amateur musical, posiblemente el género más difícil para hacer con lo puesto, y las ganas que le echan sus artífices, esto es un producto pobretón más de los miles que se hacen en los USA, pero que por su condición de perro verde (¡es un musical, no el típico producto de horror!) acaba cayendo simpático aunque a mitad de visionado estemos ya un poco saturados de tanto mal audio directo que contrasta con la buena calidad del sonido pregrabado en estudio de los números musicales. Y además, es un poco rollo en general. Pero como digo, de primeras llama la atención y no es una basura infumable, así que vamos a darle un aprobado.
Por supuesto tras su paso por festivales, esta película es pasto de los tiempos que corren, es decir, no la vio nadie, probablemente Blankman no la rentaría, y “Welcome to Harlem” acabará dando vueltas por las plataformas digitales gratuitas esperando a ser descubierta y que, durante el trasiego, alguien se digne en verla. Y ese es el futuro para este tipo de películas.
No obstante, me ha hecho gracia. Y más que se adelante al tipo de musical que se lleva hora en Hollywood… aunque sea pura casualidad.