Protagoniza el sarao la monina Olga Kurylenko. Dirige Christian Volckman.
Está un rato chula, sí.
LA FIESTA DE LAS SALCHICHAS: Pues no tenía previsto comentar esta en el blog pero, mira, me ha sobrado espacio, así que voy a por ello. Era un día extremadamente gris en el que andaba yo de una bajona terrible. En eso que, haciendo zapping desganadamente, me cruzo con "La fiesta de las salchichas". De entrada, mi impulso es cambiar de canal. Resulta que, desde que se estrenó, llevo evitándola. La incursión de Seth Rogen en su confección y el hecho de ser una de esas películas de humor cafre y políticamente (casi)incorrecto pasado por el tamiz del mainstream y, además, en dibujos animados estilo Pixar, me da pereza. No porque no me gusten estos, ni mucho menos, sino porque me irritan los productos desesperados por ofender.
Sin embargo, lo que veo me parece curioso. No cambio de canal. También es cierto que, hoy por hoy, tolero un poco más a Rogen, así que decido darle una oportunidad. La pongo desde el principio y... joder, pues para cuando acabó mi carácter agrio había desaparecido por completo. El cuerpo se me llenó de positividad gracias a lo bastante que me reí, y lo bien que lo pasé. Sí amigos, "La fiesta de las salchichas" me arregló el día. ¿Cómo iba a decir algo malo de ella? Seguramente consumirla sin sentir simpatía por sus artífices, ni esperar nada, contribuyó (justo lo opuesto que, creo yo, le pasó a mi compañero Víctor según la reseña publicada en su día)
Encima, la trama es original. Los antropomorfos productos de un supermercado viven convencidos que, cuando los dioses -los humanos- se los llevan a casa, es para darles una vida mejor. La salchicha protagonista descubrirá la cruda realidad y decidirá organizar una revolución.
Muchos tacos, pero mogollón, una nada velada crítica a toda suerte de religiones, un poco al consumismo, gore raro y sexo a raudales en la parte final. Además, en un momento dado suena la maravillosa "True" de "Spandau Ballet". ¿Se puede pedir más? Muy entretenida.