viernes, 28 de julio de 2023

AMOR ESTRANHO AMOR

Hugo es un chaval de 12 años al que su abuela le envía a pasar una temporada a casa de su madre en el Brasil de la década de los 30. Cuando llegue allí, se dará cuenta de que algo turbio sucede entre las paredes de esa mansión, cuando es mirado con lascivia por una serie se señoritas de buen ver que andan por allí. Y es que resulta que la madre de Hugo es una prostituta de lujo y, el lugar donde vive, un burdel de alto copete por el que se pasan a fornicar altos cargos de la política. Y las prostitutas allí presentes le manosean, le enseñan sus partes pudendas y le desean.
Hugo se pasará el día observando a través de las rendijas de la buhardilla cómo se practica sexo en esa casa y fantaseando con penetrar a todas esas prostitutas que le han despertado la libido. Hasta que una de ellas, la más joven y bella, decide desvirgar al chaval. Esto generará la ira de su propia madre que, para que las demás zorras dejen en paz a su retoño, optará por darle también su pertinente dosis de sexo…
Rodada a finales de los 70 y estrenada en 1982, además de tratarse de uno de los hitos del cine brasileño, “Amor Estranho Amor” del director Walter Hugo Khouri no significó más que una película de autor erótica durante la década de los ochenta que no tuvo mayor trascendencia. De hecho, en esos tiempos ni se les pasaba por la cabeza a Khouri y el resto del equipo, que rodar una película de folleteo con un chaval estaba bastante feo, aunque por lo que fuera, en aquel entonces no estaba condenado. Ya entrada la década de los 90, la película se convirtió en una de esas infamias en la línea de “Sweet Movie”o “La pequeña” —dejaremos aparte “Maladolescencia” porque esa ya clama al cielo—, prohibidas en medio planeta, que traspasan los límites de la sexualidad infantil con escenas subidas de tono en las que adultos interactúan sexualmente con menores. Quizás de las aquí nombradas, esta sea de las más duras, puesto que el chaval toca tetas, da morreos y simula sexo con un montón de mujeres adultas, de una forma bastante gráfica.
Por otra parte, una de las protagonistas de esta película, la bella joven que llega a mantener sexo con el niño (en realidad, un poco de magreo y morreos) era una modelo que tenía ganas de triunfar en el mundo del espectáculo y esta película era una más de tantas vías para conseguirlo. Se trataba de Xuxa Meneghel, más conocida en nuestro país por su nombre de pila: Xuxa.
Xuxa se convirtió en la década de los 90 en cantante infantil que, aunque no poseía un talento especial, se granjeo una fama internacional fuera de todo precedente. No solo triunfó en los países latinos, sino también en Estados Unidos. La formula de su éxito consistía en vestirse de manera ridícula en televisión, cantar canciones infantiles un tanto hedonistas y tratar al espectador infantil como si fuera un deficiente mental. Por supuesto, en nuestro país también triunfó, ocupando parte de la parrilla de Telecinco con “Xuxa Park”, una versión española del programa que, junto con los discos grabados y las giras multitudinarias, le habían convertido con mucho éxito en una de las personas más ricas del mundo en su Brasil natal. Todavía hoy, aunque su fama a nivel internacional ha descendido notablemente, sigue siendo una de las artistas más populares y queridas en su tierra.
Justo en el momento de máximo auge de la cantante, la prensa descubrió que había intervenido en esta película de corte erótico, publicando en prensa unos fotocromos en los que Xuxa se pegaba el filete con un niño chico. Supuso un escándalo de tres pares de narices que trascendió hasta límites insospechados y que, directamente, acusaban a la cantante con ser poco menos que una pedófila.  Debido al escándalo, la distribuidora de “Amor Estranho Amor” la lanzó en vídeo a pesar de que esta película había permanecido en las latas poco después de su discreto —pero prestigioso— estreno. Xuxa, vinculada al mundo de los niños, no podía permitir que las imágenes de ese pecado de juventud se siguieran difundiendo de ninguna manera, por lo que por orden judicial obligó a la distribuidora a retirar las cintas de vídeo de todas las tiendas. A la distribuidora, no obstante, le salía más rentable perder el juicio y relanzar la película en vídeo, por lo que, con unas maniobras más propias de mafiosos que de una distribuidora de cine, obligaron a Xuxa a que les pagara 60.000 dólares al año o la lanzarían al mercado igualmente. Xuxa aceptó la extorsión y pagó la cantidad pactada, sin ningún éxito, porque, aunque la distribuidora retiró y destruyó todas las cintas, ya se habían vendido 4000 vídeos antes de que su presencia en la película se hiciera viral. “Amor Estranho Amor” estuvo circulando de manera clandestina durante años en cintas de VHS que rulaban de mano en mano, y los medios de comunicación se dirigieron a la película como “la película de pornografía infantil protagonizada por Xuxa”.
Xuxa finalmente logró parar la difusión de la película comprando los derechos de distribución. Sin embargo, no le fue fácil en absoluto mantenerla oculta, años después la cantante fue demandada por el productor de la cinta, Anibal Massaini Neto con el fin de poner de nuevo en movimiento el film. Xuxa ganó el litigio, sin embargo, cuando esta denunció a Google en 2014 por la difusión de material fotográfico de la película a través de las búsquedas, perdió contra la poderosa empresa, dos veces.
En 2018 los derechos de distribución en poder de Xuxa caducaron, con tan mala pata que la cantante no se dio cuenta, por lo que estos volvieron a manos de Anibal Massaini Neto que vendió los mismos a la televisión, que en cuanto tuvo ocasión programó la cinta. Y de ahí que ahora podamos verla. Y el gozo de Xuxa, casi 40 años después de rodar la película, en un pozo.
Asimismo, y gracias a su intervención en “Amor Estranho Amor”, el niño protagonista, Marcelo Ribeiro, quedó marcado para siempre. Y es que manda cojones el cine que protagonizó el chaval durante su vida activa como actor siendo un niño. No solo en esta película le manosean, sino que en su anterior film “Eros, O Deus do amor” que protagonizó el año anterior, también tenía escenas de sexo con actrices adultas. Además cuenta que en esa película no podía contener su excitación y sus erecciones, por lo que le pegaban el pene a la ingle con esparadrapo para que no acabara penetrando a las chicas. Su película posterior a “Amor Estranho Amor” fue “Pecado Horizontal” en la que también era magreado por toda suerte de putas y rameras, y, después de esta, se despediría del mundo del celuloide… al menos por una larga temporada.
Durante la adolescencia y en su edad adulta al muchacho no le llamaban para trabajar en el cine, motivo este por el que cuando explotó el escándalo de Xuxa, aprovechó para hablar de la película en infinidad de entrevistas y estirar el chicle lo máximo que pudo. Y no parecia traumado por haber protagonizado cine erótico de los 11 a los 13 años. Incluso amenazó con escribir un libro sobre su experiencia cinematográfica contando como fue trabajar con Xuxa, pero ese libro nunca vio la luz. Lo que sí que llegó a hacer, en 2007, es aprovechar el tirón que aún tenía a sus 40 años tanto él como el escándalo de Xuxa, para protagonizar una película porno que en cierta medida parodiaba esta, titulada “Estranho Amor”, donde Ribeiro mostraba sin pudor sus escasas habilidades amatorias. Y fin de su historia. Marcelo Ribeiro en la actualidad es informático en una multinacional.
En cuanto al director de la cinta, Walter Hugo Khouri, cuya obra permanece inédita en nuestro país, está considerado uno de los mejores directores brasileños y ha sido galardonado con un porrón de premios internacionales.
Como supondrán, uno ya está acostumbrado a ver de todo en el cine y a estas alturas no hay nada en “Amor Estranho Amor” que me escandalice u ofenda, pero sí es cierto que viendo las escenas más controvertidas me he sentido algo incomodo. Al fin y al cabo tenemos ahí a un chaval muy joven fingiendo sexo con tiparracas de más de 30 que le soban y le besan, con lengua y todo, quizás un poco más de la cuenta, pero sin más.
Si nos olvidamos de todo eso y entramos a valorar la película como tal, tampoco es para tirar cohetes, se deja ver y, en definitiva, es del montón. Un cinco pelado. Porque aunque se trata de una obra de autor, está dirigida y montada de una manera un poco torpe y, toda ella, tiene aires de culebrón. Como casi todo el cine brasileño de la época.
Existe una versión de 90 minutos absolutamente cercenada y la que yo he visto, que dura dos horas y está integra. No se por qué me da la sensación de que la versión corta se hace más larga que esta.