viernes, 21 de julio de 2023

LA REINA DEL PORNO

Estupendo documental que, siendo carne de festival y, sin él proponérselo, próximo referente cultural para hipsters y modernos, “La reina del porno” es por un lado una historia sobre inmigración, el sueño americano y lesbianismo, y por otro un maravilloso retrato de los cines X del Deuce neoyorquino en los años 60 y 70.
Y es que el documental cuenta la historia de Chelly Wilson, una vehemente judía griega que, tras tener que casarse y tener hijos de manera casi forzada, busca una forma de librar a estos del holocausto a la vez que emigra a Estados Unidos, donde pasa de vender cacahuetes en un puestecillo callejero a dirigir la mayoría de las salas porno de la calle 45 de Nueva York. En esa tesitura, sale del armario como lesbiana, se prodiga como una jugadora empedernida de póquer y acaba produciendo toda suerte de films, ya sean pornográficos como de otros géneros de tercera, con el fin de exhibirlos en sus cines o cualquier otro de la zona. Una déspota de comportamiento mafioso a la que, sin embargo, recuerdan con cariño todos los entrevistados.
La mayor baza del documental es la ingente cantidad de material de archivo con el que cuenta la película, ya sea este perteneciente a la familia, que ilustra la historia que se está contando a base de fotografías, súper 8, vídeos caseros y hasta cintas de casete en las que está registrada la voz de nuestra protagonista, ya sea este proveniente de algún fondo de catálogo que nos muestra las fachadas de los cines y el ambientillo que se respiraba en la época en la zona, lleno todo de putas, chulos, camellos y clubs de striptease.
El documental entero es de un gran interés, pero es cierto que al final uno tiene preferencia por los segmentos en los que se nos narra como la señora Wilson construye el auge de lo que será su negocio, emporio que le dejará pingues beneficios, y pierde un poco el hilo en todo lo referente a la vida personal de la conocida como Queen of The Deuce, con todo el rollo familiar, el holocausto o su infancia en Salónica como judía griega. Es más, si por un casual se omitiera todo lo referente a los cines, este documental me importaría un bledo.
Especial interés cobra todo lo concerniente a la programación picantona con la que esta señora empezó a ver billetes, así como las declaraciones de algunos pornógrafos o directores de serie B que guardan un muy buen recuerdo de Doña Wilson, en especial David Bourla, director al que parece faltarle un pequeño hervor, y que agradece a Chelly Wilson la financiación de su corto en 16 mm “Gargoyle and Goblin”, rodado en uno de sus cines para homosexuales y que, según Bourla, fue el preámbulo para labrarse una carrera como cineasta con una filmografía que incluye telefilms como “Cuando se agote el tiempo” o directs to video como “Frankenthumb”. En realidad un don nadie al que se le presentó la virgen cuando, por otro lado, escribió el guion de la muy mainstream “Push” de Don McGuigan. David Bourla, asimismo cierra el documental construyendo, dentro de un kiosco de perritos, una nave espacial que, dice, utilizará en su próximo film (??).
En definitiva, un muy buen documental del cual se valorará más la historia humana (y seguramente también la homosexual) por parte del público gafapastoso, que la meramente cinematográfica que, intuyo, es la que le interesa a usted (y a mí), si es que está leyendo este blog.