viernes, 27 de octubre de 2023

FRANKENSTEIN HOSPITAL GENERAL

A los gacetilleros americanos, esos que gustan tanto de realizar listas clasificando lo más deficiente, señalan esta película como la peor de cuantas se han rodado a cerca del mito de Frankenstein. Eso a grandes rasgos para que nos hagamos una idea de a lo que nos enfrentamos. Y quizás se quedan cortos en cuanto a sus apreciaciones. “Frankenstein Hospital General” es francamente mala, una de esas comedias que no hacen gracia cuando lo pretenden… ni tampoco cuando no. Sustentada a base de estúpidas conversaciones —porque el presupuesto es tan bajo que no llega para ningún gag visual a la spoof— cuenta la historia del bisnieto del Dr. Frankenstein, que se hace llamar Dr. Frankenheimer y trabaja en un hospital. En el sótano ha montado un laboratorio donde, con la ayuda de un contrahecho llamado Iggy, pretende juntar partes humanas con el fin de dar vida a una criatura superior. Cuando lo consigue, esta da signos de clara subnormalidad, sembrando el caos en el hospital. ¿Les suena, más o menos? Efectivamente, “Frankenstein Hospital General” trata de ser una sucesora de “El jovencito Frankenstein”, pero, como si de la misma criatura de la película se tratara, esta ha salido bastante subnormal.
Rodada en color en las escenas que transcurren dentro del hospital, se torna al blanco y negro en las que los protagonistas se encuentran en el laboratorio, en imágenes que parecen directamente plagiadas —mal plagiadas— del clásico de Mel Brooks. Esto sería el único toque original de toda la cinta que, a su vez, es su mayor torpeza, evidenciando lo mucho que se quiere parecer a “El jovencito Frankenstein”, máxime cuando hace acto de presencia el monstruo cuyo parecido al interpretado por Peter Boyle es manifiesto. Hasta emite la misma clase de sonidos. Y el espectador acaba sonrojando.
El resultado de esta comedia paródica es verdaderamente desasosegante. Un total y absoluto aburrimiento. La nada.
A finales de los años ochenta, rozando los 90, cuando esta película de 1988 fue lanzada directamente a vídeo por el sello Midwest (que era uno más de los subsellos de la mítica distribuidora Record Vision) en nuestro país, recuerdo ver la caratula en las estanterías y pensar que se trataba de una mala película de terror, porque eso es lo que parece si no nos fijamos bien y reparamos en que el edificio que representa el hospital, es también una cabeza de Frankenstein. Como fuere, nunca le dediqué mucha atención hasta hoy que me ha dado por verla.
El protagonista, no obstante, es un actor cómico de mucho talento que solamente sale en mierdas —con la excepción de la descojonante “Jeckyll & Hyde… Hasta que la risa nos separe” a la que adoro pero que, por norma general, está considerada también una peste—, Mark Blankfield, cuya filmografía la componen papeles secundarios y apariciones estelares en diversos spoofs (incluidos los de Mel Brooks), y que aquí da vida a un trasunto del Dr, Fronkonsteen de Gene Wilder poniéndole muchas ganas pero sin brillar en absoluto, por culpa, quizás, de la puta mierda de guion que tenía que escupir. Irwin Keyes, con su particular físico y gigantismo, da vida a un monstruo de Frankenstein que sería bastante convincente de no ser por lo más arriba expuesto; el intentar replicar, de modo nada inspirado, al de Peter Boyle. Pocos más destacarían en el reparto, pero, a modo de guiño, tenemos cameos imperceptibles para  Bobby Pickett, el autor de la clásica canción “Monster Mash” que aparece un momentito en la película. Esta se vanagloria orgullosa de contar entre sus filas con Lou Cutell. ¿Quién es Lou Cutell? uno que en “El jovencito Frankenstein” hace de aldeano sosteniendo la antorcha cuando quieren linchar al monstruo.
En cuanto a la directora de “Frankenstein Hospital General”, que también es actriz y montadora así como desempeña cualquier tipo de trabajo para el cine, o es una cachonda o realmente se avergüenza de su trabajo, porque, aquí firma bajo el nombre de Deborah Roberts, pero en realidad se llama Deborah Romare (o Deborah Sahagun después de casada), y según el trabajo que haga firma con un apellido u otro. Así, puedes ver créditos suyos como Deborah Blanchette, Deborah Romare Sahagun o Deborah Sarmiento... poco importa, no hay ni un solo trabajo actoral o de dirección que podamos destacar por encima de este.
A día de hoy “Frankenstein Hospital General” está olvidadísima. Y no me extraña ni lo más mínimo.