Mostrando las entradas para la consulta john belushi ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta john belushi ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas

lunes, 23 de noviembre de 2015

WIRED

“Ahora mismo tengo una caterva de brujas a mi servicio que arrojarán sus males de ojo sobre esa cosa. Espero que  “Wired” jamás se estrene y voy a poner todas mis energías en ello para conseguirlo, te lo digo honestamente ¡Que arda en el infierno!”. Con estas palabras –más o menos, que es una traducción mía- contestó Dan Aykroyd a una entrevista de la MTV, cuando le preguntaron sobre el proyecto en ciernes, “Wired”, la película inspirada en el Best seller que cuenta la vida de John Belushi, "Como una moto: la vida galopante de John Belushi", escrito por el prestigioso Bob Woodward.
Y es que pocas películas tienen una historia tan dura –y apasionante- detrás de sí como esta. Todo lo que Belushí tocó en vida, a su muerte lo llenó de tensión y mal rollo. Esa es mi opinión.
Resulta que si bien John Belushi no es un actor del todo conocido en España, solo los fans que en España pueda tener conocemos la existencia de esta extraña película, invisible, ignota y maldita, que no había forma de encontrar, hasta que un alma caritativa la colgó en la red. Antes de esto, la película era como si no existiese, porque amigos y familiares de Belushi, se encargaron de boicotearla usando todo el poder e influencias que estos tenían en Hollywood. Incluso, cuenta la leyenda, que James Belushi, hermano de John, iba videoclub tras videoclub alquilándola, no la devolvía, y así se fueron eliminando las pocas copias que se pusieron en circulación, al menos en Hollywood y Los Angeles, pero esto huele a bulo.
El libro de Woodward, “Como una moto, la vida galopante de John Belushi” que es como se tituló en España cuando se publicó por primera vez ¡25 años después de que lo hiciera en los USA! se convirtió en un best seller, básicamente porque contaba los fiestones que se pegaba Belushi, los rayajos que esnifaba y lo estúpido que era –estupidez supina que lo llevó a la muerte-, cosa esta que, no obstante, en Hollywood no gustó nada, y familiares y amigos del actor acusaron a Woodward de sensacionalista y explotador al presentarnos a Belushi como un personaje negativo y no retratar una imagen fiel –según sus allegados- del comediante. Lo mismo dijeron los familiares de Antonio Vega cuando se estrenó el magnífico documental “Antonio Vega, tu voz entre otras mil”, por lo que tiendo a pensar que los familiares -¿Qué van a decir?- no son muy juiciosos ni objetivos a la hora de hablar de los suyos y a fiarme más de los periodistas que han estado investigando años sobre las personalidades de estos, al fin y al cabo, yonkies. Argumentando que Woodward no pasó el manuscrito terminado a la viuda de Belushi antes de su publicación –y bien que hizo- el libro se ganó una muy mala reputación dentro del mundo de Hollywood.
Woodward, que tampoco era un angelito de la caridad, quiso vender los derechos de su libro rápidamente con el fin de que se hiciera una película y cobrar un sustancial cheque, pero en Hollywood, a este tío, lo mandaban a tomar por el culo rápido; ningún estudio quería producir una película en la que el malo de la misma, era el mismo Hollywood.
Finalmente, los derechos los adquirieron un par de productores independientes, que consiguieron 13 millones de dólares, lo que la convertiría en una película de bajo presupuesto. Se contrato a Woodward como asesor técnico y al director Larry Peerce, con mucha experiencia en telefilmes, pero más bien poca en largos para cine, así como al actor Michael Chicklis (“La cosa” en  Los 4 Fantásticos") que fue elegido tras un casting de 200 actores como el mejor de todos ellos para dar vida a John Belushi.
La película se rodó y ninguna distribuidora quiso hacerse cargo de ella para llevarla a los cines, ni las de los grandes estudios, ni las independientes. Woodward afirmaba que este boicot era debido a las fuertes presiones de Hollywood para no estrenarla, pero las distribuidoras decían que no se hacían cargo de ella, sencillamente, porque era una puta mierda. Finalmente una pequeña distribuidora consiguió sacarla en vídeo de manera reducida; pocas copias y en pocas tiendas. Un fracaso absoluto, para fortuna de los poderosos amigos y familiares de John Belushi. Aquí hay que creerse la versión de las distribuidoras, porque ajeno al boicot ejecutado por las personalidades de Hollywood , el festival de Cannes de 1989 la estrena dentro de su programación con una de las mayores expectaciones que tenía el festival en años. De hecho, el día del estreno, la entrada del cine donde se proyectaba se colapsó, colas interminables para las  poco más de 800 butacas con las que contaba el recinto. Bien, pues la película resultó ser tan espantosa, que a mitad de la proyección, ya se estaba marchando el público de la sala. Para cuando aparecieron los primeros títulos de crédito, la gente empezó a abuchear y a pitar a la película, como no se recordaba en mucho tiempo en Cannes. Tras esto, la película murió comercialmente. Quedó relegada al olvido rápidamente. Y aunque circularon copias a lo largo del planeta, la película nunca se emitió en televisión, nunca gozó de más ediciones en VHS de la que sacó esa distribuidora pequeñita, y nunca se editó en DVD.
Puede que en parte sea debido a ese supuesto boicot de los Belushi y compañía (capitaneado por Judy Belushi, Dan Aykroyd  y James Belushi), no lo ponemos en duda, pero lo cierto es que la película es mala a rabiar, una de las peores películas que se pueden ver, sosa, aburrida, mal montada, mal contada, sin ritmo alguno, sin coherencia ni argumento…y ni la más mínima gracia.
Y es que, aún basada en el libro de Woodward, la película es de lo más marciana y se toma unas licencias de lo más estúpidas: Se nos presenta a John Belushi en el deposito de cadáveres, y a partir de ahí, toma protagonismo ¡El fantasma de John Belushi!, que como si de “Cuento de Navidad” se tratase, es llevado por un taxista Portoriqueño –e insoportable- hacia momentos clave de su vida que se nos muestran a modo de flash back y sin orden ni concierto, de forma aleatoria, como si abrieran una página del libro al azar, y dijeran “Vamos a rodar esto mismo”. Para más inri, el propio Bob Woodward aparece como personaje, en una subtrama que más que aportar, ralentiza la acción, en la que este negocia con la viuda de Belushi el trasladar la vida de este a un libro. Y lo mejor de todo es que ni el fantasma, ni Woodward, están en el  libro original en el que esta mierda se basa. Un desbarajuste vaya. Al final la película es como un cochambroso álbum de cromos al que le faltan la mitad para completar la colección.
Por otro lado la mayoría de los protagonistas de la historia, no autorizaron su imagen para parecer en la película,  así que salvo John Belushi, el resto de protagonistas de la historia, o no aparecen – solo se les nombra-, o si lo hacen  es con el nombre ligeramente cambiado. Así Judy Belushi pasa a ser Judith Belushi, Dan Aykroyd pasa a ser Danny Aykroid,  los “Blues Brothers” pasan a ser sencillamente Los  “Blues” y John Landis, que aparece en la película, acaba siendo un director de cine sin nombre.
Yo acabo de verla con la expectación que requería el saber de su existencia, y aún sabiendo que era una película muy mala, no me podía esperar que lo fuera tanto. Me ha costado un imperio el no quitarla, porque, es que parece mentira que una historia tan intensa, con tanta miga, sea contada de manera tan aburrida y tan torpe. Sin ir más lejos, la escena en la que, estando Belushi absolutamente drogado en su caravana, es requerido por Jonh Landis para rodar en el set de “Granujas a todo ritmo”, es lo más vergonzante que he visto en mi vida. Landis acaba dando un puñetazo a Belushi que lo tumba; en la vida real, uno de los episodios más populares. Bien, pues la forma en la que se resuelve eso en pantalla y el como está montado, es para coger al director y al montador, despedirles y que no vuelvan a tocar celuloide en sus putas vidas.
Una película de mierda…Pero la historia que trae consigo es fascinante ¿a que si?
Michael Chicklis, el elegido entre 200 para dar vida a Belushi, resulta ser demasiado soso, demasiado guapo, demasiado alto y demasiado delgado para parecernos un Belushi creíble, además de ser un actor del montón que eso, si, se esfuerza por hacerlo lo mejor posible. En una entrevista afirmó que la vida de un actor es impredecible, puesto que un día se encuentra firmando el contrato de lo que se supone que será el papel de su vida en una película importante para, tras concluirla, no volver a conseguir papeles en un largo periodo de tiempo por culpa en concreto de ese papel. Está para matarlo, por no hablar del maromo que hace de Dan Aykroyd, Gary Groomes, más parecido a Chevy Chase que al larguirucho. De hecho, al verlo en pantalla  me creí que encarnaba a Chevy Chase, que dicho sea de paso en la peli solo aparece nombrado.
En definitiva, “Wired” no es más que una porquería que como curiosidad, obviamente, nos la satisfice, pero hay que pagar el alto precio.
A estas alturas de 2015 el proyecto del Biopic “Made in Hollywood” sigue en pre-producción; dudo mucho que llegue a realizarse y si lo hace, no creo que sea algo mucho más destacable que este, a juzgar por su reparto con Emily Hirsch como Belushi y Ryan Reynolds como Chevy Chase…

viernes, 4 de diciembre de 2015

MI NIDO O EL TUYO

Tan convencido estaba Steven Spielberg del tirón de John Belushi, tal el aprecio que sentía por él, que creo la “Amblin” solo para poder pegarse el gustazo de producir la que, en teoría, iba a ser la película que encumbraría a John Belushi. “Mi nido o el tuyo”. Ergo, se trata de la primera película producida por Amblim, y también, la primera comedia romántica de John Belushi.
Cuenta la historia de un periodista de éxito de un popular periódico de Chicago que acude a las montañas a realizar un artículo sobre una ornitóloga que estudia a una clase de águilas en extinción. Allí, surgen las disputas (ella es chica de montaña, él hombre de ciudad) y las redencillas para, de la noche al día, todo eso convertirse en un amor infinito, que se verá perjudicado por los distintos hábitats en los que nuestros protagonistas se desenvuelven.
“Mi nido o el tuyo” –“Continental Divide” en su versión original, que hace referencia a la separación de montañas que hay entre los USA y Canadá, dónde sucede el grueso de la película- tenía una intención; convertir a Belushi en el nuevo Spencer Tracy. Lógicamente, todo Tracy que se precie, tiene que tener una Catherine Herpburn que le sirva de pareja, así que le endosaron a una tal Blair Brown, feucha y actriz del montón, con la que no surgió ninguna química. El resultado es terriblemente flojo, una película aburrida de narices, con una historia absurda y, en definitiva, una película carente de cualquier carisma. Entonces, lo que iba a ser el peliculón de Belushi acabó siendo uno de sus fracasos (recordemos que solo tuvo un par de grande éxitos).
Y es que, como dice la canción, el peor enemigo de Belushi, era el propio Belushi.  La película no hay quien la salve, quizás protagonizada por Chevy Chase y Goldie Hawn sería más visible, pero seguiría siendo una mierda. Sin embargo, hay que tener en cuenta que “Mi nido o el tuyo” se ve resentida por un John Belushi en fase terminal que echó a perder el rodaje, no solo por sus continuo estado de embriaguez y/o drogadicción, sino también, porque quería meterle el rabo a Blair Brown a toda costa, llegando, incluso, a meterle mano en algunas ocasiones, con lo que consiguió que la actriz le cogiera un asco descomunal que, desde luego, se transmite en la pantalla.
En la pre-producción, la inseguridad embargaba a Belushi. No sabía si daría el tipo ya que necesitaba una interpretación sosegada y contenida –“¡Nada de cejas!” le decía continuamente el director- y por unos instantes, cuando aceptó el papel, decidió tomárselo en serio. Comenzó una dieta que le hizo adelgazar casi 20 kilos y no consumió drogas durante ese tiempo. Se mantuvo sobrio. Y el rodaje fue sobre ruedas las primeras semanas. Pero claro, fue llegar a Chicago, dónde se rodaba parte de la película y mandó a tomar por el culo la dieta y la abstinencia. Además, la eterna inseguridad del actor, le hizo perder la fe en una película concebida a su medida, escrita por Lawrence Kasdan y producida por Spielberg. Al considerar que no estaba a la altura, que no resultaba interesante más allá del salvaje rol de Bluto de “Desmadre a la Americana”, Belushi se dio de nuevo a la mala vida con lo que eso conlleva; Llegar  completamente drogado al rodaje, engordar como un cerdo o directamente no asistir al rodaje. Y es que, efectivamente, si sacamos a Belushi de su rol salvaje, resulta ser un actor más bien discretito y tirando a malo.
Dicen que la película en la que más hecho polvo estaba Belushi, es “Mis locos vecinos”, sin embargo donde el deterioro físico es más palpable es en esta “Mi nido o el tuyo”, dónde los kilos y kilos de maquillaje no ocultan un rostro castigadísimo por la cocaína, unas ojeras permanentes, o en el peor de los casos, y vaya usted a sabe por qué, heridas  y arañazos en el rostro, en una de las escenas. Desde luego, lamentable. Por no hablar de cómo Belushi engorda y adelgaza  en una misma escena. Pero me refiero a cambios físicos de entre 10 y 15 kilos.
Más allá de esto que cuento, y si no estuviera protagonizada por quien lo está, “Mi nido o el tuyo” es una película muy del montón, muy sosita, que pasó inadvertida en su estreno en USA, y aquí a España nos llegó directamente al mercado del vídeo, y con pocas copias además, por lo que hoy en día se trata de una de las películas más desconocidas del actor, siendo como es, un icono.
Junto a Belushi y Brown destaca la presencia de Tony Ganios ¿Qué quien es ese? Pues nada menos que el “Cigarro Puro” de la saga de “Porky’s”.
Dirige el director de estudio Michael Apted, que lo mismo te dirige esta, que te dirige “Estado Crítico” al servicio de Richard Pryor, que “Gorilas en la niebla”, que una de las entregas de “Narnia”.

lunes, 7 de diciembre de 2015

MIS LOCOS VECINOS

Pocas películas traen consigo una historia tan intensa y desasosegante como la de “Mis locos vecinos”.
Cuenta la odisea de un matrimonio, gente bien que vive en su chalet adosado, y cuya paz es alterada por la presencia de una pareja de nuevos vecinos un tanto inquietantes, liberales y desquiciados. El como lidiar con ellos por parte del aburrido hombre de clase media, sería el núcleo de la película.
Esta película para lucimiento de Dan Aykroyd y John Belushi, que desde el día que se estrenó y hasta hoy permanece un tanto ignota –le han dado pases en televisión y ha salido en DVD, pero tanto una cosa como para la otra, ha habido que estar atento siempre para poder verla- es probablemente la película que más quebraderos de cabeza ha traído a sus responsables.
Tras su despido de la Fox y tras los triunfales éxitos de las películas  que  los productores Robert D. Zanuck e Irving Lazar habian producido al margen del estudio, querían volver a este por la puerta grande,  y que mejor manera de hacerlo que dando pie a proyectos de películas que le gustaban  a ellos, producir lo que realmente les apetecía. Así, pusieron todo en marcha para hacer la adaptación  de la novela “Neigborghs” de Thomas Berguer, y que mejor que hacerla al servicio de una garantía de taquilla como eran Dan Aykroyd y John Belushi, cuya fama quedaba fuera de todo precedente. Además en la búsqueda de un director solvente, decidieron que el director sería John G. Alvidsen, que venía de ganar un oscar por “Rocky”. No cuajó con Fox pero si llegaron a un acuerdo con Columbia.
Por otro lado, el resto de productores y responsables de la película decían que Alvidsen no podía dirigir comedia, pero eso dio igual, se le contrató de igual modo.
Se decidió un intercambio de roles, Belushi sería la víctima, el vecino apocado y de clase media que se vería acosado por el más animal y excesivo que sería interpretado por Aykroyd. Lo normal sería que hubiera sido al revés, pero era un alarde de originalidad por parte de todo el equipo artístico.
Nada más comenzar el rodaje, Belushi, que a parte de su estado mental por culpa del excesivo uso de cocaína, era un prepotente de pelotas, cogió manía a Alvidsen  porque detectó que el prestigioso director no tenía ni puta idea de hacer una comedia y propuso su despido; nadie le hizo caso, así que se tiró todo el rodaje boicoteándole, exigiendo su despido. No lo consiguió. Entre tanto, por sus fosas nasales circulaba la cocaína de tal manera que perdía el juicio con toda normalidad.
Cuando por fin los ejecutivos vieron el primer montaje de la película quedaron petrificados, la película era sosa, aburrida y lo que es peor, no hacía ninguna gracia. Intentaron remontarla. Por otro lado, Belushi se emperró en que sonara en los títulos de crédito finales, una canción que en la que había estado trabajando día y noche con el grupo “Fear”, por aquel entonces Belushi se estaba metiendo de lleno en el punk, y los quería en la banda sonora. El estudio, obviamente, se negó.
Los siguientes montajes no funcionaron tampoco, por lo que optaron a cambiar la banda sonora y hacer otro montaje en el que Belushi al final de la película destrozara un televisor, así se justificaría el incendio que viene después.
Un poco más retocada, hicieron pases de prueba con público para ver que opinaban sobre el film, entregaron folletos que el público debería rellenar con sus impresiones. El resultado era desastroso, la película con peores puntuaciones en la historia. Estaba abocada al fracaso.  Además se trataba de una película de presupuesto millonario, el propio Belushi se había embolsado un millón y pico de Dólares, así que no solo la reputación de los productores estaba en juego. Y no había forma de hacer funcionar a la película de ninguna manera.
Al final Jonn Belushi tenía razón, la peli no era graciosa y Alvidsen no tenía ni puta idea de hacer comedia.  
En un ataque de soberbia, despidieron al compositor inicial, volcando sobre él toda la culpa de que la película no funcionase, y se decidió contratar a Bill Conti para que escribiera una nueva partitura (luego la crítica se cebaría sobre la composición de Conti, diciendo que era una composición “caricaturesca”.
De manera que a otro de los productores asociados, David Brown, y teniendo en cuenta que la popularidad de Belushi y Aykroyd era un aval en taquilla, pero teniendo en cuenta también que la película era la mayor puta mierda jamás filmada, trazó un plan perfecto gracias al cual no acabaron todos en la más absoluta ruina; estrenarían justo la semana de Navidad de 1982 en 1900 salas de todo el país (lo normal para una película de estas características es el estrenar en unas 800 salas) así, con el subidos , sin críticas que la precediesen al estreno y demás, trincarían la pasta y adiós muy buenas. Y fue bien el invento… durante la semana de Navidad recaudaron 6 millones de dólares siendo la película más vista de aquellas Navidades… pero la semana siguiente, con el boca a boca, ya no recaudó tanto, ni la siguiente, ni la siguiente… aún así,  con el tiempo que la película permaneció en  cartel, recuperaron el dinero invertido e incluso ganaron algún que otro milloncejo… pero pronto la película quedó relegada al ostracismo. Es como si no existiera. Salió en vídeo, si… pero con una difusión ínfima.
Y es que efectivamente, la película es difícil de ver, pero no por mala, ¡ojo! si no por, rara, por atípica a y distinta. A mí me gusta un montón y me parece una comedia comedida, serena y extraña, con esa ambientación de película de terror y ese agobio reinante que trasciende más allá de la pantalla, con todas esas situaciones tan absurdas y extrañas y a la vez inofensivas. Y con esos Belushi y Aykroyd, digan lo que digan, en estado de gracia. Lo que pasa es que el americano medio es muy plano, y si les pones a estos dos fuera del contexto que todo el mundo espera que, en este caso, era el del “Saturday Night Live”, pues ponen el grito en el cielo, pero la verdad es que se trata de una película cojonuda, con sus “Up & Downs”-desconcertantes, eso si- y su sentido del humor tan particular. Está muy bien.
Belushi ya no haría más películas porque a los pocos meses se metió un buco de speedball que se lo llevaría al otro barrio. Una pena porque se fue uno de los mejores cómicos de la comedia USA, pero por otro lado, a esas alturas de su adicción, ya estaba muy en las últimas, ya era un incordio y su carrera estaba predestinada a acabar en un foso tan profundo como en el que estaba metido él.
Aykroyd, continuó triunfal  en su carrera, casi hasta el día de hoy y Zanuck y Lazar continuaron en la brecha… pero esta película les costó un disgustillo. Más disgusto se debió llevar John G. Alvidsen cuya carrera ya nunca fue la misma.
Todo esto es una versión muuyyyyy resumida, de lo que de la película se cuenta en “Como una moto, la vida galopante de John Belushi”.
Completan el reparto, Kathryn Walker, Cathy Moriarty y TimKazurinski.

martes, 30 de junio de 2009

COMO UNA MOTO: LA VIDA GALOPANTE DE JOHN BELUSHI

Bob Woodward, el autor de esta biografía, es conocido por sus libros sobre escándalos políticos, aunque como era paisano de John Belushi, nada más morirse comenzó a investigar con el fin de escribir este libro que se acaba de editar en nuestro país. 
Es una maravilla. Contándonos los inicios de Belushi, los éxitos y su decadencia, estando todavía en lo más alto. Se centra sobre todo en la exagerada, exageradísima relación del actor con las drogas de todo tipo, y en especial con la cocaína. Belushi solo rodó seis películas, pero se esnifó varios kilos.
Es muy interesante leer acerca de personalidades del mundo del cine, pero en este caso, además de interesante es estresante, el autor nos transmite perfectamente la existencia frenética de Belushi. Sin ir más lejos, la última semana de vida del cómico está narrada a toda pastilla, la leemos a toda pastilla y nos agobiamos, sintiéndonos consternados, y una vez muerto Belushi, por fin descansamos. Sensaciones que rara vez se consiguen leyendo un libro.
El título original es "Wired", que vendría a traducirse como “enganchado”, muy bien elegido, pues nada más empezar a leer, así es como nos sentimos. Imposible parar. 525 paginas que me zampé del tirón en poco menos de tres días.
Desde ya, uno de mis favoritos.
Lo malo es que, leyéndolo, también le entran ganas a uno de esnifar a lo loco, o de meterse un chute de "speedball".
John Belushi murió joven, pero al menos se divirtió más que nadie en el mundo.
Por cierto, ¿qué habría sido del actor si le hubieran dejado rodar esa gran mierda de guión llamado “Noble Rot”? el tipo se obsesionó con semejante porquería…

viernes, 27 de noviembre de 2015

REENCUENTROS

Pensándolo, es muy cierto que Jonh Belushi es un icono, pero también es cierto que de las siete películas en las que apareció, fueron un fracaso seis, solo fue un exitazo “Desmadre a la americana”, todo lo demás pinchó, a veces de forma catastrófica, lo que le convierte en un verdadero cómico de culto. Porque la veneración por Belushi viene a posteriori y no por gran actor, sino por yonkie. Y el culto a películas como “1941” o “Granujas a todo ritmo”  se inicia años después, que en el momento, fueron fracasos gordos.
Si bien empezó con papeles episódicos en películas como “Camino del Sur” o la que nos ocupa “Reencuentros”, “Old Boyfriends” en su versión original. Nada, es una intervención que apenas sobrepasa los 25 minutos, pero que sirve para comprender por qué Belushi es tan amado; es que gozaba de un carisma y una personalidad tal que traspasaba incluso las películas en las que aparecía. Y no hay que olvidar que Belushi es quien es gracias a sus intervenciones en el “Saturday night Live” y que de ahí le viene el éxito y la fama; cuando murió, en el cine, no estaba más que empezando y, a juzgar por los fracasos, con bastante mal pie. Pero cuando salía en una peli, el espectador se queda bocas contemplando el alarde de energía que soltaba el actor.
“Reencuentros” es la progre historia de una loca del coño que tras divorciarse, decide pegarse el festival de pollas follándose a sus ex novios, así se va a una ciudad y fornica con uno, lo intenta con otro en otra ciudad, y mientras cala hondo en el primero de todos ellos, cuando este se va a buscarla, le da tiempo a echarse otro caliqueño con un tercero.
La película pasó inadvertida, porque pocas cosas se han visto más malas que esta. Un coñazo de corte medio feminista, con una música épica que le acompaña en toda suerte de escenas románticas y que no le va nada bien al asunto, que supuso el debut de su directora, Joan Tewkesbury, y que después quedó relegada a la dirección televisiva porque es obvio que la chica no era en exceso talentosa.
Belushi interpreta en la cinta a su novio del instituto, el cual la humilló diciendo a sus compañeros que se había acostado con ella siendo mentira. Cuando se reencuentran años después, ella está dispuesta a, ya que él alardeaba de ello, que se la tire de verdad.
Y ahí radica todo el interés del asunto, el poder ver en acción a Belushi en una de sus películas más ignotas. Una vez concluye su parte, el resto de la película carece de interes. De hecho, circula por la red una versión de la película montada por un fan, en la que solo vemos las escenas en las que aparece Belushi.
La película la protagoniza Talia Shire, hermana de Francis Ford Coppola y la Adrian de “Rocky”, papel por el que consiguió después este protagonista, y por el cual ya nunca haría ninguna película trascendente más allá de la saga de “Rocky”. “Reencuentros” estaba concebida para su lucimiento, pero se lució más bien poco. Y es que ¡que bazofia tan grande por dios!
Junto a Belushi y Shire, Keith Carradine (hermano de David y de Robert e hijo de John) interpreta a otro novio más y Richard Jordan (“Dune”, “A la caza del Octubre rojo”) interpreta al que al final se lleva el gato al agua.  De hecho, en la época del vídeo, era el actor que lo partía de todo el reparto, puesto que al estrenarse directamente en vídeo en nuestro país –y he aquí la prueba de que Belushi no era nadie, al menos en España,  hasta que le reivindicaron los esnobs- en la carátula (que no tiene desperdicio) es él el que figura como estrella, más allá de sus compañeros. También es cierto que la carátula de vídeo es un poco engañosa, ya que se nos muestra la película como una especie de thriller, o algo así, prometiendo acción cuando en realidad se trata de un culebrón rosa y dramático que sonrojaría al más acostumbrado a las ñoñerías.
No obstante en su estreno americano, al largarse el público a mitad de película durante sus proyecciones, de puro coñazo que era, a los señores distribuidores de Embassy, no se les ocurrió otra cosa que cambiar el póster; si en la primera versión aparecía Talia Shire abrazando a un señor anónimo, en la versión nueva, con las que inundaron paneles de autopistas y marquesinas, aparecía ella en primer plano, custodiada por un Belushi que presidía el póster, micrófono en mano, y cuya frase promocional venía a decir algo así: “Talia Shire buscaba el amor de su vida, pero esta vez será Belushi el que la mande a la mierda”. No he podido encontrar casi info de la peli en toda la red, menos aún este póster que tan bien hubiera ilustrado lo que digo.
Jonh Belushi, su representante, y la madre que parió a todos ellos, por supuesto, se llevaron un monumental cabreo al ver el uso que se hacía de la figura de Belushi en la promoción, pero al ser tal el fracaso, pasaron de todo lo referente a denuncias y malos rollos.
Y es que Belushi, cuando se estrenó esto, era ya súper famoso, tanto que le colaron ahí como protagonista para ver si se salvaba la película. Lo único que se consiguió es que la gente pidiera que se le devolviera su dinero a la entrada del cine, porque habían pagado para ver una película protagonizada por John Belushi, y en esta él aparecía un momento. Así que no remontaron y la película se fue al garete; eso si, las críticas fueron más que favorables para el señor Belushi.
Por lo demás, mierda. Lo más interesante, lo que acaban de leer aquí.

martes, 3 de noviembre de 2009

1941

El fracaso más sonado de Spielberg, y una de sus pocas comedias, se prodiga hoy día como una obra maestra del despropósito. La película es espectacular, cuenta con una media de un gag por minuto, John Belushi está inmenso... pero es un revoltijo incomprensible, con un montaje tan confuso que no conseguimos enterarnos bien de lo que está pasando. Sin embargo, es altamente curiosa y, por ello, he desembolsado los 10 euros que cuesta la nueva edición en DVD.
Cuando la vi siendo infante no me enteré de un carajo, por eso repetía una y otra vez, con la esperanza de comprender algo y convertirla en una de mis favoritas... pero salvo lo atrayente del conjunto, no le encontré nada.
Pasan como 20 años de la ultima ocasión y ahora, con madurez (es un decir) y una plenitud completa de mis capacidades comprensivas (otro decir), decido sentarme delante de la tele, relajado y bien centrado, con la idea de disfrutar como un loco de aquella película que tanto quería que me gustara de pequeño. Y el resultado es que sigo queriendo que me guste, pero no lo consigo ni por el forro.
En la biografía de John Belushi se cuenta que, mientras rodaba, Spielberg se quejaba de que él no sabía hacer comedia, que no entendía como se podía haber metido en tal embolado. Efectivamente, el rey Midas de Hollywood no entiende ni un pijo de comedia, y así le salió esta peli. Pero si no digo algo a favor de "1941", me pego un tiro. Y es que tiene dos cosas muy buenas, que hacen que forme parte de mi dvdteca (aunque no me guste): Como he dicho antes, cada escena, cada plano, cada diálogo, cada frase, tiene un efecto cómico. Es un huracán de gags, posiblemente sea la película que más contiene de cuantas se han rodado. Pero, claro, el tema es que estos, intentando ser “inteligentemente” hilarantes, no hacen puta la gracia. Y eso viniendo de un Spielberg, engrandece la película. Y la otra cosa buena (obviaremos cuestiones técnicas, puesto que estas son impecables) es que hay tantos personajes hablando a la vez, tantas subtramas entrelazadas, tanto caos, que aunque esto fuera en un principio intencionado, a juzgar por el cristo del maravilloso cartel, dudo mucho que Spielberg quisiera algo tan de locos para su película. Y, a causa de ello, "1941" es tan única, aunque diste mucho de ser mínimamente entretenida.
Por otro lado, tenemos a un montón de estrellas reunidas, cada uno en su rol, pero más perdidos que su puta madre, empezando por la estrella del lío, Jonh Belushi, que claramente han dejado actuar a su puta bola (como corroboraremos en los extras, así fue), y aunque divertido, te deja con una sensación de “...no se, no se...”. Treat Williams, Ned Beatty, Christopher Lee, Toshiro Mifune, Dan Ayrkroid y John Candy, pululan por ahí entre muchos otros y, en el caso del ultimo especialmente, preguntándose (y preguntándonos) qué coño hacen en esta película.
Única... pero recomiendo su visionado en partes, seleccionando los mejores / peores momentos según convenga.

viernes, 1 de febrero de 2013

TIPOS DUROS

En mi pubertad y adolescencia, y desde que vi la película “El Rector”, sentí una gran admiración por James Belushi. Era mi actor favorito. Devoraba sus películas, iba al cine a verlas aunque el tuviera un papel secundario. Ya, según iba creciendo, fui descubriendo a su hermano John, y a medida que la fama de James iba descendiendo, lo hacía también mi fanatismo hacia el. Ya hacía películas muy malas, telefilmes en su mayoría.
Sin embargo,  como cuanto más mayor me hago, más desaparecen mis prejuicios cinematográficos, y como inevitablemente, la nostalgia se apodera de uno, estoy viviendo, junto con mi amigo Chema, que más o menos vivió el mismo fanatismo por el actor, una segunda etapa Jim Belushi. La misión es recuperar en dvd toda su filmografía, cosa esta, que estoy consiguiendo poco a poco. Chema anda más interesado en sus películas más clásicas y populares (“El rector”, “Súper Agente K-9”, “Millonario al instante”), y yo ando más interesado en su etapa más video clubera y oscura, de la que hay bastantes títulos y de los que, prácticamente, no he visto ni uno. Así pues,  ya saben que irán leyendo  sobre Belushi de vez en cuando por aquí.
Lo malo es que no todos sus títulos son lo suficientemente interesantes como para reseñarlos, este es un completismo un tanto absurdo, pero los que me llamen la atención, si que irán apareciendo por aquí.
Este “Tipos duros” del año 1999, cuenta la historia de un antiguo mafioso que en un momento dado, traiciona al capo robándole 12 millones de dólares y largándose con ellos a un pueblecito de la America profunda. El capo se entera de que ha sido el, y le manda a dos matones para que se lo carguen.
En plena contienda, entre huidas, tiros y peleas, aparece en el camino de los mafiosos el Sheriff del condado, que desestabilizará los planes de todos.
Se trata de un telefilm para la televisión por cable. Pero no es un telefilm cualquiera, este es de los buenos, producido nada menos que por Richard Donner y Joel Silver, con lo que no se escatima en medios.
Lo mejor de la película es que es una película de acción dura y pura, y no da nada más que eso, acción pura y dura, montada toda ella con una soltura y un ritmo acojonante. El bombardeo de imágenes al que se nos somete, no da lugar al aburrimiento, y eso que el argumento brilla por su ausencia. Aquí se trata de pegar tiros y pegar tiros.
Belushi, en su peor momento profesional (recordemos que hace no mucho lo rescató Roman Polanski dándole un papelito en “El Escritor”, y que vive una segunda juventud en televisión gracias a series como “El mundo a través de Jim” y “Los defensores”), y físico, está tan gordo que casi parece Bud Spencer, y se tiene que dejar perilla para disimular su purulenta papada. Verle correr en la película, que lo hace y mucho, da bastante pena.
Lo bueno es que James Belushi, hace muchos años que dejó de ser actor para pasar a ser tan solo James Belushi, con lo que en una película como esta, en la que el argumento es duro y serio, este no puede parar de soltar chascarrillos de dudosa gracia a lo James Belushi. Y eso siempre mola. Al igual que Al Pacino, desde que hizo “Esencia de mujer” parece que está siempre haciendo de ciego, Belushi desde que hizo “Súper Agente K-9” hace siempre, y sin excepción, del agente Dooley. Y es porque ya por aquél entonces estaba haciendo de James Belushi.
Por lo demás, un telefilm de lujo, que para pasar un ratillo frente al televisor, ya nos vale.
Junto a Belushi, un menos envejecido Timothy Dalton y la tetuda Vanessa Angel, cuyas operaciones estéticas ya empezaban a deformar el rostro de una de las más bellas secundarias del Hollywood de tercera.
En la dirección Louis Morneau, director de “Bats”, y especialista en telefilmes y secuelas video cluberas como “Carretera al infierno 2” o “Nunca juegues con extraños 2”.

miércoles, 3 de junio de 2009

DESMADRE A LA AMERICANA

Indiscutible clásico en su género, pieza inaugural de lo que sería la "nueva comedia americana" de los (finales de los 70 y) 80 (con toda la troupe salida de "Saturday Night Live") y primer film en su especie, es decir, cine de estudiantes salidos y gamberros. Todo lo que viste y has visto en "Porky´s", "Los Rompecocos", "American Pie" y etc, lo has visto aquí antes. Y mucho mejor.
Ayer noche decidí marcarme un "remember" viendo mi copia de VHS (grabada de vídeo a vídeo, como en los buenos tiempos). Disfruté de lo lindo. Ahí estaban esos gags memorables que ya han pasado a la historia: John Belushi reventando la guitarra, el caballo feneciendo de un infarto, las pajas con guantes higiénicos, la fiesta toga (acojonante la canción "Shout!". Literalmente me daban ganas de bailar... y a la vez, me preguntaba cómo era posible que en el planeta exista gente incapaz de gozar de films como este), las capacidades traqueales de Día-D, el vómito inoportuno sobre el rector y el clímax final, con la pandilla de "Delta House" reventando el desfile, entre otras muchas cosas. Citar al reparto y al equipo técnico plagado de astros del humor, futuras estrellas (¡si sale Kevin Bacon de chaval!) y futuros cineastas (Harold Ramis, ex-cazafantasma y filmmaker especializado en comedias mainstream) sería un currazo (¡busca en imdb!), nos centraremos en su director, John Landis, recién salido de "Made in USA", dándolo todo y batiendo dos récords, el de rapidez y el de taquilla. "Desmadre a la americana" (primer film respaldado por la revista satírica "National Lampoon", y en este caso era un dato genuino) fue un exitazo de tomo y lomo, uno que pasados todos estos años aún colea... es decir, todavía hoy la comedia juvenil sigue mamando de su teta.
Contar el argumento no tiene truco: La fraternidad más gamberra del campus en continua batalla con el malhumorado rector (ese gran John Vernon) y la fraternidad más nazi. Gamberradas, cachondeo, locura, sexo y borracheras. Donald Shuterland se marca un papel de profe porrero. A día de hoy sorprende descubrir 
qué otros actores quedaron fuera del reparto: Bill Murray, Chevy Chase y Dan Aykroyd. Imaginaos que llegan a decir "sí". Tremendo.
El exitazo de "Desmadre a la americana" (o "Animal House", su maravilloso título original) motivó el nacimiento de una serie de televisión fracasada (solo tuvo seis episodios) en la que repetían algunos actores y al personaje de Belushi lo interpretaba otro tipo. El propio John Landis se permitió un papelillo (para lo cual se afeitó su característica barba) en el que se enfrentaba con el mentado Belushi. La escena fue extirpada y destruida... pero alguien se tomó la molestia de recuperar algunas fotos y currarse una versión fotonovela que rula por la red (san google manda).
Lo dicho, clásico incunable que deberías ver ya si es que tienes el valor (o la desgracia) de no haberlo hecho todavía.

lunes, 10 de septiembre de 2012

LAS DOS CARAS DEL ASESINO

De siempre he sido un fan acérrimo de los hermanos Belushi. Antes de James que de John. Y lo cierto es que James gozó de gran popularidad, al menos durante un periodo de cinco años, del 87 al 92. Y al año siguiente comenzó su declive, relegada la estrella a la televisión y a producciones de poca monta que no consiguieron distribución comercial, como el caso de la película que nos ocupa.
Curiosamente, mi interés por el actor desapareció justo en la época de su declive. Cosas de la adolescencia. Pero más tarde, lo recupero, justo cuando más difícil es encontrar por ahí las películas y/o telefilmes de su periodo más negro.
En cuanto a “Las dos caras del asesino” – “Angel´s Dance” en su versión original- la opinión que otro amigo mío, tan fan de Belushi como yo, era bastante mala. Me espetó un literal “Es malísima”, que no me extrañó en absoluto. Así que con ánimos de “la pongo un rato y si no me gusta la quito”, me dispuse a verla. Y me encantó.
La mafia, para agradecerle a un individuo que encajara una bala destinada a un miembro de la familia, envía a este tipo a ver a su sicario particular, Steve “La Rosa” Rosellini, un tipo pulcro en sus asesinatos, implacable e impecable, para que sea adiestrado por el.
Durante su aprendizaje, eligen al azar una víctima inocente, así que, lanzando un puñal a una guía telefónica, asesinara de primeras a quien haya salido marcado en la guía. La victima resulta ser una maquilladora de cadáveres de la funeraria, algo desquiciada, que no será tan fácil de matar como en un principio parece.
La película es pequeñita, de una factura muy pobre, que suponiéndose de acción carece de ella, carece de disparos, y de efectismos, e incluso de tempo anda tambaleándose, sin embargo es una trama muy curiosa en cuyo desenlace logra alcanzar altas cotas de delirio.
Pero el 90% de la película, es James Belushi. Sin el, no hay película. Y ustedes dirán: “Será el Belushi serio, el de “El rector” o el de “La marca del asesino””, pero curiosamente, y a pesar de la seriedad de la trama, se trata del James Belushi de “Millonario al instante” o el de “Super agente K-9”. O sea, James Belushi haciendo de si mismo, haciendo, también, de Señor Miyagi, haciendo chistes, y mas preocupado por mostrar el muestrario de camisas Hawaiianas o su panza al viento, que de hacer una interpretación creíble. O sea, que en absoluto te crees que Belushi sea el asesino más implacable de la Mafia. Pero, eso es precisamente lo que convierte esta película en una rareza, que por otro lado, funciona. El entretenimiento queda patente en ese amasijo de conversaciones, situaciones absurdas, e incluso momentos de vergüenza ajena. Ya digo que el final, es para llevarse las manos a la cabeza.
Junto a Belushi, otra “loser” como es Sheryl Linn, que gozó también de mucha popularidad gracias a la serie “Twin Peaks” y a películas como “Corazón Salvaje”. En las labores de dirección, David L. Corley, sin una carrera como director conocida, y guionista de otra obra maestra del absurdo como es “Solo, el destructor” Mucho mejor de lo que parece.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

LOS FOTOCROMOS DE "ENTRE PILLOS ANDA EL JUEGO"

Ya se que no hay un orden y un concierto a la hora de colgar aquí los fotocromos, pero como durante estas dos semanas voy a dedicar mis entradas en AVT a las pelis menos conocidas de John Belushi, aprovecho para que, aunque no tengan demasiado que ver (o si), los fotocromos de estos dos Miércoles estén dedicados a la comedia.
Y le va a la zaga, porque en esta ocasión, si que los fotocromos tienen que ver con Belushi, ya que se trata de una película dirigida por John Landis y protagonizada por Dan Aykroyd -amigos y compañeros en el trabajo de Belushi-, sobre la que ya se dijo casi todo lo que podía decirse aquí.
Sin más, aquí les dejo sus correspondientes fotocromos.













lunes, 13 de mayo de 2024

HISTORIA DE UN JUNKIE

Nacida inicialmente como “Gringo”, cuando los piratas de Troma compraron esta película para distribuirla, decidieron darle un título más sensacionalista y a todas luces comercial: “Story of a junkie”, sin tener ni pajolera idea el señor Lloyd Kaufman del material contra cultural que tenía entre manos. Esta maravilla en forma de documental ficcionado, oda a la sordidez y la decadencia de las calles del Nueva York de los 80, cuenta con pelos y señales los avatares de un adicto a la heroína llamado John Spacely. El susodicho no es un yonki cualquiera que los productores se encontraron por ahí y al que filmaron inyectándose heroína sin remilgos, no. El personaje en cuestión fue un popular ente de la cultura underground neoyorquina, un punk que eventualmente ejercía como músico, otras veces como actor, y que en sus mejores momentos se codeaba con personalidades del estilo de Keith Richards, Willy DeVille o Joey Ramone, quizás por cuestiones más tóxicas que musicales. Incluso, cuanto tuvo autonomía para trapichear con drogas, se convirtió en el dealer particular de John Belushi. Asimismo, llegó a trabajar como editor y colaborador del célebre “Punk Magazine” a las órdenes de John Holmstrom, pero su desmesurada adicción a las drogas duras —cuyo origen es consecuencia de un trauma, tras un horroroso aborto su novia fue arrollada por un camión— envió todo atisbo de creatividad al traste. De este modo, Spacely se convierte en una leyenda callejera de alta magnitud lo suficientemente interesante como para que se decidiera hacer un retrato sobre su persona y, por supuesto, sobre el poco higiénico y repugnante hábito de inyectarse.
El título de producción, “Gringo” hace referencia al mote bajo el que Spacely era conocido en las calles. Durante mucho tiempo estuvo moviéndose como una rata en Alphabet City, lugar habitado potencialmente por latinos y negros. Spacely era de los pocos blancos que pernoctaban en aquella cloaca, hecho que se hacía aún más evidente con la querencia de este por la decoloración capilar, así que los negratas comenzaron a llamarle Gringo y, de ahí, el título primigenio.
En “Historia de un junkie”, el director Lech Kowalski se gana la confianza de Spacely y de su circulo de chusma yonkie, para introducirse con su cámara de 16 mm en lo más profundo de los bajos fondos neoyorquinos. Así, entre entrevistas a adictos y traficantes, visitas a narcosalas y reconstrucciones en ficción de algunos de los hechos que Spacely le explica, podemos hacernos una idea del infierno que supone ser un adicto a las drogas duras. Infierno que, aunque de vez en cuando se escenifique el teatrillo para darle ritmo a la película, es absolutamente real. Camellos, drogatas, narcosalas, todo estaba allí antes de que la producción llegase con los equipos filmadores.
Yonkies inyectándose, Spacely pasando el mono visto de la manera más gráfica posible, transacciones de droga y trapicheos varios se imponen en un documental del todo sensacionalista y cercano al “mondo”. Tras su visionado, el espectador queda con muy mal cuerpo.
El formato, rodando en 16 mm, de noche con iluminación natural, ayuda a incrementar la sordidez y mal rollo que desprende la película, pero ya lejos de texturas o del grano de celuloide, es que los lugares donde filma Kowalski son lo más asqueroso visto en una pantalla, amén de los individuos que pululan a lo largo del metraje, poco más que despojos humanos, o esos primeros planos de gente picándose las venas. Mención especial para algunos momentos en relación al protagonista. En una escena en la que, tras días de andar por ahí tirado, pinchándose y demás, decide asearse un poco, sus venas están ya tan agujereadas que, en un plano donde está peinándose, la cámara se mueve un poco para mostrarnos unas gotas de sangre en el brazo con el que se atusa el pelo, cuyas heridas, ya tan maltrechas, no se curan jamás. Turbador resulta también el plano en el que el yonki limpia sus botas manchadas con su propia sangre o se quita la roña de los dedos de los pies, con la carne de estos muerta, podrida, por la falta de limpieza y tras muchos días sin desprenderse del calzado.
Un documento tan aterrador como atrayente, al que además tenemos que añadir el valor de incluir algunas escenas de ficción como aquella en que un camello asesina a otro tras un problema territorial.
La filmografía del director, Lech Kowalski, se compone exclusivamente de documentales, ninguno de ellos centrado en aspectos agradables de lo que retrata. Suyo sería “D.O.A” sobre la gira norteamericana que llevaron a cabo en 1978 los "Sex Pistols" o “Born To Loose: The Last Rock-n-Roll Movie”, centrado en Johnny Thunders, miembro de los "New York Dolls" y los "Heartbreakers",  y por donde también asoma el amigo Spacely en los últimos momentos de su vida, agonizando ya terminal por culpa del SIDA. Caerá por aquí.
Muy recomendable esta "Historia de un Junkie"… siempre y cuando dispongas de un estómago de acero y no tengas la sensibilidad a flor de piel.

domingo, 26 de abril de 2015

LOS FOTOCROMOS (Y LA CARATULA DEL VHS) DE "DESMADRE EN LA UNIVERSIDAD"

Hoy vengo con algo muy especial, los fotocromos de la famosa/infame "Desmadre en la universidad", "King Frat" en v.o., el exploitation de "Desmadre a la americana" que el habitual de este blog Ken Wiederhorn corrió a dirigir -por encargo- un año después del estreno del clásico de John Landis, del que es una cutre-fotocopia. El entrañable John DiSanti se marca el rol de pseudo-John Belushi, algo que, incluso por el vestuario, resalta en los mismos fotocromos, cortesía como siempre del amigo Alex Gardés y que, pa la ocasión, costaron lo suyo de escanear siendo como son el doble de grandes de lo habitual.
Ya saben que en este blog sentimos una absurda simpatía por esta película. De hecho hablamos de ella en nuestro pest-seller "Malas pero divertidas", Víctor osa reconocer que le gusta más que el film del que copia, ¡qué poca vergüenza!, y yo, pues tengo el vhs original de estupenda caratula en mi colección (aunque en realidad ahora mismo descansa en los estantes de casa de un amigo... de confianza, espero) y, además, ¡me encanta la canción de Penny Alemain que suena nomás arrancar la puta peli!. Ah, comentar que en Italia se estrenó como parte de la saga "Porky´s".
Pero si ya de por sí todo esto es curioso, más lo es que los nombres del reparto y el director que aparecen en los fotogrumos son en realidad FALSOS. ¿A qué otra peli pertenecen?, eso es lo desconcertante, ¡¡a ninguna!!... según San Imbd, nadie en el mundo, ni en la más rastrera de las industrias cinematográficas, responde por esos nombres. Claro que algunos suenan un poco a guasa, ¿no?, Knickerbrocker, Wurtzburger.....¿personajes de la peli, tal vez?... pues tras mirarlo detenidamente, resulta que tampoco. Entonces, ¡¡¿qué clase de extraña broma es esta?!!, ¿es cosa del distribuidor?, ¿del mismo equipo de "King Frat"?. Jolines, pues NI PUTA IDEA.
Hasta que el misterio quede resuelto, gocen de espectá-culo, que bien lo merece....









miércoles, 16 de agosto de 2017

LOS FOTOCROMOS DE "BLUES BROTHERS 2000"

La cabeza se la tenían que haber cortado a John Landis solo por esta película. Una secuela de "Granujas a todo ritmo" en plenos años 90, que no solo no interesaba a nadie, sino que además era la aberración fílmica del siglo. Con un niño repelente, John Goodman en vez de John Belushi (ya puestos, que lo hubiera hecho James) y un negro; Don Cheadle.
Gente más jóven fan de la primera parte, creen que esta segunda no existe... para dejar testimonio de que sí, aquí les dejo sus fotocromos.












sábado, 21 de noviembre de 2020

LA FURIA

No deja de ser paradójico que John Farris escribiera la novela de "La Furia" motivado por el éxito de la precedente "Carrie" de yasabesquien. Y que cuando "La Furia" pasó a las pantallas de cine, la dirigiera Brian De Palma que hizo tres cuartos de lo mismo con el libro de Stephen King. Y encima, para rematar la jugada, la chavala con poderes mentales de "La Furia" está interpretada por Amy Irving, que en "Carrie" daba vida a la única superviviente de la masacre final. Una muestra de carriexploitation infligida por el director de la película que lo originó. Curioso.
Pero "La Furia" queda muy lejos de las excelencias técnicas y artísticas de la estupendísima "Carrie", aunque únicamente las separe un añito. De hecho, en la filmografía de De Palma van correlativas. Yo la recordaré toda la vida por una escena concreta. Una que me horrorizó hasta límites insospechados cuando la vi en vídeo a finales de los ochenta. Entonces andaba adentrándome lenta, precavida pero inexorablemente en el maravilloso mundo del cine de terror, abierto a sorpresas y, sobre todo, dispuesto a pasar miedo. Así que el visionado de "La Furia", que es más un thriller -incluso con sus escenas de acción- que una de miedo propiamente dicha, no estaba resultando excesivamente tortuoso.... al menos hasta el desenlace. No lo voy a destripar aquí, pero los que la han visto saben perfectamente de lo que hablo. Tal fue la impresión, que salí corriendo pasillo abajo, blanco como la lefa, para recuperar oxígeno y que mi corazón rebajara la cantidad desorbitada de palpitaciones. Un auténtico semi-trauma que me acompañará hasta el fin de mis días. Y no es pa menos, revisada ayer noche puedo corroborar que ese momento continúa siendo tremendamente potente, en parte gracias a la intensa partitura que lo acompaña, cortesía de un John Williams que venía de petarlo con "La guerra de las galaxias" y seguiría produciendo lo mejor de su cosecha los años siguientes.
La trama de "La Furia" gira en torno a una agencia secreta interesada en fichar chavales con poderes mentales para usarlos como armas. Con la excusa, se apropian del hijo de un ex agente de la CIA quien, tras escapar de la muerte, se dedicará en cuerpo y alma a recuperar al retoño. Por otro lado, una chavala descubre que dispone de tremendas capacidades telepáticas, tanto como para conectar con el hijo secuestrado y, por tanto, poder ayudar al ex agente en su búsqueda. Al final todo estallará -además de verdad, jur, jur, jur!!- en un dramón salpicado de rojo.
A ver, la historia es interesante y la peli tirando a entretenida, no digo que no, pero es cierto que De Palma se apoya mucho, demasiado, en los diálogos. Hay un exceso de "bla bla" con eventuales pero notables escenas de acción y violencia. Tal vez John Farris no pudo evitar dejarse llevar por su naturaleza escribiente mientras convertía la novela en un guion cinematográfico. Con todo, es perfectamente consumible (en parte gracias a la época que se hizo), aunque no está entre lo mejor de De Palma, desde luego.
El reparto es impresionante. Desde los roles principales, pasando por los secundarios, los muy secundarios e incluso hasta los extras. Ahí va la lista completa (salvo Amy Irving): Kirk Douglas, John Cassavetes, Charles Durning, Carrie Snodgress (anduvo por "El jinete pálido" y dio vida a la mala malísima de "La ley de Murphy"), Fiona Lewis (reconocible por su papel de villana en "El Chip Prodigioso"), Andrew Stevens (cuya prometedora carrera terminó estancada entre productos televisivos y subproductos de género), Rutanya Alda (la madre sufriente de "Amityville 2"), el habitual De Palmero William Finley, un delgado Dennis Franz (que repetiría con el director, pero cuyo rostro se hizo especialmente popular por su papel de policía cabezón en "La jungla 2 (Alerta Roja)"), una jovencita Daryl Hannah y, según "la secretaria", Jim Belushi no acreditado haciendo de vagabundo. Destacar también la presencia de Hilarie Thompson, futura esposa de un habitual de este blog, Alan Ormsby.
En el tema efectos de maquillaje, tres monstruos: Rick Baker + Rob Bottin + Greg Cannom.

viernes, 11 de marzo de 2011

CURSO 1984

Las películas de "aulas turbulentas" son ya todo un subgénero en sí mismo. Cada época ha adecuado su estética a la moda imperante entre la juventud, y es por ese motivo que "Curso 1984", producida el año 82, apuntara hacia el punk a la hora de buscar una música y una tribu urbana bajo la que encuadrar a los inevitables malos de la función. Por otro lado, también a la par con los requisitos del momento, se apostó por una violencia mucho más cruda e impactante. En esta peli los malos estudiantes no se iban a conformar con una bofetada, estos iban a necesitar reprimendas bastante más extremas.
Recuerdo "Curso 1984" de cuando era chaval e iba al video-club. Era una de aquellas maravillosas películas que ya desde su mera carátula (su estupenda carátula, añado) transpiraban "peligro". Como "El Exterminador", "Scum", "Posesión Infernal", "Mad Max 2" y tantas otras, "Curso 1984" prometía sensaciones muy fuertes. El temor a alquilarla era tanto como el deseo de hacerlo. Y, a diferencia de lo que ocurre hoy día, cuando me atreví a dar el paso, no puedo decir que quedara decepcionado.
La trama (se supone que basada en hechos reales) es clásica. Un profe bueno llega a un colegio conflictivo. Los reyes del mambo son una panda de nazi-punks terribles. El tipo les planta cara y ello, obvio, da pie a una especie de "guerra personal" cuya intensidad y mala uva va incrementando hasta el gran, jugoso y sensacional estallido final de violencia y desmelene. En este último apartado, como decía, cabe destacar que no se andan con chiquitas. Aquí si hay que matar, se mata. Y el "momento sierra" sigue siendo a día de hoy una delicia absoluta.
"Curso 1984" se ha ganado un indiscutible estatus de cult-movie por muchos motivos. Algunos de ellos los encontramos en su reparto y equipo técnico. Por ejemplo, de todos es sabido que este fue el debút no-televisivo de Michael J. Fox, entonces más fondón y flequilloso y que en sus memorias tildaba injustamente de subproducto a la película (¡¡desagradecido!!). El director, Mark Lester, poco después firmaría la sensacional "Commando" con Arnold Schwarzenegger (una de mis favoritas!). En el guión nos encontramos con Tom Holland, futuro responsable de "Noche de miedo" y "Muñeco Diabólico". La banda sonora la firma el mítico Lalo Schifrin (el de "Harry, el sucio") quien, además de copiar el soundtrack de "La noche de Halloween", se alía con Alice Cooper para componer el tema central del film. Al tratarse de una película sobre punks (y menudos son!), es inevitable que suene punk rock. Los productores se decantaron por una banda muy recurrente en la época, "Fear", famosos por su imagen agresiva y por haber destrozado el plató de "Saturday Night Live" cuando fueron a tocar allí enchufados por John Belushi, que era un fan declarado. Sin embargo, la banda con presencia en un escenario no es otra que la canadiense "Teenage Head", quienes pegan bien poco dentro de ese caricaturesco concepto del punk como algo terrorífico dada su actitud más alegre y festiva. Y es que, como mandaban los cánones de la época, los punks de "Curso 1984" son retratados como yonquis, viciosos, inmorales, ultra-violentos, nihilistas y desalmados (aunque, puestos a ser quisquillosos, el único que en esta peli realmente MATA es ¡¡el trajeado y conservador profe!!).
Otros nombres destacados son los del eterno secundario Roddy McDowall, el televisivo Perry King, Timothy Van Patten y Stefan Arngrim, especialmente conocido por ser el protagonista de otro título muy de su época, "Lucifer" (y de la que algún día hablaré largo y tendido). En definitiva, un clásico de su década que el tiempo no ha tratado demasiado mal. Ayer noche lo pasé pipa revisándolo y aún pude notar como vibraba con el clímax final. Eso es muy buena señal.
Años después, Mark Lester sorprendería a propios y extraños con una secuela, un producto simpático sin más titulado "Clase del 99", donde los malos eran ahora los profes, unos en plan cyborg programados para disciplinar al alumnado. Lo mejor que podemos decir de ella es que, al menos, ofrecía algo un poco distinto. Su razonable éxito -supongo que en video-clubs-, generó una secuela de la secuela, "Clase del 99: El sustituto" La firmaba otro baranda y no llegué a verla por falta de interés.

viernes, 2 de julio de 2021

LA VERGÜENZA DE LA JUNGLA

Clásico de la animación franco-belga para adultos que en su momento, 1975, desató polémica debido a su contenido erótico y violento, siendo prohibido en infinidad de países, retenido en otros y censurado en la mayoría de ellos. En los USA fue la primera película de dibujos animados calificada con una “X”, del mismo modo que en España, prohibida el año de su lanzamiento, tuvo a bien ser estrenada años después, en 1979, con Franco ya muerto y clasificada “S”. El nombre de su creador, animador y director, no puede ser más descacharrante; se llama Picha.
Se trata de una serie de segmentos cortos de contenido semi pornográfico enlazados a través de un fino hilo argumental en los que Tarzoon —una versión animada y pornográfica de Tarzán— regresa a la jungla tras no adaptarse a las modernidades de la gran ciudad. Allí, en lo hondo del follaje, dentro de unas plantas con forma de coño, vive una maquiavélica reina que tiene un serio problema de alopecia. Debido a esto, decidirá hacerse un implante con la cabellera de la novia de Tarzoon, así que la secuestra, y la vergüenza de la jungla tendrá que ir  a rescatarla. Por el camino se topará con infinidad de monos que se masturban, negros bien dotados y, sobre todo, un ejército de penes con vida propia y sin dueño generados en un laboratorio (la forma en la que son  creados es una salvajada inexplicable… si deciden ver la película, verán a qué me refiero).  Un argumento muy cafre, sin embargo, resulta todo muy light en términos pornográficos si la comparamos con otras películas de animación de la época también europeas (como aquellas cosas provenientes de Alemania tipo “La isla de las perversiones”), ya que aquí no hay penetraciones ni apenas relaciones sexuales con féminas, y sí un montón de penes chocando y atacando a todo lo que se meneé. En todo caso, lo que sí que tiene “La vergüenza de la jungla” son toneladas ingentes de violencia y racismo. Aquí hay personas gráficamente partidas en dos, patas de elefante cortadas con hacha y, sobre todo, montones de negritos que responden al estereotipo coon. Sin embargo, la película sembró la polémica por lo referente al sexo, nunca por estas otras cuestiones.
En el festival de Cannes del 74, lugar donde la cosa cayó especialmente bien, se presentó un avance de 15 minutos que propició que los herederos de E.R. Burroughs, creador de Tarzán, denunciaran a la Fox, que se encargó de su distribución en Europa, por plagiar al personaje que obraba en poder de la familia. Obviamente, se trataba de una parodia, ni tan siquiera usaba el mismo nombre, por lo que el juez falló a favor de los productores sin que hubiera una sentencia al respecto. Esto, más que un impedimento supuso publicidad gratuita y, gracias a eso, “Tarzoon, la vergüenza de la jungla”  fue inmediatamente exportada a otros países como el nuestro, o a los USA, con algún que otro aliciente; para la versión americana, los yankees, efectistas como ya suelen ser, la remontaron a gusto del público norteamericano y nombraron al gato Fritz en los carteles con el fin de darse publicidad,  amén de haber contado para el doblaje con la flor y nata de la comedia USA, así, dando vida a los personajes y a todas esas pollas vivientes tenemos a gente como John Belushi, Bill Murray, su hermano Brian Doyle y, como Tarzoon, tenemos nada menos que a Johnny Weissmuller Jr. hijo de quien diera vida a Tarzán en las míticas películas de la Metro. Naturalmente, las versiones europeas nos perdemos esa gracia. No obstante  la versión americana, al ser calificada con una “X”, reducía el número de salas  a exhibir considerablemente, Fox no supo sacar partido a la película estrellándose en la taquilla pese a que, sólo en San Francisco, esta había funcionado de perlas.
Para acabar de liar la madeja, se estrenó una nueva versión recalificada y que eliminaba el “Tarzoon” del título,  debido a una nueva demanda de los herederos de Burroughs por manchar el nombre de la obra original. Esta vez el juez falló a favor de los herederos quedando el título acortado a “The Shame of the Jungle”, lo que originó que esta versión más light, generara aún menos dinero que la hardcore. Curiosamente, a su paso por cines en España, quizás porque la exportación de la película llegara directamente de los USA y no de Francia, la película se llamó inicialmente “La vergüenza de la jungla”, si bien, posteriormente se la conoció popularmente como “Tarzoon, la vergüenza de la jungla” o, sin ningún tipo de pudor, como “Tarzán, la vergüenza de la jungla”.
Yo llevaba años detrás de esta película, quizás desde adolescente, y jamás di con ella. Cuando por fin doy con una copia gracias a Internet y al altruismo de los usuarios, me encuentro con un coñazo de padre y muy señor mío que, quizás sea por los tiempos que corren, pero resulta de lo menos sugerente. No tiene ni gracia la cosa. Ahora, curiosa, es un rato largo, sobre todo por todo esto que les cuento.
El tal Picha es una eminencia de la animación para adultos en Bélgica y, quizás, su obra más popular sea la serie “Animalimpycs” de la que también hay un resumen en forma de largo y que, si algún día me encuentro con el cuerpo golfo, quizá la vea y hasta la reseñe. Pero eso no será a corto plazo. Adjunto aquí, a modo de curiosidad, un recorte de prensa que anunciaba el estreno de la película que nos ocupa, en un céntrico cine madrileño.