jueves, 21 de marzo de 2013

RETRIBUTION

Otra de aquellas películas que encajan de lleno en la infame categoría de "Cintas que no alquilé ni tan siquiera siendo chaval porque mi sexto sentido me decía que eran una mierda. Muchos años después por fin las consumo y lo confirmo". Vamos, nunca me atrajo "Retribution"... no hasta que hace poco leí en un blog yankee que había una versión censurada. Y donde hay censura, hay algo interesante que ver. Sangre. Así que le encargué a mi hermano que diera con ella, dio y me la vi. Bluf!.
El prota de nuestra historia es un pintor atormentado con un careto muy peculiar. Parece un cruce  entre una anciana, un Vulcano y Christopher Lloyd. Mirarle mucho rato pone nervioso. El caso es que un día intenta quitarse la vida tirándose desde un edificio, pero no la palma, aunque durante la agonía algo raro le pasa. Algo tan raro como que, ya recuperado, se le ponen los ojos verdes y se va cargando a personas que no conoce... pero ellos sí le conocen, o al menos identifican su discurso pre-asesinato. Hay una explicación sobrenatural, claro, pero no la desvelaré, no sea que tengan la insensata intención de verla.
Uno de los muchos problemas de "Retribution" es que en seguida la calas, sabes que todo se va a reducir a crimen tras crimen, en línea recta, y te comienzas a aburrir a los 15 minutos. Y no paras de hacerlo hasta el final. Solo a ratos ocurre algo en la pantalla que llama tu atención, y es ese material censurado que decía, muertes bastantes "gores", destacando la del mecánico, probablemente la más espectacular y salvaje de todas. Pero los veteranos ya saben que eso no compensa el sufrimiento, porque el resto.... tela. Lo más llamativo son los intentos de comedia voluntaria por parte del director, realmente patéticos e inadecuados. Luego, su sentido de la estética, que es así como de un horterismo que espanta. También denota cierta incapacidad para rodar las cosas con normalidad... el ambiente "lumpen" en el que se mueve el prota (enamorado de una puta ataviada en plan "Madonna" pero a lo burro y que, por feo que sea él, le corresponde absurdamente) parece casi de caricatura, exageradamente tebeístico. Y así vamos tirando, pacientemente, entre histrionismos y chunguismos (las escenas de amor son de órdago) hasta un desenlace que, no por resultón, logra el milagro de que nos quede un regusto positivo.
Entre el personal sobresalen nombres propios como los de Kevin Yagher en los efectos de maquillaje (estuvo en algún "Viernes 13", algún "Pesadilla en Elm Street" y lo intentó como director con "Hellraiser 4", de la que terminó renegando), Alan Howarth a la partitura (tiene un curriculum sin desperdicio en el que destacan sus colaboraciones con John Carpenter) y Hoyt Axton, el padre inventor de "Billy Peltzer" en "Gremlins", interpretando a un poli. 
Al prota de cara rara, Dennis Lipscomb, lo había visto en un montón de pelis, como "Juegos de guerra" o "El día después", pero no lo situaba. Y el director, Guy Magar, ha hecho cosas como la tercera de "El Padrastro" y la séptima de "Los chicos del maíz". ¡Guau!.
Perfectamente olvideibol!.