Y durante estos días, me ha pasado algo similar, pero con el
efecto contrario. En los ochenta, emitían por televisión “Los Picapiedra” y a
mí me encantaba. Y decidí, igual que con el Popeye, echarme algo de esto a los
ojos. Como empezar con la serie me parecía muy heavy, no ya porque no esté muy
bien numerada, sino, porque váyase usted a saber la de episodios que ha de
haber… pero recordé que existía un largometraje – animado- en el que “Los
Picapiedra” se las tienen que ver con unos ineptos Conde Drácula y monstruo de
Frankenstein, que me encantaba, y que debía existir de alguna manera porque yo
recuerdo haberlo visto. Pensando que no iba a encontrar nada al respecto, al
menos en castellano, investigo un poco (no mucho) y enseguida la localizo,
curiosamente, en un portal dedicado al cine de terror.
En él, Los Picapiedra ganan un concurso de disfraces de
Halloween y el premio son unas vacaciones en Rócksilvanya en el castillo del
Cónde Piedrácula. Como es inevitable, Pedro y Wilma se llevan con ellos a Pablo
y Betty, y comienza la velada romántica en
el castillo.
En una de estas que el Conde Piedrácula se despierta de su
letargo de 500 años, y al ver a nuestros protagonistas, este queda prendado de
los encantos de Wilma, por lo que Los Picapiedra tratarán de escapar de
Frankenpiedra, que intentará capturarlos para entregarle a su amo a Wilma.
La cosa está en que la factoría de “Hanna- Barbera” no es la
de “Fleischer” ni la de “King Feature Sindicate” de Popeye, y si la serie de
los sesenta era buena, este largometraje destinado al mercado de la televisión
es bastante mediocre, por mucho que se saque a Los Picapiedra de su hábitat
“Piedradura”. Los 50 minutos que dura el telefilme se hacen eternos y
aburridos, y quizás para un tierno infante resulte, pero no para un adulto,
público este que en su momento se ganó “Los Picapiedra”.
También hay que tener en cuenta que la serie data de los
años sesenta mientras que esta película es de 1979, entonces yo creo que la
diferencia es enorme, no notándose en la animación, pero si en la estructura y
la historia.
En definitiva, un coñazo. Huelga decir, que tras esta
experiencia, ha desaparecido todo interés
hacia “Los Picapiedra”por mi parte, aún a sabiendas de que se trata una de las
mejores series de animación de todos los tiempos.
De título original
-en castellano neutro- “Un
encuentro con Piedrácula y Frankenpiedra”, los señores de la mítica
distribuidora “Grupo Aguila” simplificaron el título de la película dejándolo
simplemente en “Los Picapiedra encuentran a Rockula y Frankenstone” en su
edición en VHS, Beta y sistema 2000.
Dirige este telefilm
Ray Patterson, director de la mayoría de series de dibujos animados que
te puedas imaginar, desde 1950 hasta 1993. Es decir;
“Los Pitufos”, “Los Snorkels”, “Don Gato”, “Popeye”…
Ya que estamos, decir que el debut (animado) en el
largometraje, lo hicieron “Los Picapiedra” en la película “The Man Called
Flintstone” de 1966, conocida en nuestro país como “El Súper agente Picapiedra”
y que fue un éxito de taquilla, para después continuar con lo más parecido a
una película, que sería esto que acabo de comentar, y protagonizar un tercer
largo en 1987 con “The Supersonics meets the Flinstones”.
Por otro lado, ya en plenos 90, alguien decidió llevar a
“Los Picapiedra” al cine en imagen real, y lo hicieron con “Los Picapiedra”,
dirigida por Brian Levant (“Este chico es un demonio 2” “Un padre en apuros”) e
interpretada por John Goodman y Rick Moranis, y la mucho más entretenida “Los
Picapiedra en Viva Rock Vegas” del mismo director, pero esta vez con Mark Addy
y Stephen Baldwin (¿).
No se a los niños de hoy en día lo que todo esto les puede
parecer.