miércoles, 15 de octubre de 2014

PAPÁ PIQUILLO

El éxito abrumador de Chiquito de la Calzada fue algo que como vino, se fue. Eso era de prever. No daba para más el asunto. Y yo entiendo el éxito de aquel señor, pero nunca lo compartí. Siendo como soy un gran consumidor de humoristas (Tip y Coll, los mejores) nunca me gustó Chiquito como cuenta chistes (se repetía más que la leche y acabó auto parodiándose, lo que resultaba terrible), y sigo sin entender la puta gracia que puedan tener Faemino y Cansado que me parecen malísimos. Y eso que no entramos en el pantanoso terreno de los humoristas actuales (si es que son humoristas) en el que ya entran en juego odios y manías personales. Pero exceptuando estos, con todos, incluso con los más patéticos tipo “Félix el Gato”, me gusta verlos y me suelo reir. Soy incluso muy permisivo con el humor. Pero a Chiquito, pues la verdad, no.
Otra cosa es el cine, las películas para lucimiento de estos artistas. Como curiosidad me interesa mucho, independientemente de lo que me parezcan a mí los protagonistas. Ahí, las  películas que explotaban a Chiquito cuando aún su fama estaba en alza, “Aquí llega Condemor, el pecador de la pradera” o “Bracula, Condemor II”, me pueden llamar la atención por su condición natural, pero como no me gusta chiquito, me parecen una patata. Malas a más no poder. Las tengo en DVD no obstante, para que entiendan que me gusta el producto, me gusta su existencia, pero no son películas que vea una y otra vez.
A lo que voy es que de las tres películas que protagonizó Chiquito, la que si me gusta, y me parece incluso entrañable de lo ñoña que es, es este “Papá Piquillo”, que venía a destiempo (en 1998 Chiquito ya ni siquiera salía en televisión, o al menos, con la misma asiduidad que en 1994) y con la sana intención de demostrar que Chiquito de la Calzada, además de hacer eso de “Grijandemorenau”, también podía actuar  y hacer un registro dramático. Y sin salirse de su propio personaje, demostró que si podía, aunque no le sirviese de nada. De sus tres películas, fue la que menos recaudó. La vieron unos paupérrimos 120.000 espectadores.
Claro, que en contra de lo que se cree, las dos películas anteriores de Chiquito, que venían con la fama del cómico ya acabándose, tampoco fuero éxitos, pero si recaudaron bastante más que esta.
La película no es un muestrario de las gracietas de chiquito. Es una película con argumento y en la que Chiquito interpreta. Papá Piquillo, es un patriarca gitano que tras el accidente mortal de su hija, tiene que hacerse cargo de todos sus nietos. Tiene salir a trabajar con ellos, con el mono y la cabra, y mal comer, pero es la única forma de subsistir en un mundo en el que la única forma de generar dinero es vendiendo droga, cosa que Papá Piquillo, quiere impedir a toda costa. La cosa se complica, cuando uno de sus nietos sufre un accidente que lo paraliza y que para operarlo, tienen que llevarlo a Australia, cosa que, no es que sea cara para Piquillo, si no, que es imposible. Por lo que se le complicará algo la cosa.
A ver; no es que sea una gran historia. Ni siquiera es una buena película. Pero como está entretenida, y con su intencionalidad de película estándar (no un mero vehículo para el lucimiento de Chiquito), como incluso llega a tocar la fibra porque es una película ñoña y emotiva, a mí me gusta bastante más que las otras películas de Chiquito. Porque es una película de verdad. Ahora, quienes busquen en ella, las gilipolladas del “Condemor”, pues puede que les guste la película (porque está bien) o puede que no. En cualquier caso, y visto lo visto, si que es una de las mejores películas del inefable Álvaro Sáenz de Heredia, su director, que cuando hace películas, y no vehículos para tal o cual humorista, la verdad es que las hace bastante bien.
En cuanto a “Papá Piquillo”, es una película familiar ideal para las navidades, que le da mil vueltas a cosas que se antojan más actuales, pero dirigidas por directores que no tienen tanto oficio como de Heredia como pueda ser “Angeles S.A.”.
Está bien. Visible. Y si fuera niño, supongo que me encantaría.