Bien, No es nuevo el caso de celebridades que empiezan en
producciones subterraneas. Famosos son los casos de Stallone con “El Semental Italiano” –que aquí nos vendieron como “la peli porno de Stallone” cuando no
era tal cosa- o Madonna con “Un cierto sacrificio” –lo mismo; la peli porno de
Madonna, que en realidad es una rompedora película Underground-. Pero en
cualquiera de estos casos, ambos actores reniegan de estas películas, cuando
no, hacen lo que está en su mano para hacerlas desaparecer.
Sandler ante todo es un comediante, y rodó esta peli en
1989, cuando intentaba despuntar en el mundo de la comedia por todos los
medios, entre medias de sus apariciones en “La hora de Bill Cosby” y ser
fichado en “Saturday Night Live”. Vamos, que no era nadie. Y rodó la peli y
poco supo que hacer con ella, más allá de estrenarla de aquella manera. Sin
embargo, y a diferencia de Stallone y Madonna, Sandler cuando ya se hizo
megafamoso, en 1996, decidió editar la película en VHS y mostrarle al mundo sus
inicios. No reniega de ellos, sino que los abraza –supongo que cuando se trata
de comedia, el miedo al ridículo es menor-. Pero los abraza porque si Sandler,
como buen judío que es, si hay algo que sabe hacer mejor que hacer reír, es contar
monedas, por eso, igual en vez de ver afectada su carrera con este film, supo
sacarle partido.
La película es espantosa, se esfuerza por mostrar un humor
que no tiene gracia, y Sandler en ella, con toda su inexperiencia, no sale de
plano, hace unos gags y cuenta unos chistes horribles, hace montones de muecas
horrorosas y resulta peor actor de lo que de por sí es. La película, por propia
naturaleza, está llena de escenas que no aportan nada, cortes abruptos en un
montaje de lo más rudimentario y está resuelta toda ella a base de planos
fijos. Vamos, que se abusa más bien poquito del contraplano, más bien por el
desconocimiento que por una cuestión de estilo. O sea, puro cine de “Con lo
puesto”. Y eso por no hablarles de la eterna escena de créditos iniciales que
nos presenta a un Adam Sandler de dibujos animados que parece animado por un
tipo con cierto retraso mental.
Todo esto hace que “Going Overboard” resulte para mí una
película de lo más estimulante y atractiva.
Sin embargo en los USA, obviando los posibles valores
anti-académicos que tenga la película, es popular por chunga, preguntándose el fandom
como es posible que tras rodar tamaña mierda, Sandler llegara a ser lo que fue
tan solo seis años después. Y es que verdaderamente, si tenía una formula, aquí
todavía no había dado con ella, y se nos presenta como lo peor de lo peor;
absolutamente insoportable es su mera presencia. A Adam Sandler, dan ganas de
matarle en esta pelí. No obstante yo creo que es una película muy Sandler. Es
lo que ha estado haciendo toda su puta vida con millones en la producción, pero
esta vez sin un puto duro y sin saber muy bien por donde van los tiros.
Lo bueno son las circunstancias de por qué se rodó esta
película: Nada más empezar, Adam Sandler se planta frente a la cámara, y
explica al espectador que lo que vamos a ver, no es que sea una película de
bajo presupuesto, es que es una película dónde no hay presupuesto –luego
resulta que costó 200.000 dólares. Muy poco- y que se rueda por un simple y
único motivo; tienen acceso a un crucero dónde se va a celebrar un concurso de
belleza en alta mar, y acceso a una cámara de 16 mm. asi que habrá que hacer
una peli ¿no?
Así, tenemos lo que Sandler propone nada más empezar; una
peliculita cutrona rodada en un crucero real (¿Quién no ha grabado su
peli/corto en un crucero? Yo por lo menos si…) en la que se nos cuenta la
historia de un camarero de barco, (Sandler) que en realidad lo que quiere es
ser cómico, por lo que pretende que el cómico residente del barco, le de una
oportunidad. Este resulta ser un gilipollas y no se la da, por lo que el
camarero se tira la película entera intentando robarle el puesto en el barco.
Por otro lado, hay una subtrama que no se entiende nada con unos asesinos
Panameños enviados allí por el Comandante Noriega. Esto es un gag ideado por
Sandler, porque por aquellos años los Estados Unidos estaban en conflicto con
Panamá, lo que le sirve para idear una subtrama que le sirve para introducir un
elemento atrevido y transgresor, pero que, verdaderamente, lo único que hace es
enmierdar más el resultado.
Bueno, como película en si misma no vale absolutamente nada,
pero es la típica que por lo que es, por sus propias características, suele
interesarme a mí; soy muy previsible, a mí esta puta mierda me ha encantado.
Junto a Sandler en la película tenemos a Burt Young en uno
de esos papeles que se ventilan en una sola sesión pero cuyas apariciones se
suministran a pildoritas a lo largo de la película, cómicos amigos como Scott
LaRose, Adam Rifkin como ¡Miss España! y
las presencias, antes de ser celebridades de Billy Bob Thortom y Billy Zane que
hace el ridículo casi más que Sandler.
La directora Valerie Breiman, aparece como actriz en la película de “Miss
España” “El maníaco Invisible” o en “La loca aventura del matrimonio” mientras
que después de este debut volvió a dirigir unas cuantas cosas más, películas de
esas “para chicas” como “Amor y Sexo” o una cosa llamada “Bikini Squad”.
En definitiva; una autentica curiosidad.