lunes, 28 de diciembre de 2015

A VERY MURRAY CHRISTMAS

Netflix, algo así como un canal de televisión a la carta por internet –no me queda muy claro porque uno ya va teniendo una edad y los avances tecnológicos cada vez quedan mas lejos de mi alcance y/o comprensión- que está de actualidad porque recientemente se ha instaurado en nuestro país –dónde la cultura de la descarga ilegal está hasta bien vista- y, bueno, está  causando cierto interés en el público más amigo de las redes. Y a mí este tipo de propuestas no me llaman la atención salvo por la oferta de producciones exclusivas que ofrece (y que el mismo día del estreno ya están disponibles por vías ilegales). Estas son telefilmes de lujo, rodadas con dinero, sin mucho que envidiar a los productos mainstream que se estrenan en salas, y con repartos de lujo. Vamos que se trata de estrenos directos en ese canal, sin distribución en salas a fin de cuentas. Sonado es el Western cómico de Adam Sandler “Los 6 Ridiculos” o este “A Very Murray Christmas” que me he comido la pasada noche buena, y que son películas destinadas en exclusiva para dicho canal.
Así, Bill Murray en un ejercicio de megalomanía, lo que nos propone es un “Hollyday Special” –o mejor, una parodia- como los que se hacían en la televisión americana allá por los años 50, en los que una estrella en alza, el Bing Crosby de turno nos ofrecía todo tipo de actuaciones de variedades mientras él cantaba,  al piano, libres versiones de los villancicos populares clásicos americanos. Para que me entiendan ¿saben los especiales de Navidad de Raphael todas las nochebuenas? Pues esto es exactamente lo mismo, solo que para la ocasión el anfitrión es Bill Murray que se pega la machada de cantarse tropecientos villancicos de las más variopintas maneras, y haciéndose acompañar de amigos del mundo de la farándula en algunos de ellos. Así, vamos viendo desfilar por la pantalla a gente, gentuza y gentucilla de la talla de Miley Cyrus, Chris Rock, Paul Shaffer, Michael Cera, Jason Schwartzman, Maya Rudolph o George Clooney que se convierte en el principal chiste de la función.
La cosa está en que se introduce una ficción en la que, debido a una tormenta, Bill Murray y un grupo de personas se quedan encerrados en el hotel desde donde se emitirá en especial Navidad que el actor pretende grabar y, ya que están, se lo marcan ahí mismo, off cameras.
Bien, pues una vez satisfecha la curiosidad inicial, y aunque  tampoco se convierte en una cosa insoportable, la verdad es que ver un especial navideño de Bill Murray, tampoco es que sea una cosa extremadamente divertida. Es más, a mí me ha resultado bastante coñazo, y quitando uno o dos gags insertados ahí porque, como es Bill Murray, tiene que soltar alguna gracieta, resulta bastante poco gracioso y hasta poco edulcorado, para mi gusto, para tratarse de un producto navideño. Vamos, que es bastante mierdosillo y no tiene tono navideño, a pesar del numerito inicial con Miles Cyrus y Clooney, ahí con el fondo blanco en plan “Blanca Navidad”.
La coherencia llega con los títulos de crédito cuando vemos que la directora es Sofia Coppola, a la cual se le encarga este vehículo de lucimiento para su amigo Murray al que ya dirigió en “Lost in traslation”. Que sabrá esta directora, moderna y pasto del hipsterío más repugnante, sobre un buen especial de Navidad.