sábado, 12 de diciembre de 2015

THE RITUAL OF DEATH

A principios de los 90 mis queridas revistas de importación me descubrieron a un director que, además de sonar exótico, destacaba por haber hecho sendas películas que prometían lo más extremo en truculencia y desmelene. Fauzi Mansur. Venía de un país ya con cierta tradición en esto del terror, Brasil (con el inevitable José Mojica Marins o Iván Cardoso en cabeza), y disponía dos obritas en su haber, “Atração Satânica / Satanic Atraction” y esta de la que les voy a hablar hoy, “Ritual Macabro” o, tal y como se la conoce internacionalmente, “The Ritual of Death”. En esos entonces poder visionar todo aquel enigmático y jugoso material resultaba una tarea prácticamente imposible. Hasta ayer.
Hace no mucho leí sobre el señor Manzur y re-despertó mi interés en sus aportaciones al horror, especialmente esta sobre la que escribo ahora. Y digo sus “aportaciones” porque el terreno natural de este caballero era nada menos que la pornografía, a la que se dedicó en cuerpo y alma durante muchos años tras intentarlo con comedias o dramas que, supongo, no acabarían de copar sus expectativas económicas. Antes de abandonar el cine, parió ese par de rarezas horroríficas que incluso son material netamente oscuro para los mismos fans del género que habitan Brasil. Al parecer ambos productos se parieron con vistas a una distribución exclusivamente extranjera, y por eso “The Ritual of Death” es, según tengo entendido, inédita en su tierra. O algo así. Está fechada en 1990 y rodada en 16mm.
Un grupo de teatro que asiste a una conferencia sobre rituales indígenas y tal, decide adaptar todo lo aprendido en su próxima función. El problema es que no tomaron apuntes, así que van a casa del experto a robarle el libro que contiene toda la info. Uno de los mangantes, también actor en horas libres, sufrirá las iras de los malos espíritus, siendo poseído por un personaje siniestro para que asesine a sus compañeros de tablas.
Básicamente eso es lo que entendí. Y creo que no voy mal encaminado. A semejante pifostio añádanle un porrón de ideas extravagantes propias de un Jodorowsky mutado con Herschell Gordon Lewis, algo de inevitable sexo y, por supuesto, mucha sangre, que a fin de cuentas es lo que nos importa y la verdadera baza de la película.
Sí que hay guarrerías (pus chorreante, babas verdes), sí que hay mutilaciones (tripas extraídas a martillazos), sí que hay momentos ridículamente regocijantes (un actor es convertido en pulpa de la mitad pabajo gracias a una hélice enorme en un efecto tremendamente ridículo. Otro ve cómo una pesada rueda se abalanza sobre él y, a pesar de que le sobra espacio y tiempo para escapar, se queda ahí tumbado esperando) y sí que hay material impactante y bizarro (un baño de sangre en cueros cortesía de una chorreante cabeza REAL de cabra. O cuando al prota le sale un grano de pus enorme en la cara y revienta, llevándose media faz por delante.. no la vean mientras devoran yogurt) y sí que hay efectos especiales cantosos (a estas alturas ya habrán deducido que el truco favorito de Mansur es enterrar al actor hasta la cintura y añadirle el resto del cuerpo artificialmente para machacarlo cuanto haga falta), pero todo es como... no sé, muy tontaina. Y en esencia, la peli arranca con pinta de que lo que veremos será muy delirante, demencial, alocado y extremo para, poco a poco, ir acomodándose a la rutina propia de un slasher con gotas sobrenaturales. Encaja muy bien ahí la pegadiza pero hortera cancioncilla de los créditos.
Como curiosidad tiene un pase. Y si lo que quieres es gore generoso, también, pero te advierto que me la descargué de youtube, y si allí la censura no ha actuado, por algo será.
En cuanto a Fauzi Mansur, nunca más se supo de él y, francamente, he perdido todo interés en ver "Atração Satânica".