viernes, 11 de diciembre de 2015

AGONIZANDO EN EL CRIMEN

Tras una operación quirúrgica, la novia de un cirujano pierde la vida. Este, enloquecido y con sus facultades mentales mermadas, pensando que su novia sigue viva, se dedicará a asesinar a estudiantes de medicina  a los que en un alarde de originalidad, cercenará las manos –no vaya a ser que estos recobren vida y les de por volver a operar a su novia, no te jode…- .
Como es de suponer, “Agonizando en el crimen” es un bodrio e tres pares de cojones, un thriller que coquetea con el fantástico y que aún teniendo un par de momentos visuales conseguidos –algún asesinato- o momentos propicios para la risa involuntaria –hay un bailecito yeyé en el que uno de los jóvenes que lo practica hace unas muecas con la boca que hacen pensar en retraso mental-, nunca nada de lo positivo que pueda ofrecernos esta película  es suficiente, si bien el único interés que posee es el film es el personal implícito en la misma.
A nivel histórico, hay que decir que se trata de la primera película protagonizada por Paul Naschy, y claro, como debut en un rol protagónico anterior a Waldemar Daninsky, este no aparece acreditado como Naschy, sino con el nombre de David Molba, que a su vez era el nombre artístico que usaba en sus inicios Jacinto Molina, por ser este más comercial que el autentico y genuino nombre, ya inherente a su persona.
Por otra parte, no deja de ser un anticipo a lo que más adelante sería la carrera de Naschy, el hecho de que el director de la misma sería Enrique López Eguiluz, quien después haría que Paul Naschy existiera en el mundo rodando “La Marca del hombre Lobo” y que tan pronto se apartaría del cine comercial tras rodar “Santo contra los asesinos de la mafia”.
Sin embargo, mucho más gracioso resulta el caballero que produjo, escribió,  compuso la banda sonora e interpretó al protagonista principal; según los créditos, este señor se hace llamar Juan. Así sin más. Claro que si indagamos un poco más descubriremos que se trata de Juan Logar, enemigo de Paul Naschy desde esta película y responsable de cosas como “Autopsia” o “El perfil de Satanás” que ya hemos comentado por aquí.
Lo gracioso de Logar es la interpretación tan desfasada que nos ofrece, si bien es cierto que por físico, incluso, recuerda terriblemente al Edward D. Wood Jr. De “Glen or Glenda” lo que en su calidad de hombre orquesta del cine más zetosillo,  no deja de ser revelador, ya que efectivamente, podríamos estar hablando de una especie de equivalente patrio del considerado “Peor director de la historia del cine”, siempre que tengamos en cuenta que, Logar, quién además rodó en vídeo hace un par de años una nueva película en calidad de productor/director es, a todas luces, infinitamente peor directos –y escritor, y actor- que Wood.
Más allá del interés que puedan generar estos personajes, el ver esta película es un acto vacuo.
Pero bueno, en peores plazas hemos toreado de todas formas….