sábado, 19 de marzo de 2022

FANGORIA FILMS

Tras años dedicados a promocionar y desmenuzar el cine -de terror- creado por otros, la revista "Fangoria" -a la que, a pesar de sus altibajos, tengo en gran estima- se anima a producir su propia mierda recién inaugurados los años 90. Así, bajo el más que obvio nombre de "Fangoria Films", se casca tres largometrajes que me he tomado la molestia de consumir para comentar (a grosso modo) seguidamente (según la fuente, el año de producción varía. Yo me quedo con este orden porque me mola y lo dice Wikipedo):
ODISEA EN EL TIEMPO ("Mindwarp" en v.o.) fue la primera -1990- y se nota. De entrada todo pintaba estupendo: una de terror producida por "Fangoria" con protagonismo de Bruce Campbell y Angus Scrimm. Luego resultó que, narrativamente, estaba más cerca de "Mad Max 2" y Campbell lejos de su aún reciente rol en "Terroríficamente muertos". Sin embargo, vista ayer, confirmo que no está ni tan mal. Tiene su dinamismo y sus buenas dosis de truculencia (cortesía de KNB Group). La movida se sitúa en un futuro pos-nuclear. Los supervivientes más afortunados viven atados a una máquina que les proporciona fantasías estupendas a todas horas. La prota, aburrida, sedienta de aventuras y dispuesta a saber más de su desaparecido padre, sale al exterior donde conocerá a una especie de guerrero errante, serán capturados por una panda de caníbales mutantes y lucharán contra la sangrienta secta de un misterioso gurú. Ya digo, maja. Tiene su gracejo. Dirige Steve Barnett, un especialista en roña directa al video-club por ahí los 90.
En su año -1991- consideré LOS HIJOS DE LA NOCHE ("Children of the night" en v.o.) la mejor de las "Fangoria movies". Revisada ayer, no alcanzo a comprender qué motivó dicha apreciación. Esta vez la cosa va de vampiros. Dos adolescentes liberan a uno muy chungo que vive bajo el agua con los pulmones fuera del cuerpo -una idea original- y convertirá a todo el pueblo en chupasangre, menos a una de las chavalillas. Será un profe el encargado de salvarla y destruir al monstro. Una de las cosas que me gustaron de "Los hijos de la noche" fue su tendencia a marear mucho la cámara y dotar al conjunto de un aire visualmente grotesco (será porque, pa variar, el dire tenía tablas: Tony Randel, responsable la segunda entrega de "Hellraiser", "Amityville 1992" y "Ticks"), pero ahí queda todo. En cuanto al resto, podríamos decir que no hay una historia propiamente dicha (solo una combinación de momentos) y el gore es el más escaso de la trilogía. En el reparto, una Karen Black haciendo la vampira (con lo poco que le gustaba que se la asociara al terror, debería estar contentísima), el hijo de Dom DeLuise, la hija de uno de los "Monkees" y Garrett Morris (lo viste en "The Stuff / In-Natural" echando yogur mutante por la boca). Muuuuuuy flojita.
PLASMA MORTAL ("Severed Ties" en v.o.) fue la última -1992-. Supongo que por entonces el dinero y el talento disponibles escaseaban, lo que le pasa mucha factura. Cuenta la historia de un científico que crea un plasma capaz de regenerar piel y carne humanas, lo que le proporcionará un brazo monstruoso con el que vengarse de aquellos que le dieron mala vida, es decir, mamá y su pretendiente. A estos los interpretan un Oliver Reed en horas bajas y una Elke Sommer en horas bajísimas. Del reparto restante destacan Johnny Legend y un reincidente Garrett Morris. ¿La peli? telefílmica y deprimente hasta decir basta. Y aburrida, claro, pero eso lo damos por sentado. Los mediocres trucajes de KNB Group no desentonan. Y el gore, del montón. Lo único chulo es el nombre del director, Damon Santostefano. Lo demás, olvidable hasta la amnesia.
Tal y como habrán deducido, la cosa no funcionó demasiado bien y "Fangoria Films" bajó persiana. Tiempo después se animó a retomar un poco el tema, pero sin implicarse en exceso. Reeditaron títulos ajenos descatalogados, recopilaron cortos de los fans, bla, bla y bla. Hasta que, no hace demasiado (y, supongo, motivados por la fatídica llegada de herramientas digitales capaces de abaratar la confección de peliculismos), se animaron otra vez a producir roña propia, dando como resultado mediocridades nostálgicas ("VFW"), insípidas comedias ("Porno") o absolutas aberraciones inmisericordes (el remake de "Un castillo alucinante". De verdad, espantoso). Vamos, que lo de facturar cine no es lo suyo. Mejor limitarse a la revista (o a la página web, cuanto menos) que de pelis terroríficas en el peor de los sentidos vamos ya sobrados.