sábado, 12 de marzo de 2022

SESIÓN DOBLE: CAZAFANTASMAS, MÁS ALLÁ + LA MATANZA DE TEXAS 2022

CAZAFANTASMAS, MÁS ALLÁ: Los gerifaltes de Hollywood llevaban años intentando levantar una tardía tercera entrega de "Los Cazafantasmas", pero su protagonista de mayor enjundia, Bill Murray, solía negarse aludiendo que nadie querría ver a unos señores de avanza edad dedicados a tan sobrenatural tarea. Bien, a pesar de ello, y de la muerte de Harold Ramis que, teóricamente, arrasaba con toda posibilidad de un "Ghostbusters 3" oficial, finalmente ocurría, nacía "Cazafantasmas: Más allá" y Murray accedía a firmar (aunque contara con más años que cuando rechazó todas las propuestas previas). Los motivos diría que fueron sentimentales: la muerte de Ramis -ampliamente homenajeado en la película- y la implicación de Ivan (que en paz descanse) y su hijo Jason Reitman.
En cualquier caso, se trata de un entretenimiento tontaina, agradable y muy bien conectado narrativamente con el clásico de 1984 que, ¡ups!, se va al garete en cuanto, hacia la parte final, asoman el jeto los Cazafantasmas originales. Ahí te das cuenta de la muchísima razón que tenía Murray: Nadie quiere ver ancianos cazando criaturas espectrales. Ya no es la inmensa gordura de Dan Aykroyd (cuya aparición previa, más realista, funciona mejor), son las tremendas arrugas de "Peter Venkman" y su pelo despeinado. Da grima verle. Es todo bastante lamentable y, de hecho, cuando acabó me quedó un poso tristón. Sí, "Cazafantasmas: Más allá" es una película deprimente.
Otro debate consistiría en si era necesario el momento post-créditos -con la presencia de
Sigourney Weaver- donde se "arregla" un gag tirando a políticamente incorrecto del film de origen, cuyo humor cafre y socarrón iba mucho más en consonancia con ese detestado, pero -desde mi punto de vista- bien consumible "Cazafantasmas 2016" protagonizado únicamente por coños, que el tono de aventura Spielbergiana y sentimentalismo de saldo en esta reciente "entrega". Una que, solo espero y deseo, no conozca continuidad.

LA MATANZA DE TEXAS 2022: Lo que diré a continuación no lo provoca la demasiado común Netflix-fobia (en su momento ya expuse cristalinamente que estoy en las antípodas de considerarme enemigo de la plataforma, por la que siento gran respeto y simpatía -aunque no sea cliente-). Sin embargo, tampoco puedo evitar sentenciar que la nueva "Matanza de Texas", apadrinada por ellos, es lo que, popularmente, llamamos un mojón, y de los gordos. Un film aburrido como el demonio e incapaz de despertar emociones, ni miedo, ni suspense, ni la más mínima empatía con sus inocuos personajes.
"La Matanza de Texas 2022" insiste en la idea de separar a Leatherface de la familia, convirtiéndolo en un "Jason Voorhees más del montón", algo que cuando vi por primera vez en la entrega tridimensional me gustó. Pero si lo piensas detenidamente, tal vez no sea una elección tan acertada. Al fin y al cabo, lo del clan de tarados es, justamente, aquello que marca la diferencia de esta saga respecto a otras afines.
Por contra, sí es un error común a todas las secuelas (incluida la dirigida por el mismo Tobe Hooper), el meter borbotones de sangre. Supongo que a los "fans" les entusiasma y motiva que escriban cosas tan positivas de una película tan mala. Digamos que los árboles no les dejan ver el bosque. Pal caso lo traduciríamos como: la tripas no les permiten ver la cruda realidad. Sí, este "Texas 2022" es un festival de gore. Tienes todo el que quieras y más. ¡Ei! me encanta la truculencia bien parida y mejor aplicada... PERO no me basta con ella. Si lo que me cuentas es una mierda, la película resultante seguirá siendo una mierda. FIN.
Creo que ya lo he dicho antes, pero lo repito: No deja de ser paradójico que todo esto lo iniciara un film que pasó a la historia, y dio la vuelta al género convirtiéndose en un absoluto clásico, sin mostrar casi casi ni gota de sangre. Recordemos que la del 74 era sucia, desagradable, malrollera... era muchas cosas, pero no sangrienta. Hooper lograba aterrorizar a la audiencia a base de atmósfera, de jugar con el sonido, de, en definitiva, talento... pero nunca tiraba por lo fácil. Desde entonces, nadie más ha intentado repetir la hazaña. Saben que la plebe demanda hemoglobina y dársela en grandes cantidades funcionará comercialmente. Por eso, a pesar de los años y las entregas, la primera sigue siendo la más espeluznante y, en definitiva, el título de peso que es (fíjense que he usado el término "más espeluznante", no he dicho "mejor", básicamente porque yo prefiero la segunda, aunque soy consciente que queda lejos de ser una obra maestra genuinamente terrorífica -más cuando sabemos que sus perpetradores apuntaban a la sátira antes que al horror puro y duro-)