lunes, 12 de junio de 2023

UNA VIDA BÁRBARA

De un tiempo a esta parte, a la hora de llenar las plataformas de contenido, el realizar biopics en forma de serie documental o de ficción sobre personalidades del mundo del espectáculo se ha puesto de moda, además con resultados la mayoría de las veces satisfactorios. Arnold Schwarzenegger, Locomia, Andrés Pajares, Wu-Tang Clan, Luis Miguel, Supreme NTM, Miguel Bosé, Nacho Vidal… todos ellos tienen una serie sobre su vida y mucho me temo que en adelante habrá muchas más.
Y en concreto me di cuenta que un personaje, podemos decir que menor, una actriz que asociamos más la prensa rosa que al mundo del cine como es Bárbara Rey, era el centro de atención de dos series, el biopic de ficción “Cristo y Rey” que está francamente bien y al que la única pega que le pongo es que, ni en mil años, me creo a Jaime Lorente en el papel de Ángel Cristo, y la serie documental “Una vida Bárbara” que se centra exclusivamente en los avatares y vicisitudes de la Rey.
Y uno tiende a pensar si la presencia de Bárbara Rey es lo suficientemente meritoria como para tener no una, sino, dos series en torno en su historia. Y vaya si lo es… Porque la Rey no solo fue una vedette de renombre en los 70 y actriz en la época del destape que trabajó en toda suerte de productos y subproductos, también fue un icono pop de los 80 junto a su marido el domador de leones (y protagonista de “El Cid cabreador”) Ángel Cristo, y personaje de prensa rosa en los 90 a raíz de los malos tratos a los que le sometía su esposo, cuya adicción a la cocaína, además, le convirtió en poco menos que un caricato cuyo deterioro físico fue más que sonado en televisión. Pero Bárbara sobre todo era, como reza uno de los capítulos de la serie de ficción, la puta del Rey. Bárbara Rey mantuvo una relación sexual/afectiva Don Juan Carlos I, Rey de España durante los años 70, que luego retomaría en los 90 y que me parece harto de interesante porque, sin comerlo ni beberlo, Bárbara Rey se vio inmiscuida en un entramado criminal, casi una guerra de mafiosos, en la que estaban involucrados Mario Conde, el Estado y la Monarquía. El Rey Emérito echaba un polvo a Bárbara Rey en cuanto tenía ocasión y, claro, en esos momentos de alcoba se revelan muchos detalles y secretos. Pronto su relación con la actriz supondría una molestia más que cualquier otra cosa y lo más prudente era deshacerse de ella. Pero Bárbara Rey aprovechó la coyuntura que, precisamente, le ofrecía la prensa rosa para enfrentarse a toda esta gente, y ya la cosa se pone calentita cuando entran en juego la extorsión, el chantaje y las escuchas ilegales. Bárbara Rey se merece, efectivamente, los dos biopics que llevan su nombre.
En cuanto a este “Una vida Bárbara” desarrollado a lo largo de cuatro capítulos, estructura divinamente todo esto que les cuento, centrándose el primer capítulo en sus inicios en el mundo del espectáculo, el segundo en su relación primeriza con el Rey durante los años en los que era una de las mujeres más deseadas de España, el tercero en su vida circense junto a su esposo Ángel Cristo —y aquí la cosa toma tornas de thriller. No en balde, la serie “Cristo y Rey” se basa exclusivamente en esta tortuosa relación—, y el cuarto y último se centra en el entramado criminal del que les he hablado más arriba. Todo ello narrado por la propia actriz que es entrevistada a tal efecto en profundidad, así como se ilustra todo con abundante material de archivo y entrevistas a los implicados en cada uno de los sucesos. Todo ello muy interesante y adictivo, aunque, como todas las series y documentales a Atres Media, más cercano a un reportaje para la prensa del corazón que a productos de mayor valor documental. Como fuere, la vida privada de Bárbara Rey yo creo que, efectivamente, es lo suficientemente interesante como para que trascienda a su vida profesional.
Creada por Daniel Écija, quien también es el responsable de “Cristo y Rey”, y dirigida por Óscar Bernàcer, director de trayectoria cortometrajíl y televisiva, “Una vida Bárbara” puede que sea una de las mejores series documentales de producción nacional que pululan por las distintas plataformas de streaming. ¡Se la recomiendo!