lunes, 4 de diciembre de 2023

REVOLVER

“Revolver” es una cosa marciana. Tanto como para justificar el visionado. Y es que tras esa apariencia de "serie B" de acción, en realidad se esconde un telefilm de lujo cuya máxima prioridad es promocionar lo catalán. Les explico: “Revolver” es un producto televisivo co-producido entre Columbia Pictures y la televisión autonómica de Cataluña (TV3), concebido de cara a las olimpiadas del 92, por lo que al final se trata de una especie de panfleto turístico de Barcelona. Muy curioso.
Además de estar protagonizada por un Robert Urich, que ya en 1992 no tenía especial tirón comercial, el argumento casi parece de exploit destinado a cines de barrio y auto-cines de los 70, sin que, por otro lado, haya una gota de postmodernismo o intención alguna de homenajear ningún género.
Cuenta la historia de un agente del FBI (¡de ascendencia catalana!) con una trayectoria ya larga, que en una misión especial en Los Angeles acaba disparando y, por ende, asesinando a un niño pequeño. Este hecho le deja lo suficientemente traumatizado como para decidir retirarse. Pero es convencido por su jefe para que antes de hacerlo, aborde una nueva misión. El agente acepta y, en consecuencia, recibe un mal disparo que le deja paralítico. Esto no es óbice para que, silla de ruedas mediante, viaje hasta Barcelona para dar con quienes le han dejado imposibilitado de por vida y eliminarlos… eso sí, con la autonomía que le proporciona la silla de ruedas. Entonces pues, tenemos una película en la que Robert Urich pega muchos tiros sobre ruedas, habla mucho con todo el mundo y tiene encuentros con catalanes de pro como puedan ser Jordi Mollá —en uno de sus primeros papeles—, Assumpta Serna o Ariadna Gil, que se defienden en inglés en pantalla como buenamente pueden, y ponen cara de no saber muy bien lo que están haciendo en ningún momento. Mollá, sin embargo, está bastante suelto con el inglés (y por eso su carrera actoral está ahora en USA y no en Cataluña).
Los familiares del personaje de Robert Urich hacen especial hincapié en que no olvide su procedencia catalana, como si quisieran hacer ver al espectador la importancia de dicha condición, cuando en realidad es solo una excusa para justificar que la película está rodada en Barcelona. Incluso cuando la trama se ambienta en Los Angeles, es también Barcelona, salvo por un par de secuencias.
Pero ¿Por qué este interés en lo barcelonés en esta película? Fácil: se estrenó en Abril de 1992 a nivel internacional, justo a tres meses de los Juegos Olímpicos celebrados en la ciudad. Así, servía para mostrarle al mundo la moderna Barcelona donde se iba a celebrar el evento, su cosmopolitismo y que, de esta manera, al público le entraran ganas de visitarla.
Si los Juegos Olímpicos se celebrasen hoy y la televisión catalana quisiera hacer un film promocional de la ciudad de Barcelona, lo más probable es que hubieran producido una cosa de Woody Allen o una de Isabel Coixet, pero, en 1992, la conciencia general era que para promocionar la ciudad había que hacer una de tiros ¡Y nada menos que con Robert Urich!
“Revolver” empieza fuerte, con una secuencia de acción noventera que hace intuir que tal vez la película al menos esté entretenida, pero según va avanzando la trama, se impone el diálogo y el aburrimiento, haciendo perder el interés al espectador por lo menos hasta que empezamos a ver lugares reconocibles de Barcelona o a los actores españoles que van apareciendo con cuenta gotas. Mollá y la Gil hoy están más vistos que el tebeo, pero en 1992 en realidad no eran más que actores novatos, por lo que, en su momento, sus presencias tampoco dirían nada a los espectadores.
En definitiva, es un poco rollo, pero lo suficientemente curiosa para que la veamos con el justo interés.
Por su parte, el director Gary Nelson tiene una dilatada carrera en la que destaca la realización de telefilmes y series de televisión (suyos son algunos capítulos de “Superagente 86” o “Kojack”), si bien en los setenta se puso a dirigir cine para Disney dando títulos clásicos como puedan ser “Viernes loco” o, sobre todo, “El abismo negro”, así como co-dirigió, sin acreditar, “Halcones de la noche” de Stallone. Seguida de la infame "Quatermian y la ciudad perdida del oro". Después, se volvió a su zona de confort, la televisión.
Curioso lapsus este de “Revolver”.