Extraño SOV surgido durante la época dorada del vídeo, pero en su condición de baja estofa, es decir, uno de tantos aparecido a mediados de los 80 con el videoclub (americano) como campo de acción, pero sin lograr granjearse un culto posterior al nivel de “Blood Cult” o “555”. Solo recientemente ha sido redescubierta en la era de Internet generando cierto fandom.
Rodada durante 1986 y montada a lo largo de los dos años siguientes, siendo así su lanzamiento retrasado en el tiempo tras un estudio de mercado realizado por los productores Joseph Merhi, Richard Pepin y Ronald L. Gilchrist (auténticos astros del "exploitation") con el fin de encontrar el momento de mayor rentabilidad, “Hollow Gate” sería una de las últimas películas distribuidas por "City Lights Entertainment", experta en productos de bajísimo presupuesto para explotar en vídeo —el propio Merhi firmó la comedia “Hollywood in trouble”, uno de los “grandes éxitos” de la compañía que llegaría a nuestro país en formato magnetoscópico—, iría medrando hasta especializarse en material televisivo bajo un nuevo nombre, el de "PM Enterteinment Group" (entendemos que PM por Pepin/Merhi) En el fondo, una compañía de "losers" que dejó de existir en los albores del 2000.
"Hollow Gate" cuenta la historia de un niño que jugando a intentar coger manzanas con la boca dentro de un cubo de agua, es casi ahogado por su propio y enajenado padre. Esto, que ocurrió durante la celebración del Halloween, generará que el muchacho crezca traumatizado y odiando la festividad. Años después, unos adolescentes decidirán pasarlo bien donde nuestro hombre... y durante Halloween, por supuesto. Así, el tipejo, disfrazado cada vez de una cosa diferente, dará cuchillo a los chavales que se interpongan en su camino entre traqueteos de trípode y eternas conversaciones de los personajes sin apenas inmutarse.
“Hollow Gate” es una genuina y estrepitosa película mala, de esas que nunca llegarán al olimpo de las suyas porque el público potencial, posmoderno, no comprenderá el tedio y falta de humor del que hace gala. Es una de cuchilladas desgarbada y grabada en vídeo, punto. Sin embargo, tiene cosas destacables, como el hecho de estar —más o menos— bien iluminada (hay un efecto de luz detrás de una persiana veneciana que me parece súper cinematográfico y efectivo para una producción de este tipo, en el que predomina la sombra de los actores tras el focazo y la imagen quemada), sendos momentos conseguidos (una muñeca de porcelana que aparece durante los créditos iniciales, da bastante mal rollo) o alguna idea potable, como que el asesino cambie de disfraz con cada crimen (claro que eso también lo vimos previamente en "El tren del terror"). Por lo demás, máximo aburrimiento y sensación de asfixia. Parece que no va a acabar nunca. Es decir, lo normal. Su visionado se queda en mera anécdota.
En cuanto al director, Ray Di Zazzo, no volvería a responsabilizarse de una película más en su vida, aunque es poseedor de una productora llamada "Dizazzo Media" y hay quien especula que parte de su tiempo libre lo dedica a la poesía.
Poco más… “Hollow Gate” es, sencillamente, terrible.