Ha estallado una cruenta guerra civil en los USA. Un grupo de periodistas, destacando la presencia de una traumada y descreída fotógrafa, se plantea como meta acudir a Washington y entrevistar al presidente, antes de que sea capturado y ejecutado. No hace falta decir que el viaje estará plagado de momentos intensos, muchos de los cuales contribuirán a cierta transformación personal.
Antes de ver "Civil War", me esperaba una especie de epopeya bélica a lo grande, situada en plena urbe. Pero no, mayormente estamos ante una "road movie" con sus escenas intimistas, de desarrollo de personajes, lo que, gracias a la enorme capacidad de los actores, las hace tan interesantes y.... iba a decir "disfrutables como las secuencias de tiros y muertos", pero no sería la palabra adecuada. Las secuencias de tiros y muertos quedan lejos de ser disfrutables. Vienen abordadas de modo hiper realista, sin gilipolladas heroicas, ni excesos melodramáticos. Todo en su justa medida, evitando implicarse más allá de lo necesario. Y ustedes, público, sabrán cómo les sientan. Debe ser la edad, pero yo las sufrí y me resultaron incluso desgarradoras. "Civil War" es una de esas películas que te desconectan del resto del mundo al zambullirte en ellas, y al día siguiente, y al otro, no paras de pensar en lo que viste. Es cierto que, ocasionalmente, nos regala imágenes estéticamente hermosas... sin embargo, para nada aplacan la sensación de estar siendo testigos de algo muy trágico y hasta terrorífico.
No quiero hacer spoilers, pero, hacia la mitad final, hay una escena específica en la que los protagonistas se topan con unos patriotas de corte radical y pone los pelos de punta. Francamente angustiosa. Un diez para un Jesse Plemons no acreditado, dando vida a uno de esos escalofriantes fanáticos armados, ahí con sus gafas de sol de plástico rojo, frío, imprevisible, sin compasión. El cabrón da verdadero miedo. La resolución es pura adrenalina. Y las consecuencias del drama experimentado, tremendas. Un diez al cubo.
Todo ello converge en un clímax acojonante. Intenso. Vibrante. Crudo. Brutal. Y un desenlace que quita el hipo. Garland echa mano again de esa capacidad de contención, evitando dramas y lágrimas gratuitas. Justo unos segundos antes, boquiabierto, pensé "Como acabe aquí, comienzo a cagar pepitas de oro". Y así es como fue. Vale, no eché el preciado metal por el ojete, pero sí aplaudí, fascinado.
Encima, y por si "Civil War" no contara ya con un chorrón de atributos, en la banda sonora asoman dos canciones de los míticos "Suicide", uno de los grupos más genuinamente punk de la historia del rock. Y no porque suenen a "Nofx" precisamente. Ambas coplas vienen perfectamente elegidas y ensambladas en el film.
Como decía, el reparto está sensacional. Una dura y seca Kirsten Dunst. El gran Wagner Moura, ya acostumbrado a estas lides con su protagonismo en las muy estupendas "Tropa de élite". Cailee Spaeny, destinada a ser el nuevo rostro bonito de moda, quien ya colaboró con Alex Garland en su notable serie "Devs". Incomparable Stephen McKinley Henderson y... ese Jesse Plemons de pesadilla. Perdonen si insisto, pero es que deja huella.
Mirado detenidamente, "Civil War" es una película escalofriante. Pensar que todo lo mostrado podría ser perfectamente real -y podría serlo- da canguelo. En fin, no queda mucho más que decir.... cojonuda.
Antes de ver "Civil War", me esperaba una especie de epopeya bélica a lo grande, situada en plena urbe. Pero no, mayormente estamos ante una "road movie" con sus escenas intimistas, de desarrollo de personajes, lo que, gracias a la enorme capacidad de los actores, las hace tan interesantes y.... iba a decir "disfrutables como las secuencias de tiros y muertos", pero no sería la palabra adecuada. Las secuencias de tiros y muertos quedan lejos de ser disfrutables. Vienen abordadas de modo hiper realista, sin gilipolladas heroicas, ni excesos melodramáticos. Todo en su justa medida, evitando implicarse más allá de lo necesario. Y ustedes, público, sabrán cómo les sientan. Debe ser la edad, pero yo las sufrí y me resultaron incluso desgarradoras. "Civil War" es una de esas películas que te desconectan del resto del mundo al zambullirte en ellas, y al día siguiente, y al otro, no paras de pensar en lo que viste. Es cierto que, ocasionalmente, nos regala imágenes estéticamente hermosas... sin embargo, para nada aplacan la sensación de estar siendo testigos de algo muy trágico y hasta terrorífico.
No quiero hacer spoilers, pero, hacia la mitad final, hay una escena específica en la que los protagonistas se topan con unos patriotas de corte radical y pone los pelos de punta. Francamente angustiosa. Un diez para un Jesse Plemons no acreditado, dando vida a uno de esos escalofriantes fanáticos armados, ahí con sus gafas de sol de plástico rojo, frío, imprevisible, sin compasión. El cabrón da verdadero miedo. La resolución es pura adrenalina. Y las consecuencias del drama experimentado, tremendas. Un diez al cubo.
Todo ello converge en un clímax acojonante. Intenso. Vibrante. Crudo. Brutal. Y un desenlace que quita el hipo. Garland echa mano again de esa capacidad de contención, evitando dramas y lágrimas gratuitas. Justo unos segundos antes, boquiabierto, pensé "Como acabe aquí, comienzo a cagar pepitas de oro". Y así es como fue. Vale, no eché el preciado metal por el ojete, pero sí aplaudí, fascinado.
Encima, y por si "Civil War" no contara ya con un chorrón de atributos, en la banda sonora asoman dos canciones de los míticos "Suicide", uno de los grupos más genuinamente punk de la historia del rock. Y no porque suenen a "Nofx" precisamente. Ambas coplas vienen perfectamente elegidas y ensambladas en el film.
Como decía, el reparto está sensacional. Una dura y seca Kirsten Dunst. El gran Wagner Moura, ya acostumbrado a estas lides con su protagonismo en las muy estupendas "Tropa de élite". Cailee Spaeny, destinada a ser el nuevo rostro bonito de moda, quien ya colaboró con Alex Garland en su notable serie "Devs". Incomparable Stephen McKinley Henderson y... ese Jesse Plemons de pesadilla. Perdonen si insisto, pero es que deja huella.
Mirado detenidamente, "Civil War" es una película escalofriante. Pensar que todo lo mostrado podría ser perfectamente real -y podría serlo- da canguelo. En fin, no queda mucho más que decir.... cojonuda.