
En nombre del "terror realista" se ha hecho, y se hace, muchísima mierda (aún recuerdo lo agónico que me resultó el visionado de "Episode 50"), pero también es verdad que, como subgénero, es de los pocos que funcionan cuando se trata de darme escalofríos. Por eso, y a menos que su pinta sea horripilante, me mola ir viendo todas las pelis que se facturan dentro de esta temática. Como "Evil Things".
Un grupo de chavales, bastante más majos de lo habitual (y en el que destacan dos mozas bien atractivas, Torrey Weiss y especialmente Laurel Casillo con esos ojazos azules tremendos), se las piran a celebrar un cumple en una casa en medio de la montaña. Por el camino sufren el sutil acoso de una misteriosa furgoneta negra, pero después del susto, se olvidan de ella. Llegan, montan la fiesta (nada demasiado salvaje, lo peor que hacen es eructar) y a sobar. Al día siguiente se van de excursión y, temporalmente extraviados, en plena noche escuchan unos extraños ruidos. Salen por patas pero, afortunadamente, localizan la casa y se refugian en ella. Superado el sustazo, y en plena cena, alguien o algo llama a la puerta. Cautelosamente los chicos abren y se encuentran una cinta de vídeo. Cuando la ponen, descubren aterrados imágenes de ellos tomadas desde la furgoneta negra... aunque eso no es lo más escalofriante, todavía les queda algo mucho peor por ver. Y experimentar.
¿Se os han puesto los dientes largos?... pues creedme si os digo que "Evil Things" está un rato chula. Funciona. He leído por ahí críticas muy duras contra ella, y sí, es cierto que hay alguna leve incongruencia (la presencia amenazadora suelta un extraño ruidito que no sabes cómo logra emitir, la utilización de música incidental en algunos pasajes...) pero a mi no me ha molestado, al contrario, en ocasiones el material inexplicable contribuye a perturbarme los sentidos. El "no saber" o "no entender" incrementa la sensación de miedo.
"Evil Things" juega muy bien sus cartas. Los actores están a la altura, el escenario es ideal (esa casa enorme repleta de ventanas sin cortinas por las que cualquiera puede espiar) y el director, guionista y etc, Dominic Perez, saca mucho partido a los elementos. De hecho, la secuencia intermedia de los chavales perdidos en el bosque de noche, cuando hace ya un rato que el tema de la furgoneta misteriosa ha quedado atrás, te hace dudar de cual será el "elemento terrorífico" de la función, no estás seguro si la cosa va de psicópatas, de fantasmas o incluso de monstruos... y eso de no saber con exactitud a 45 minutos de metraje, a mi me mola mucho.
El desenlace es un poco confuso, pero tampoco molesta. Para los créditos finales se nos reservan las imágenes que los chavales habían visto a través de la cinta de vídeo, tal cual, sin cortes ni retoques, y la verdad es que, posiblemente, sea este el material más inquietante de todo lo visto hasta el momento.
"Evil Things" no aburre en exceso y, sí, da yuyu. ¡Aprobado!.