domingo, 24 de abril de 2016

LOS FOTOCROMOS DE "LOS AVENTUREROS DEL TESORO PERDIDO"

Pues ya que últimamente estamos fotocromeando exploits de "Indiana Jones" y su universo, bajamos unos peldaños más y nos internamos en pantanoso terreno italiano de la mano de uno de sus mayores currelas, Anthony M. Dawson, Antonio Margheriti a la hora del té (o del lambrusco), y una de sus obras más representativas, "Los aventureros del tesoro perdido".
En 1982 “Indy” todavía no se había impuesto como personaje icónico, muy al contrario, la peli a imitar entonces era "En busca del arca perdida", una historia de aventuras con regusto clasicorro que, así de buenas a primeras, no importaba mucho quién la protagonizara... siempre y cuando fuese un tipo guapo, carismático, sudoroso y con barba de cuatro días, cosas estas que David Warbeck podía aportar sin problema.
Los italianos siempre han sido muy eficientes a la hora de parir expolios, y aunque no puedo afirmar con rotundidad que "Los aventureros del tesoro perdido" sea la primera en subirse al carro de la nueva tendencia impuesta por el tándem Spielberg/Lucas, poco faltará. Por si acaso alguien se le adelantaba, el amigo Margheriti corrió a parir otra dos años después con la misma mentalidad, y los mismos protas masculinos, de idéntico gráfico título: "El arca del dios del sol". Recuerdo perfectamente su espectacular y descarada caratula en los estantes del video-club, de esas que no ocultaban su condición y fascinaban a un adolescente de mi talla, prometiendo -iluso de mi- una prolongación de los placeres obtenidos con "En busca del arca perdida". Más materia para alimentar los sueños. Buenos tiempos aquellos, ¿verdad?.
"Los aventureros del tesoro perdido" (que recuerdo altamente decepcionante) llegó a nuestras salas y video clubs de la mano del impagable/inefable José Frade, a quien debemos lo más y mejor de la época dorada del exploitation italiano (a pesar de que ocasionalmente soltara algún feo tijeretazo). Sus fotocromos, hoy aquí expuestos para todos ustedes, se los debemos, cómo no, al gran Alex Gardés.











(curiosamente aquí se ha prescindido de actores, director y distri en el recuadro del título)