viernes, 22 de abril de 2016

SMOSH, THE MOVIE

Alex Winter, actor al que hemos visto paseando el jeto por películas como “El justiciero de la nohe” o  Jóvenes Ocultos”, le debe tener especial cariño a la películas por la que es más reconocible, la que co-protagonizó al lado de un jovenzuelo Keanu Reeves, “Las Alucinantes Aventuras de Bill y Ted”. También intuyo que le debe gustar lo suyo la cultura de Internet. ¿Qué por qué digo esto? Porque el bueno de Winter, tiene una carrera de director paralela a la de actor, bajo la cual ha facturado curiosidades como “La disparatada parada de los Monstruos” o, últimamente, películas y T.V. Movies cuya temática gira en torno a la red de redes. Y la que nos atañe no podía ser menos. Porque “Smosh: The Movie” es un reboot inconfeso y de presupuesto prácticamente inexistente –pese a estar tras la producción empresas independientes como “Fox Searchline” y “Lions Gate”-, tan ínfimo que la película roza por momentos el amateurismo, de precisamente, “Las Alucinantes Aventuras de Bill y Ted”.
Para la ocasión y sin que la pareja de adolescentes protagonistas sean unos auténticos zoquetes como si lo eran los de la pelí que homenajea,  tenemos una inmersión en el mundo de You Tube. Y cuando digo una inmersión, lo digo literal, porque nuestros protas, tras colgar en la red un vídeo en el que uno de ellos no sale muy bien parado, deciden ir a hablar con Steve Youtube, ficticio dueño de Youtube con la intención de pedirle que borren el vídeo del servidor. Steve Youtube les asegura que una vez un vídeo se sube a la red se queda ahí para siempre, a no ser que entres en Youtube y lo borres desde dentro; y no se refiere al servidor, si no al interior de Youtube, desde dentro de los vídeos. Así que los muchachos se meterán en el mundo de Youtube desde un portal dimensional que les trasportará a los vídeos y, desde el interior de estos y con la ayuda de un móvil, irán navegando con el fin de encontrar el vídeo de marras y desde dentro cambiar la situación, encontrándose en el trasiego con youtubers a los que siguen, comentarios que dejaron que son echados en cara y demás zarandajas internautas.
Obviamente, la película con ese presupuesto y con los pocos medios de que dispone, no se acerca ni de lejos a “Las Alucinantes Aventuras de Bill y Ted”, de hecho, el propio visionado de la cinta se antoja meramente anecdótico, porque lo que vemos no trasciende en absoluto. Lo vemos, no nos aburrimos en exceso, tampoco nos entretenemos demasiado, y al final lo único que hace gracia es el hecho de que sea una películita de Alex Winter como las que hacía él, como actor, cuando era jóven.
Dura hora y cuarto que pasa en un suspiro, y con las mismas, nos olvidamos de ella.
Puro y duro Fast Food.
En cuanto a los protas, los tales Anthony Padilla e Ian Hecox (cuyos roles en la película se llaman igual, Anthony e Ian), no tienen ni una pizca del gracejo y/o carisma que  tenían Reeves y el propio Winter allá a finales de los ochenta.