sábado, 12 de febrero de 2022

MORIRÁS A MEDIANOCHE

¿Nunca se han preguntado por qué Lamberto Bava se adaptó tan bien a la televisión cuando esta arrasó con todo el cine de género italiano, especialmente el terror? ¿Por qué es uno de los pocos de su quinta -sin contar al eterno Dario- que sobrevivió a la catástrofe? En "Morirás a medianoche" tienen la respuesta. Otro seudo-giallo ochentero que el fetuccini se curró nada menos que entre los dos "Demons", donde hacía gala de un estilo colorista y gran guiñolesco debido, tal vez, a la supervisión de maese Argento. En cuanto este se ausenta, lo que obtenemos por parte de Lamberto es un cine plano, frío y aséptico como una mala cosa. Muy televisivo (y ahí tienen la respuesta al enigma, el cineasta se adaptó bien porque llevaba el "telefilmismo" en la sangre). Eso mismo se nota un huevo con "Morirás a medianoche" que, sin embargo, me ha molado un poquito -solo un poquito- más que "Cuchillos en la oscuridad". Quizás porque se mantenía virgen para mis hastiados ojos, quien sabe.
Un policía y su cornuda mujer se pelean, llegando a las manos. Todo parece que va a terminar en tragedia hasta que él se contiene y sale a por tabaco. Ella, dolorida, corre a la ducha. De pronto aparece en escena una figura misteriosa que la mata con un pico de hielo. Naturalmente las sospechas recaen en el policía pero ¿es él o un famoso asesino supuestamente fallecido que ha regresado para seguir matando?.
Todo en esta peli del 86 es rematadamente de manual. Todo. Incluido un desenlace algo tramposillo. Y su deuda con la entrañable "Tenebre" del inevitable Dario, también. La banda sonora firmada por Claudio Simonetti parece surgida de los descartes de la que él mismo compuso junto a Massimo Morante y Fabio Pignatelli para aquella. Y si nos ponemos farrucos, hasta podemos extendernos al resto de la filmografía Argentiana, porque hay un detalle narrativo directamente mangado de "El pájaro de las plumas de cristal". Tal cual (hoy lo llamarían homenaje).
En el reparto, los inevitables rostros habituales de esta clase de cine, destacando por fácilmente reconocibles los de Paolo Malco y Peter Pitsch, que venía de protagonizar "Demons". Aunque a mi me ha llamado poderosamente la atención Lara Wendel, primero porque la he reconocido de su rol secundario en -otra vez- "Tenebre" (allí salía con el pelo largo y estaba más guapa) y, luego, porque al investigar he descubierto que fue una de las protagonistas de la extremadamente polémica "Maladolescencia", famosa por incluir imágenes de niñas menores -pero de verdad- desnudándose y efectuando actos sexuales. Wendel era una de ellas. Cuando la prensa de la época le preguntó cómo había osado reunir valor a sus tan solo once primaveras, afirmó que la movía un fuerte deseo de convertirse en actriz, costara lo que costara. Lástima que tanto esfuerzo no quedara compensado cuando se retiró de la profesión en 1993.
Como detalle curioso, mencionar la escena en la que una de las chicas se tumba en la cama a leer una novela de crímenes titulada "Blood" cuya llamativa portada viene firmada por el gran -y ya fallecido- Enzo Sciotti, responsable así mismo del cartel de esta "Morirás a medianoche" (ese que ven aquí al lado) y de, como bien saben, un sinfín de maravillosos pósters de películas afines.
Aunque Lamberto Bava figura con letras grandes como "mecenas" (¿imitando de nuevo a Dario en sus escarceos productiles?) a la hora de firmar dirección, montaje y co-autoría del guion (junto al gran Dardano Sacchetti), echa mano de su entrañable alias John Old Jr. ¿Motivo? Lo desconozco.
"Morirás a medianoche" es una peliculilla que se olvida con pasmosa facilidad, pero tampoco ofende y es útil si lo que se busca es un rato de desacomplejada e intrascendente evasión.