lunes, 21 de febrero de 2022

UN PASOTA CON CORBATA

Los mayores de 40 años con mejor memoria, recordarán que a principios de los años 80, y durante bastante tiempo, la marca Schweppes bombardeó la televisión con una agresiva campaña publicitaria con el fin de promocionar su famosa agua tónica. Así, comenzaron a producir una serie de spots publicitarios en los que un individuo con gafas de concha ofrecía tónica a sus interceptores en situaciones de toda índole, situaciones que cada vez se volvían más descabelladas cuanto más popular se iba haciendo el spot publicitario. En estos anuncios, el de las gafas podía ofrecer tónica a la gente en la piscina, en un globo aerostatito, en una discoteca o en un pueblo de la España profunda. Fue tal el bombardeo, que no solo la tónica de esta marca se volvió terriblemente popular, sino que el protagonista de estos spots se convirtió en una celebridad a la que el público bautizó con el sobrenombre de “El hombre de la tónica”.  Este caballero era un actor francés acostumbrado a interpretar papeles secundarios en toda suerte de films franceses llamado Bernard Le Coq, que más allá de la popularidad obtenida en nuestro país en los 80 por aquellos anuncios, continuó su carrera actoral hasta nuestros días, llegando incluso a ganar en 2003 el premio César al mejor actor de reparto por su intervención en la película “Acordarse de las cosas bellas”.
Como fuere, tenemos también en 1982 a un cineasta al cual hoy parece que se le ha tragado la tierra, Jesús Terrón, que con su productora Arte 7 produce y dirige lo que a priori parece un éxito seguro: Una película para lucimiento de “El hombre de la tónica”, esta “Un pasota con corbata”. La película pasó en su momento por nuestros cines de manera discreta con casi 250.000 espectadores de la época. Probablemente se estimaba un éxito mayor para este proyecto, y al no obtenerlo, aunque después la película tuvo vida comercial en vídeo de alquiler en una edición de IVS, “Un pasota con corbata” cayó en el más profundo de los olvidos.
Se trata de una película de lo más extraña, una comedia que en principio se pretende sofisticada y que gira en torno al periodismo, con más visos de querer adscribirse a la nueva comedia madrileña o al cine de la tercera vía que a la comedia popular española, pero que al final acaba siendo una especie de híbrido entre todas estas tendencias. El resultado es una cosa marciana, con un guion tan mal llevado a la pantalla que en lugar de contarnos una historia lineal parece que estemos viendo una película de sketchs.
Le Coq interpreta —doblado por el mismo actor que le doblaba en los spots televisivos— a un periodista que, por un lado intenta llevar a cabo su profesión con dignidad, encontrándose siempre con dificultades que le impiden publicar sus reportajes como a él le gustaría, y por otro, soltero empedernido como es, se relaciona con toda suerte de mujeres, siendo seducido por una lolita de 17 años, aspirante a periodista, interpretada por una novatilla Emma Suarez que, asimismo, también era menor de edad. Bajo estas dos premisas, se va desarrollando el argumento sin que haya en realidad una línea argumental clara.
Lo más curioso de todo es que tenemos, en papeles secundarios, a toda una ristra de personalidades del periodismo de la época que aparecen en la cinta en calidad de colaboración especial, así, tenemos a Joaquín Arozamena interpretando a un atracador de bancos, a Jesús Hermida haciendo de sí mismo, a Isabel Tenaille interpretándose también a sí misma, y luego, en otros papeles, a Luis García Berlanga como hombre aburguesado que juega al golf con nuestro protagonista o a Micky (de Micky y Los Tonys) como productor de cine “S” que desprecia un guion ofrecido por el personaje de Le Coq . A esa nómina hay que sumarle las apariciones del popular Doctor Cabeza y del mismísimo Sam Peckinpah, que aunque aparecen acreditados dentro del reparto, sus apariciones forman parte de los reportajes rodados por el protagonista, por lo que es muy difícil adivinar si el material empleado en sus apariciones forma parte de algún tipo de archivo, o si está rodado ex profeso para la película. Mi sensación es que es material insertado. Completarían el reparto actores y actrices nuestros de toda la vida como puedan ser Manuel Alexandre, Ricardo Palacios o Nadine Rochex, una actriz exageradamente tetuda y habitual de las películas de Pajares y Esteso.
No puedo decir que sea una mierda, puesto que algo de oficio hay en ella, pero sí que se trata de una película que, una vez saciada la curiosidad que sin duda suscita por su condición de rareza, deja a uno frío. Básicamente no ocurre nada, es solo una colección de escenas montadas sin demasiada coherencia entre ellas.
Bernard Le Coq con los años volvió a intervenir en nuestro cine y, en la película “GAL” de 2006, que indagaba en las pesquisas del grupo antiterrorista, Le Coq interpreta a una especie de sosias de Felipe González. También se le pudo ver en producciones de prestigio como “Caché” de Michael Haneke.
En cuanto al máximo responsable de "Un pasota con corbata", Jesús Terrón, poco más se sabe. Investigando un ratillo, he dado con su canal de Youtube que lleva por nombre “Círculo Cinematográfico Sam Peckinpah” y en el que sube extractos de cortometrajes o entrevistas que realiza el propio Terrón a distintas personalidades, por lo que parece estar vivo y coleando, pero por lo demás, en IMDB, la única película que se le adjudica como director es la presente.