En realidad no hay mucha diferencia en lo que a niveles de calidad y dejadez se refiere entre esta “Enciende mi pasión” y “Supernova” de Juan Miñón, solo que la reseñada tiene más mérito porque, mientras que la otra se abrazaba a la psicotronía y el posmodernismo que definía al fandom mayoritario de entonces, "Enciende mi pasión" tiene intención de melodrama serio y en la línea del primer Juanma Bajo Ulloa (el de “Alas de mariposa” o “La madre muerta”), sin conseguirlo en absoluto. Es una bufonada. Han tenido que pasar 30 años para, al verla, exclamar aquello de “¿pero qué coño es esto?”.
Un científico botánico obsesionado con su trabajo, heredero de una fortuna, conoce a una joven muy bella pero con escasa cultura con la que se casa. Una vez unidos, la confina en su castillo y, mientras él investiga, ella se aburre. No hacen el amor porque el botánico es incapaz de excitarse, sin embargo por la noche la atiborra a somníferos para, una vez sedada, practicar sexo con sus pies, la única manera de la que el tipo es capaz de tener una erección, porque asocia las piernas y los pies de las mujeres a los tallos de las plantas.
Hay otras dos subtramas igual de idiotas que esta, en una de ellas el botánico contrata a un antiguo profesor para que eduque a su esposa y la convierta en una dama refinada —motivo este que el profesor aprovechará para follársela ya que ella está dispuesta a calmar sus apetitos jamás colmados por el personaje de Bosé— y otra en la que un proxeneta maltrata y amedrenta a una de sus putas, porque quiere abandonar la vida lumpen. En algún momento de la película, estos personajes se cruzarán con los principales.
Todo ello adornado con las peores interpretaciones que se le puede sacar a sus interpretes (Miguel Bosé está para matarlo, sobre todo en un par de momentos rozando el "slapstick" que se cuelan en la trama sin venir demasiado a cuento y en los que el cantante tiene que poner caras…) Emma Suarez, Ana Álvarez (pre-operaciones estéticas), Karra Elejalde (con pelo y melenas), Enrique San Francisco o Juan Luis Galiardo, que como hace de sí mismo, se prodiga como lo menos ridículo de toda la película. Igual que Rosa María Sarda, que también aportaría algo de dignidad a esta locura sobre un tipo que folla pies y encierra a su esposa en un castillo.
Karra Elejalde, con ese look que se gasta de proxeneta setentero, tuerto y dando puñetazos y patadas a sus prostitutas también es para verlo una y otra vez, igual que el incomprensible final que, por más vueltas que le he dado, no he logrado entender de ninguna de las maneras, llegando a la siguiente conclusión; o esto no tiene ningún sentido, o yo soy deficiente mental. Probablemente ambas cosas.
Dirige el artesano José Miguel Ganga, cuyo momento de mayor gloria fue con la película “El cianuro ¿Solo o con leche?” pero también tiene una película anterior bastante ignota, “Rumbo Norte”. Después de “Enciende mi pasión” se dedicó a hacer televisión de corte comercial siendo uno de los responsables de series tan populares como “Canguros” o “La casa de los líos”. Se cubrió de gloria con esta “Enciende mi pasión”.
Ahora, es tan marciana, tan tonta, tan desquiciada, que, por supuesto, la recomiendo y hasta reivindico.
Feliz Navidad, por cierto...