sábado, 5 de marzo de 2011

FROZEN

Tengo un amigo que dice ser fan del cine de terror. Sin embargo, también asegura no haber pasado miedo nunca con ninguna película. En realidad él las "utiliza" exclusivamente para cachondearse. Ojo, reírse de/con una mala peli de terror me parece una práctica maravillosa, yo mismo lo hago de vez en cuando. Pero no podría vivir únicamente de eso, ni me gustaría hacerlo si, antes, mi devoción por el género no fuese sincera, real y respetuosa. Donde haya una peli que me de miedo, que se quite el resto. A mi amigo el cerebro no le funciona igual. Si la peli no es risible y viene cargada de elementos llamativos (especialmente gore y tetas), se aburre. Por eso, el día que me habló de "Frozen" y, con una exagerada mueca de desprecio, me dijo "¡No la veas, es lo peor que hay!", supe que tenía que echarle un vistazo. Un film de terror que no sirve para ser ridiculizado, ni humillado y que es capaz de hacer perder la paciencia a alguien que solo pretende tomárselo a guasa, es que ALGO ha de tener.
Igualmente, "Frozen" ya formaba parte de mi agenda de "películas que hay que ver" dado quién es su director y guionista, Adam Green, el mismo responsable de las dos simpáticas aportaciones a la franquicia "Hatchet". Claro que en "Frozen" se aleja totalmente del tono gran guiñolesco de aquellas, de su gore brutal, de su demencia, y se adentra en una historia mucho más psicológica, más dependiente de personajes y, por supuesto, más original.
Tres esquiadores quedan atrapados en un telesilla, sin que nadie sepa que están ahí. Llega la noche, el frío, una tormenta y, pronto, lobos hambrientos. A pesar de las inclemencias, harán todo lo posible por escapar... asumiendo las morrocotudas consecuencias.
Por un momento estaba tentado a decir que "Frozen" no es una peli de terror, sino un thriller. Pero pensándolo bien, ES una peli de terror, de genuino terror, de mucho más terror que las propias "Hatchet". De hecho estas, básicamente, vendrían a ser comedias. Solo que, como apuntaba arriba, es un terror que va directo al cerebro y no a las tripas.
Aunque el 75% de la peli se desarrolla en un único lugar (el telesilla y lo que lo rodea) y con tres únicos personajes, Green sabe llevar el ritmo divinamente, evitando el aburrimiento heróicamente (OK, a veces por los pelos... pero lo consigue) y mostrando tablas a la hora de crear suspense y tensión, todo ello con un grado de intensidad bastante alto.
Algo que llamó poderosamente mi atención -y no me esperaba- es que logré empatizar con los tres jovenzuelos. Es más, lo hice con el más gilipollas de todos ellos, el guaperas. De hecho, la secuencia que se encuentra cara a cara con un lobo muy feroz resulta genuinamente aterradora. Por unos instantes te dices "¿Y si yo estuviera en su lugar?". O cuando, al día siguiente, el animal se multiplica en manada, y el muchacho, incapaz de huir por motivos que no explicaré, únicamente se cubre el rostro con su gorro de lana a la espera de ser devorado vivo, me pareció un momento terrible e incluso triste (triste por lo que le pasa a continuación). Supongo que todo esto son puntos muy a favor de la peli. A Green se le ocurren mil ideas y desgracias que podrían pasar en semejante tesitura, y las reparte a lo largo del metraje con solvencia (además, uno de bien ajustado, solo dura 85 minutos).
Detalles fricos: Uno de los personajes se llama Joe Lynch, como el director de "Wrong Turn 2", amigo personal de Adam Green y que suele actuar en sus películas. Kane Hodder, el "Jason Voorhess" de los 90, y el "Victor Crowley" de "Hatchet", se marca un pequeño papel.
"Frozen", con todo lo pequeña y aparentemente sencilla que es, logra su cometido, logra alterar nuestros sentidos, hacernos sufrir y sin necesidad de estridencias... aunque hay un par de momentos sutilmente truculentos y uno de ellos, especialmente doloroso, incluso me hizo exclamar en voz alta un sonoro: "OUCH!!!".