jueves, 12 de diciembre de 2013

ASIA PERVERSA, CONTINENTE DEL SEXO Y DEL HORROR

Es curioso. En la adolescencia, disfrutaba como un enano viendo “Mondos”. Cuanto más sensacionalistas, mejor. Pero ahora, ya adulto y con los pelos de los huevos largos, que presumo de haber visto, en lo que a celuloide se refiere, toda clase de inmundicia deleznable y ofensiva, me pongo uno y en ciertos momentos del mismo, tengo que apartar la mirada. Porque la edad, amigos, deja huella y ya no soporto según que imágenes en según que películas.
Y es que como ex – fan del “Mondo”, he de decir que no existe sub-genero cinematográfico más cruel y denunciable que este. Gracias a dios, fue una moda, y duró mientras que dio dinero, pero cuando dejó de darlo se esfumó –aunque existen todavía fugaces muestras del género, como pueda ser “Orozco, el embalsamador”- por suerte. Porque hay que ser cruel para filmar y vender de esa manera, no ya las ejecuciones o rituales mortales humanos, si no por los pobres animales que mataban nada más que para alimentar el morbo de cuatro palilleros de mierda.
Aún así, como fenómeno cinematográfico de su tiempo, si que me  siguen produciendo cierta curiosidad.
Obviamente, los reyes de la corona, siguen siendo los “mondos” italianos. Los más salvajes, brutos, crueles y sensacionalistas, y los que menos escenas falsas contienen.
Sin embargo, este “Asia perversa, continente del sexo y el horror”, internacionalmente conocido como “Shocking Asia”, tiene bastante fama, a pesar de que no muestra nada que no se nos haya mostrado en “Mondos” más famosos, incluso, sería de los más edulcorados, pero tiene momentos verdaderamente repugnantes y he tenido que girar la cabeza como antes he dicho.
Con la excusa de mostrarnos los estilos de vida, costumbres bárbaras y aberraciones sexuales varias, se filma rituales tercermundistas en la India, donde tiran cuerpos muertos al Ganges y el resto de indios se bañan en esas aguas, e incluso las beben, o vemos enfermos de polio, o japoneses que comen cojones de cerdo. Vemos todo tipo de guarrerías, de muertes de animales, aunque sean con motivos alimenticios, los barrios de putas, y demás, y el plato fuerte del asunto: Una operación de cambio de sexo, en vivo  y en directo, sin trampa ni cartón. Y ahí es donde he tenido que retirar la mirada, porque no podía soportarlo. Algo tan grafico, me ha puesto un mal cuerpo de tres pares de pelotas.
La película existe, porque cuando los Italianos ya estaban dejando de producir estas mierdas, y un avispado Alemán que se ganaba la vida contando chistes y haciendo de actor en comedias, se asoció con una productora China para rodar este documental, y pese a que ya en plenos ochenta, ya estaban los mondos muy desfasados, este, por centrarse en el continente Asiático, fue un éxito internacional, vamos, que se forraron, a pesar de que, como ya he dicho, no destacaba mucho por encima del resto de “mondos”.
Se llamaba, Rolf Olsen.
La película, tuvo dos secuelas más “Shocking Asia II: The last Taboos”, que también dirigió Olsen, ya  muy a destiempo en 1985, y ya en 1995, poco antes de morir, y aprovechando una pequeña moda en los 90, que revivía el género, los chinorris, sin su participación, rodaron una tercera entrega “Shocking Asia III: The Dark”.
Puta basura asquerosa e inmunda.