Así, protagoniza una cinta familiar en la que puede
desenvolverse como un autentico Jim Carrey, una cinta que le podrá devolver la
gloria que abrazó antes de intentar convertirse en un actor serio…pero, fracasó en el intento de ser él mismo. Fracasó
porque, sin ir mal del todo en taquilla, “Los Pingüinos del Señor Poper” se
convirtió en su ultimo papel protagonista hasta la fecha, con excepción de la
horripilante “Dos Tontos todavía más tontos” que acabaría de sepultarle, tanto
a él, como a su co-protagonista, Jeff Daniels. Entonces, “Los Pingüinos del
Señor Poper”, sería el inicio de una decadencia que comenzaría en 2011 y que no
tiene pinta de querer cambiar por el momento.
Y es que la película, estando entretenida –se trata de una
comedia familiar, blanca, más que la nieve que de vez en cuando hace acto de
presencia en la película, y aseptica, más que un trago de agua de manantial- no
es un buen vehículo para el lucimiento de Jim Carrey. El reclamo, los
principales soportes del humor son los pingüinos que en la película aparecen, y
no Jim Carrey, que además no nos ofrece un habitual despliegue de muecas como
se esperaba, y que, inexplicablemente, está contenidísimo. Vamos, que afronta
un papel abiertamente cómico y en el que se espera al Jim Carrey de toda la
vida como si interpretara cualquiera de los personajes dramáticos con los que
esperaba ganar un Oscar… ¿Dónde está mi Jim Carrey? ¡me lo han cambiado!
Entonces, según esto, llego a la conclusión de que lo peor
de la película, es precisamente Jim Carrey que está espantoso.
El argumento, inspirado en un cuento infantil homónimo, es sencillo: Un desperado agente inmobiliario
que ha triunfado en la vida, recibe la herencia de su padre, nada menos que 6
pinguinos. Entre que se deshace y no se deshace de ellos, los Pingüinos, harán
de las suyas dentro de su lujoso apartamento, hasta que el Señor Poper se
encariña de ellos, por determinadas cuestiones, y tendrá que lidiar con las
gamberradas de estos, y con las intenciones del director del Zoológico local,
que es quedarse con estos pingüinos, con intenciones no del todo honestas.
Siendo muy rebuscado, y teniendo en cuenta que los pingüinos
protagonistas, además de hacer sus tropelías por la casa, siendo prácticamente
iguales, tiene cada uno su propia personalidad, “Los Pingüinos del Señor Poper”
muy parecida en tono y ejecución a “Los Pitufos”, no dejaría de ser una vuelta
de tuerca infantiloide de lo que ya nos ofrecía “Gremlins”. Claro, salvando
mucho las distancias en todos los aspectos posibles.
Pues como ya les he dicho, la peli se ve en un pispás, y lo
único que no funciona es Carrey. Tiene sentido que esto sea así, pues cuando la
Fox afrontó el proyecto era muy distinto. Sería una película de corte más
oscuro protagonizada por Ben Stiller y dirigida por Noa Baumbach (director de
“Margot y la boda” o la aclamada “Frances Ha”, así como los escarceos de
Stiller en el cine independiente “Greenberg” o “Mientras seamos jóvenes”), pero
el primero ya estaba harto de protagonizar películas en las que lidiara con
animalitos que la mayoría de las veces no estaban allí –como en “Noche en el
Museo”- y el segundo, sin Stiller en el proyecto, perdió el interés, que para
eso es un director indie de autor.
Tras tentar a Jack Black o a Owen Wilson, el único que
aceptó fue Jim Carrey, y lo cierto es que cualquiera de los candidatos previos
daba mejor el tipo para Mr. Poper que él.
En cuanto al tema de los pingüinos, hay escenas en las que
se utilizan pingüinos de verdad (para lo cual se tuvieron que usar sets de
rodaje debidamente preparados y refrigerados), y otras en las que se trata de
pingüinos de CGI, y aquí es donde radica lo bueno de “Los Pingüinos del Señor
Poper”, el lado técnico, ya que la perfección es tal, que casi siempre cuesta
distinguir cuando lo que vemos es real y cuando ordenador, aunque, intuimos
cuando lo es cada vez que, por ejemplo, los pingüinos realizan espectaculares
acrobacias.
Las labores de dirección recaen en Mark Waters, artesano
Hollywoodiense de comedia y fantasía que firma, en su filmografía, títulos como
“Las Crónicas de Spiderwick”, “Chicas Malas” o “Los fantasmas de mis Exnovias”
y que, sin duda, llevará a muy mal puerto la inminente secuela de aquella oda
al mal gusto y la mala leche que era “Bad Santa” de Terry Zigwoff. Veremos.
Aquí, sin más, cumple con lo que se le pide, cobra el cheque, y para casa.
En españa la película no llegó a los 600.000 espectadores.