Entiendo perfectamente que Alan B. McElroy, guionista del "Wrong Turn" primigenio (titulado en España "Km.666, desvío al infierno"), no quisiera repetirse cuando le plantearon reiniciar la saga tras chorromil secuelas, a cada cual más absurda. A fin de cuentas, tampoco podemos decir que aquella fuese un derroche de originalidad, echando mano de la eterna movida de los chavales en plena naturaleza enfrentados a un hostil clan caníbal. Solo que si en 2003 tuvo sentido recurrir a material tan manoseado tras la sequía que el terror de línea dura sufrió gracias al éxito de "Scream, vigila quien llama", ahora, con la sobreproducción que hay del género y de guiños, tributos y homenajes, repetir la misma jugada, plano a plano, sería estúpido. Así las cosas, McElroy se curra una historia que, aunque de base es lo de siempre -los jovenzuelos de excursión cazados por un clan con malas intenciones-, busca las mil maneras de salirse por la tangente. El film no da inicio con los adolescentes en plena caminata, sino con el padre de la prota buscándola. Luego, el drama lo desencadena el personaje que "menos te esperas", no los villanos. Y hablando de estos, olvídense de antropófagos feos y deformes, aquí se trata de.... otra cosa. Digamos, por darles una pista, que McElroy habría visto recientemente la más que notable "Midsommar" y quiso integrar ideas de esta en su labor.
¿El resultado? Joder, pues va a sonar a topicazo... pero eché de menos hasta la más ínfima de las secuelas de "Km.666". En serio. Es tanto lo que el guionista se desprende de la esencia de la saga, tanto, que se pierde y con él, la peli deja su identidad bajo el felpudo. Tal vez si me hubiese puesto a verla pensando que era otra cosa, me habría sentado mejor. Pero le di al "play" esperando una puesta al día del "Wrong Turn" de 2003. Y no. No es eso, ni por el forro. Decepción. Y sueño, mucho sueño. Me costó un cojón no dormirme. Cosas estas bien presentes superado un primer tramo muy prometedor, muy intenso, para adentrarnos en todo lo demás. Que sí, que está muy bien facturada, los personajes bastante bien dibujados (para que nadie se queje, en el grupo hay una pareja homosexual, encabezada por un latino)... todo son virtudes técnicas. Puede que incluso narrativas. Pero, macho, a mi no me entró. Una pena.
Para rematarlo, el elemento truculento, siempre tan generoso en la franquicia original, va más bien justito. Muuuuuy justito.
Me apuesto lo que quieran a que el descalabro será tal, que el día menos pensado nos sorprenden a todos con una nueva secuela del genuino "Wrong Turn" (creo que tocaría la séptima), retomando la fórmula y a esos caníbales rednecks tan mal paridos pero que, en este caso, tanto eché de menos.