martes, 15 de septiembre de 2009

DRIFTER: HENRY LEE LUCAS

Enésima versión de las correrías del asesino en serie Henry Lee Lucas y su coleguita Otis Toole, que si la comparamos con aquel peliculón y canto a la sordidez que fue "Henry, retrato de un asesino" de John McNaughton, parece una versión edulcorada. Pero solo si las comparamos. Si vemos "Drifter: Henry Lee Lucas" sin tener la otra presente, entonces estaremos ante un biopic muy entretenido y correcto, al que por ponerle pegas, se le pueden poner muchas: Los protas son demasiado guapos (como siempre) y la sangre y el mal rollo brillan por su ausencia. No obstante, insisto en que la película se puede ver tranquilamente y pasar un rato muy agradable siendo testigo de los avatares de dos asesinos que caen muy simpáticos (otra vez, y ya me callo ¡Lo juro!, todo lo contrario que en la de McNaughton, donde daban auténtica grima).
Henry es detenido por la policía y empieza a confesar sus crímenes (a lo que añadirá un poco de chapa autobiográfica). Un agente llega a la conclusión de que se está inventando la mitad, porque no concuerdan en absoluto con los datos.
El director, Michael Feifer, está obsesionado con los asesinos en serie y para corroborarlo, nada como echar un ojo a su filmografía: "Ed Gein: The butcher of Plainfield", "Chicago Massacre: Richard Speck", "El asesino B.T.K" o "Boston Strangler: The Untold Story" son todas suyas. Incluso ya tiene otra lista, 
"Bundy: An American Icon". Digo obsesionado, pero podría ser, simplemente, que le reportan pingües beneficios. A saber. Para que no se diga, también a veces dirige ficción pura, caso de "Venganza Infernal" o "Dracula´s Guest".
No sé ustedes, pero a mí Michael Feifer me parece de lo más interesante.
En cuanto a los protagonistas de la peli que nos ocupa, Antonio Sabato Jr. y Kostas Sommer, son unos auténticos mariquitas en comparación con Michael Rooker y Tom Towles. Hago hincapié en esto porque es que me parece de juzgado de guardia. Por lo demás, muy maja la peli.