
"Resident Evil" tiene tres películas a cada cual peor, siendo la tercera un verdadero despropósito, así que mis expectativas ante esta "Resident Evil Degeneration" eran nulas. Lo único que me llamaba es que estaba íntegramente realizada en CGI, y que había zombies (aunque los llamen infectados. La mejor manera para identificarlos es la siguiente: El zombie se mueve lento, el infectado corre. Y me da igual como los llamen en las pelis, al final son lo mismo) Que además no tenga mucho que ver con la historia de la trilogía protagonizada por Milla Jovovich, también le suma puntos.
El virus T, un arma biológica creada por la extinta "Umbrella Corp." , está causando estragos en el aeropuerto de la ciudad en la que transcurre la acción. Un importante senador, y a la vez dueño de una farmacéutica relacionada con el virus T, está atrapado dentro del aeropuerto. Junto a él, Claire Redfield, una superviviente de "Racoon City", y varios civiles se las verán con los zombies que deambulan por allí. Leon S. Kennedy (protagonista junto a Claire del videojuego "Resident Evil 2") es enviado para rescatarles. Llega, se cepilla a la mitad de los zombies y saca a casi todos con vida. Claire que es una activista de una ONG que se manifiesta contra la farmacéutica del senador, tiene que tragarse sus palabras al descubrir que dicha empresa ha desarrollado la vacuna para el virus T, y que es una persona muy cercana a sus ideales quien lo ha soltado en el aeropuerto. Todo esto lleva a un segundo tramo de la película donde se echan en falta los zombies y todo es más thriller que terror.
Los modelados de los personajes son de sobresaliente en algunos como Leon, Claire o Angela, y de echarse a llorar en otros, como el del senador, cuyo traje parece una segunda piel y con una textura horrorosa. Puede que esté hecho así para sentir mas repulsión por él, pero parece una falta del pulido final. La iluminación, acojonante, casi se diría que es real. La animación es perfecta, lo más seguro es que sea capturada, pero las expresiones faciales siguen siendo la asignatura pendiente del CGI. Sus caras transmiten emociones en contadas ocasiones, y porque son gestos muy reconocibles, como bajar las cejas y fruncir el ceño o sonreír, pero cuando son emociones más complejas, como dudas o incertidumbre, ahí la cagan.
La verdad es que se pasa en un suspiro, y si bien el segundo tramo se desinfla un poco, el regusto que deja al terminar es de que no te importaría ver una segunda parte ya mismo. Lo dicho, no es la reinvención de la rueda, pero entretiene, y da fe a los que creíamos que el nombre "Resident Evil" solo significaba sacar tajada de una licencia de videojuegos.