
En un futuro próximo, el holocausto nuclear ha devastado ciudades enteras convirtiéndolas en desiertos, y las que han salido adelante son nidos de ratas y periódicos viejos por las calles. Aun así el gobierno sigue funcionando. La chatarra es la forma de vida de mucha gente, y nuestro protagonista es uno de esos chatarreros. Haciendo un trato con un desconocido, compra los restos de lo que cree es un robot de mantenimiento, el lo quiere para regalárselo a su novia escultora. Mos (el prota, Dylan McDermott) vuelve a la ciudad para entregarle su regalo a la novia, y descubrimos que esta esta medio loca, vive encerrada en su piso y tiene pánico a la radiación. Aunque no lo explican en la película, se la ve deprimida, y en una conversión con Mos y cuando este coge una foto de una niña, sospechamos que tuvieron una hija que falleció, pero solo se supone, ya que no lo dicen. La cuestión, la tia coge la cabeza del robot, le pinta una bandera de los EEUU y la coloca junto a sus obras de arte. Lo que nadie sabe (aun) es que ese robot es una maquina de matar que se puede autorreparar. Así que cuando Mos es avisado por su contacto chatarrero y acude a reunirse con el, el robot toma vida e intentara arrancar la de la escultura, que como vive encerrada, y su ordenador esta controlado por el robot, no puede salir.
Cuando la comparan con Terminator no creo que sea solo por el robot (que se le parece en cero coma) sino por un par de similitudes que no puedo desvelar porque fastidiaría la película al que no la haya visto, pero vamos que si hay curiosidad, la veis y luego en comentarios hablamos de estas similitudes. Aunque aviso, se hace larga porque realmente la historia daba para unos 60 minutos escasos, pero se alarga con las escenas del amigo drogata de Mos y lo dicho, alguna cámara lenta y mucho plano contemplativo que no viene a cuento. Puede que lo mejor de la peli sea el pervertido que espia a la chica desde el edifico de enfrente, y sale poco. Yo me aburrí y eso que todo lo post-apocalíptico me encanta. Vosotros mismos.