El cineasta Juan José Porto, cuya ultima película estrenada en cines data de tan solo hace ocho años, tiene dos virtudes: que le da mismo ocho que ochenta (es decir, que lo mismo te escribe y dirige un drama, que una comedia, que una de terror) y que es capaz de hacer una comedia tan sórdida, que parezca una snuff movie. Sin que nadie muera. Y otra virtuosísima virtud… todas sus pelis son aburridas, pero aunque te estés aburriendo, ves entera la película, porque estas tienen “algo”, de hecho, tengo en cuenta a este señor, cuando a mi me preguntan aquello de “¿Cuál es la peor película de la historia?” yo siempre digo EL VIOLADOR VIOLADO, la única película que cuando la veo (la he visto ya una cuantas veces) me hace reflexionar y el preguntarme en serio “¿Cómo es posible?”.
Pero es que además este señor, tuvo dos éxitos de público notables a finales de los 70, EL AÑO EN QUE AMAMOS A KIM NOVAK, y CRONICAS DEL BROMURO, además de ser el productor de la peli favorita de Paul Naschy, EL HUERTO DEL FRANCÉS. En fin, un manazas curioso.
REGRESO DEL MAS ALLA, cuanta la historia de una pareja que se va a un chalet, el a escribir, ella a hacer su tesis doctorar, cuando a ella se le van apareciendo fantasmas que le acosan y le fascinan al mismo tiempo, descubriendo así los atroces hechos que acontecieron años atrás en ese Chalet.
La protagonista absoluta (y muy solvente) no es otra que Ana Obregón, a la que ya reivindicamos en mi programa de radio “La hora de Ving Rhames”, por aquello de llevar una carrera en el cine de género que ya querría para si Penélope Cruz, y mis palabras se reafirman tras el visionado de esta película, donde al menos, se está tomando en serio el material, y aunque doblada, parece ofrecernos una actuación decente.
En cuanto a la película, cine contemplativo de terror, con momentos de tensión muy escasos, aburrida hasta la saciedad, y tan mala como genuina, ya que nos cuenta la misma historia dos veces, jajaja!! Si, a mitad de película, una voz en off de la Obregón, tras haber sido testigo de varias apariciones, nos expone una teoría ridícula sobre la psique y las personas capaces de ver a los muertos. Bien, soltado el rollo, Obregón continúa viendo muertos, para poco antes de acabar la peli, volver a soltarnos en mismo rollo con diferentes palabras. Con lo cual, nos a contado lo mismo dos veces, antes del desenlace…. ¡Buenísima!
Por cierto, miren la carátula… distribuida por “Vadi Mon”, costrosa distribuidora de la época, que también lo hizo con EL ETE Y EL OTO. Entrañable.