martes, 26 de noviembre de 2013

EL KARATECA AZTECA

En México, a rebufo de “Cantinflas” y partiendo de la figura de Charlie Chaplin, poseen una larga tradición de cómicos que interpretan a individuos cortos de luces y medio vagabundos. Todos tendrían un éxito arrollador, independientemente de la calidad de su humor. Estos serían “Clavillazo”, “Vitola”, “Tin Tan”,“Pompín”, “La India María”, y sobre todo, el más popular de todos estos “Cantinflas” de serie B, “Capulina”.
Interpretado por Gaspar Henaine, ha estado casi cuarenta años dando vida al personaje en infinidad de películas. Formando dúo cómico en un principio con “Viruta”, incluso, protagonizó un “crossover” con “Santo, el enmascarado de plata” en “Santo contra Capulina”, en el que figuraba en los créditos incluso antes del propio luchador.
Su humor característico se basa en el malentendido y el chiste fácil, tirando a infantilón  y ya trasnochado. Su imposible look consiste en un chalequito de traje y sombrero Méxicano recortado y redoblado. Sería una especie de “Mr. Bean” a la méxicana y parlanchín.
Protagonizó tropecientas películas, pero a mí me llamó especialmente la atención este “Karateka Azteca”.
“Capulina” se dedica a hacer figuras que imitan a incunables de la arqueología, por lo que un individuo se las compra para hacer cambiazo con las originales. Por otro lado, un maestro del Kárate se va a vivir a casa de “Capulina” y así observará de cerca los pasos de este falsificador de  arqueología. Con “Capulina” cerca, lo único que ocurren son desastres, mientras el maestro reparte mamporros como buenamente puede.
La película es todo un clásico en Mexico,  una que se recuerda con cariño, aunque no obstante yo pienso que es una tontería inofensiva, cuyo visionado no trasciende de ninguna manera, ni positiva, ni negativamente. Me quedo igual. La cosa está en ver a “Capulina” haciendo su humor facilón y blanco durante todo el  metraje. Ni uno solo de los gags funciona, ni tampoco hay nada que indigne u ofenda.
Es lo que es, una cosa de consumo, elaborada sin ningún tipo de cuidado.
No aburre, pero tampoco entretiene, y, seamos sinceros, la estrella de la película es una mierda.
Aún así se permitió el lujo de hacer cosas como “El circo de Capulina”, “Capulina contra los vampiros” o “Capulina chisme caliente” que junto con la de Santo, a priori –y no se muy bien por qué- si entran dentro de mis intereses.
Mala, muy mala, espantosa, horripilante… pero sin embargo, mola que exista.
A “Capulina” le han dirigido los mejores directores Mexicanos, aunque para esta ocasión se encarga del asunto Alfredo Zacarías, que rodó con el cómico montones de veces, además de con otros cómicos de similares intenciones, así como series B Americanas tales que “Demonoid”o la archi-conocida “Abejas asesinas” (para las que solía mutar su apellido a Zacharias)... ahí es nada, ni moco de pavo.
Como digo siempre, para satisfacer la curiosidad, ya va bien.