Los mayores de 40 años con mejor memoria, recordarán que a principios de los años 80, y durante bastante tiempo, la marca Schweppes bombardeó la televisión con una agresiva campaña publicitaria con el fin de promocionar su famosa agua tónica. Así, comenzaron a producir una serie de spots publicitarios en los que un individuo con gafas de concha ofrecía tónica a sus interceptores en situaciones de toda índole, situaciones que cada vez se volvían más descabelladas cuanto más popular se iba haciendo el spot publicitario. En estos anuncios, el de las gafas podía ofrecer tónica a la gente en la piscina, en un globo aerostatito, en una discoteca o en un pueblo de la España profunda. Fue tal el bombardeo, que no solo la tónica de esta marca se volvió terriblemente popular, sino que el protagonista de estos spots se convirtió en una celebridad a la que el público bautizó con el sobrenombre de “El hombre de la tónica”. Este caballero era un actor francés acostumbrado a interpretar papeles secundarios en toda suerte de films franceses llamado Bernard Le Coq, que más allá de la popularidad obtenida en nuestro país en los 80 por aquellos anuncios, continuó su carrera actoral hasta nuestros días, llegando incluso a ganar en 2003 el premio César al mejor actor de reparto por su intervención en la película “Acordarse de las cosas bellas”.
Como fuere, tenemos también en 1982 a un cineasta al cual hoy parece que se le ha tragado la tierra, Jesús Terrón, que con su productora Arte 7 produce y dirige lo que a priori parece un éxito seguro: Una película para lucimiento de “El hombre de la tónica”, esta “Un pasota con corbata”. La película pasó en su momento por nuestros cines de manera discreta con casi 250.000 espectadores de la época. Probablemente se estimaba un éxito mayor para este proyecto, y al no obtenerlo, aunque después la película tuvo vida comercial en vídeo de alquiler en una edición de IVS, “Un pasota con corbata” cayó en el más profundo de los olvidos.
Se trata de una película de lo más extraña, una comedia que en principio se pretende sofisticada y que gira en torno al periodismo, con más visos de querer adscribirse a la nueva comedia madrileña o al cine de la tercera vía que a la comedia popular española, pero que al final acaba siendo una especie de híbrido entre todas estas tendencias. El resultado es una cosa marciana, con un guion tan mal llevado a la pantalla que en lugar de contarnos una historia lineal parece que estemos viendo una película de sketchs.
Le Coq interpreta —doblado por el mismo actor que le doblaba en los spots televisivos— a un periodista que, por un lado intenta llevar a cabo su profesión con dignidad, encontrándose siempre con dificultades que le impiden publicar sus reportajes como a él le gustaría, y por otro, soltero empedernido como es, se relaciona con toda suerte de mujeres, siendo seducido por una lolita de 17 años, aspirante a periodista, interpretada por una novatilla Emma Suarez que, asimismo, también era menor de edad. Bajo estas dos premisas, se va desarrollando el argumento sin que haya en realidad una línea argumental clara.
Lo más curioso de todo es que tenemos, en papeles secundarios, a toda una ristra de personalidades del periodismo de la época que aparecen en la cinta en calidad de colaboración especial, así, tenemos a Joaquín Arozamena interpretando a un atracador de bancos, a Jesús Hermida haciendo de sí mismo, a Isabel Tenaille interpretándose también a sí misma, y luego, en otros papeles, a Luis García Berlanga como hombre aburguesado que juega al golf con nuestro protagonista o a Micky (de Micky y Los Tonys) como productor de cine “S” que desprecia un guion ofrecido por el personaje de Le Coq . A esa nómina hay que sumarle las apariciones del popular Doctor Cabeza y del mismísimo Sam Peckinpah, que aunque aparecen acreditados dentro del reparto, sus apariciones forman parte de los reportajes rodados por el protagonista, por lo que es muy difícil adivinar si el material empleado en sus apariciones forma parte de algún tipo de archivo, o si está rodado ex profeso para la película. Mi sensación es que es material insertado. Completarían el reparto actores y actrices nuestros de toda la vida como puedan ser Manuel Alexandre, Ricardo Palacios o Nadine Rochex, una actriz exageradamente tetuda y habitual de las películas de Pajares y Esteso.
No puedo decir que sea una mierda, puesto que algo de oficio hay en ella, pero sí que se trata de una película que, una vez saciada la curiosidad que sin duda suscita por su condición de rareza, deja a uno frío. Básicamente no ocurre nada, es solo una colección de escenas montadas sin demasiada coherencia entre ellas.
Bernard Le Coq con los años volvió a intervenir en nuestro cine y, en la película “GAL” de 2006, que indagaba en las pesquisas del grupo antiterrorista, Le Coq interpreta a una especie de sosias de Felipe González. También se le pudo ver en producciones de prestigio como “Caché” de Michael Haneke.
En cuanto al máximo responsable de "Un pasota con corbata", Jesús Terrón, poco más se sabe. Investigando un ratillo, he dado con su canal de Youtube que lleva por nombre “Círculo Cinematográfico Sam Peckinpah” y en el que sube extractos de cortometrajes o entrevistas que realiza el propio Terrón a distintas personalidades, por lo que parece estar vivo y coleando, pero por lo demás, en IMDB, la única película que se le adjudica como director es la presente.
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lunes, 21 de febrero de 2022
sábado, 26 de marzo de 2022
WALKER (UNA HISTORIA VERDADERA)
No hay discusión posible respecto a la naturaleza política de "Walker (Una historia verdadera)". Lo que ocurre es que, a mi, es un tema que no me interesa nada. Y no me suelen gustar las películas panfletarias. En orden cronológico: me aburre y me aburren. Así pues, evitaré enfocar mi reseña por esa vertiente. No sabría qué decir y, seguramente, metería la pata. Si les llama todo esto, busquen por ahí que hay peña mucho más puesta que yo escribiendo de forma asombrosamente lúcida y profunda (siempre extranjeros, por supuesto, no se fíen nunca de los gacetilleros patrios) En mi caso, solo me atraen dos cosas: el factor entretenimiento y el factor extravagancias. Asín de simple soy. Del primero no hay mucho en esta película, lo cierto es que resulta bastante palizas. Pero de lo segundo, ¡ay madre!, tienen para dar y regalar. Eso fue lo que, en su día, me encandiló.
Estamos ante un biopic sobre las hazañas de William Walker, el primer norteamericano que fue a Nicaragua por ahí 1850ypico y se auto impuso presidente a hostia pura. Una historia que en el año de producción de la peli, 1987, le iba como un guante al normalmente "radicalmente político" -y británico- Alex Cox para condenar la intervención de los USA en aquel mismo país. Lo asombroso del asunto es cómo logró que "Universal Pictures" le financiara semejante locura, la distribuyese y que el gran Ed Harris diera vida al protagonista. Encima, se piraron a Nicaragua a rodar, asegurando así cierta ayuda económica. Muy subversivo, diría alguien sesudo. Aunque no todo se limita al elemento político, también al creativo. La película comienza muy modosita, muy normal. Incluso prometedoramente. Pero a medida que avanza, y que Walker va metiendo mano a Nicaragua más y más, todo se torna delirante. Anárquico. Caótico. Incluso surrealista. Un poco como otra peli de Alex Cox que quiero revisar, "Directos al infierno". La diferencia es que aquella era más modesta y el riesgo menor. Con "Walker" el cineasta puso fin a su relación con los grandes estudios, los poderes fácticos de Hollywood. Hizo añicos toda posibilidad de ganarse el rol de filmmaker joven y arriesgado-dentro-de-un-orden.
Como decía, ese caos impide que haya una historia coherente y, por tanto, nos aburrimos. Pero a ratos despertamos gracias a arrebatos desquiciantes. Destacando los muchos anacronismos que, poco a poco, van poblando la peli. Revistas modernas, botellas de Cocacola, tabaco Marlboro, automóviles y más que no desvelaré. Pero esos son los "normales", prefiero centrarme en los otros. Entre mis favoritos están la escena en la que, mientras unos señores hablan de política, al fondo un niño toca un violín de manera infernalmente desafinada. Cuando los Nicaragüenses reciben a Walker con una pancarta en la que aparece mal escrito su nombre. El momento que unos mercenarios huyen de dinamita apunto de estallar, y lo hacen a cámara rápida, en plan slapstick. O, el rey de todos, William Walker arrancando un trozo de carne a un herido y ¡¡¡devorándolo con delectación!!!!. Obviamente, todo ello tiene su metáfora... pero a mi me la suda. Molan porque son instantes que rompen la monotonía... y de que manera.
Luego tenemos la inevitable influencia de Sam Peckinpah con esos tiroteos ultra-sangrantes (o, directamente, viendo como a uno le arrancan el brazo de cuajo), detalle con mucho sentido si consideramos que el guionista de "Walker" es el prestigioso Rudy Wurlitzer, quien curró en su momento con Peckinpah. Alex Cox se marca la machada de destacarlo en los créditos por encima de él. Aunque habría que ver si no era un modo de compensarle al haberse pasado su guion por el forro de los cojones. Porque lo parece.
Tal vez debamos alabar o culpar de toda esta locura al productor ejecutivo, Edward R. Pressman, un tipo acostumbrado a lidiar con proyectos un poco arriesgados, como hiciera en su momento con "El fantasma del paraíso", "Crimewave. (Ola de crímenes, ola de risas)", "Teniente Corrupto" o "American Psycho". No siempre se saldaba con éxito -como "Walker", mismamente- pero valía la pena vivir la aventura.
Hay muchos otros nombres la mar de interesantes. Ya saben que me pirra enumerarlos. En el reparto localizamos a Richard "La Cosa" Masur, Rene Auberjonois, Peter Boyle (tirándose sonoros cuescos), Marlee Matlin o Gerrit Graham. Mucho hispano ilustre: Alfonso Arau, Pedro Armendáriz Jr., Roberto López Espinoza, Blanca Guerra (la mamá diabólica de "Santa Sangre") y Miguel Sandoval. Y los habituales de Alex Cox: Sy Richardson, el músico punk Edward Tudor-Pole, mister Joe "The Clash" Strummer himself (autor también de la banda sonora), Zander Schloss (bajista de los "Circle Jerks") y Dick Rude. La mayoría de ellos -especialmente Harris- hipersobreactuados (aunque tal vez también eso forme parte de la locura reinante buscada de modo expreso)
Ya comenté en su momento que llegué a ser muy fan de Alex Cox. Pero a medida que me hago vieja, y reviso sus películas, me percato de que era un cineasta bastante mediocre y no tiene nada que realmente merezca la pena. Es así. Me encantaban mucho esos delirios suyos, presentes en gran parte de su filmografía, pero me temo que nada más. Y "Walker (una historia verdadera") no va a modificar esa impresión, desde luego. Aún así, como rareza, como anomalía dentro del cine mainstream ochentoso, se deja ver.
Estamos ante un biopic sobre las hazañas de William Walker, el primer norteamericano que fue a Nicaragua por ahí 1850ypico y se auto impuso presidente a hostia pura. Una historia que en el año de producción de la peli, 1987, le iba como un guante al normalmente "radicalmente político" -y británico- Alex Cox para condenar la intervención de los USA en aquel mismo país. Lo asombroso del asunto es cómo logró que "Universal Pictures" le financiara semejante locura, la distribuyese y que el gran Ed Harris diera vida al protagonista. Encima, se piraron a Nicaragua a rodar, asegurando así cierta ayuda económica. Muy subversivo, diría alguien sesudo. Aunque no todo se limita al elemento político, también al creativo. La película comienza muy modosita, muy normal. Incluso prometedoramente. Pero a medida que avanza, y que Walker va metiendo mano a Nicaragua más y más, todo se torna delirante. Anárquico. Caótico. Incluso surrealista. Un poco como otra peli de Alex Cox que quiero revisar, "Directos al infierno". La diferencia es que aquella era más modesta y el riesgo menor. Con "Walker" el cineasta puso fin a su relación con los grandes estudios, los poderes fácticos de Hollywood. Hizo añicos toda posibilidad de ganarse el rol de filmmaker joven y arriesgado-dentro-de-un-orden.
Como decía, ese caos impide que haya una historia coherente y, por tanto, nos aburrimos. Pero a ratos despertamos gracias a arrebatos desquiciantes. Destacando los muchos anacronismos que, poco a poco, van poblando la peli. Revistas modernas, botellas de Cocacola, tabaco Marlboro, automóviles y más que no desvelaré. Pero esos son los "normales", prefiero centrarme en los otros. Entre mis favoritos están la escena en la que, mientras unos señores hablan de política, al fondo un niño toca un violín de manera infernalmente desafinada. Cuando los Nicaragüenses reciben a Walker con una pancarta en la que aparece mal escrito su nombre. El momento que unos mercenarios huyen de dinamita apunto de estallar, y lo hacen a cámara rápida, en plan slapstick. O, el rey de todos, William Walker arrancando un trozo de carne a un herido y ¡¡¡devorándolo con delectación!!!!. Obviamente, todo ello tiene su metáfora... pero a mi me la suda. Molan porque son instantes que rompen la monotonía... y de que manera.
Luego tenemos la inevitable influencia de Sam Peckinpah con esos tiroteos ultra-sangrantes (o, directamente, viendo como a uno le arrancan el brazo de cuajo), detalle con mucho sentido si consideramos que el guionista de "Walker" es el prestigioso Rudy Wurlitzer, quien curró en su momento con Peckinpah. Alex Cox se marca la machada de destacarlo en los créditos por encima de él. Aunque habría que ver si no era un modo de compensarle al haberse pasado su guion por el forro de los cojones. Porque lo parece.
Tal vez debamos alabar o culpar de toda esta locura al productor ejecutivo, Edward R. Pressman, un tipo acostumbrado a lidiar con proyectos un poco arriesgados, como hiciera en su momento con "El fantasma del paraíso", "Crimewave. (Ola de crímenes, ola de risas)", "Teniente Corrupto" o "American Psycho". No siempre se saldaba con éxito -como "Walker", mismamente- pero valía la pena vivir la aventura.
Hay muchos otros nombres la mar de interesantes. Ya saben que me pirra enumerarlos. En el reparto localizamos a Richard "La Cosa" Masur, Rene Auberjonois, Peter Boyle (tirándose sonoros cuescos), Marlee Matlin o Gerrit Graham. Mucho hispano ilustre: Alfonso Arau, Pedro Armendáriz Jr., Roberto López Espinoza, Blanca Guerra (la mamá diabólica de "Santa Sangre") y Miguel Sandoval. Y los habituales de Alex Cox: Sy Richardson, el músico punk Edward Tudor-Pole, mister Joe "The Clash" Strummer himself (autor también de la banda sonora), Zander Schloss (bajista de los "Circle Jerks") y Dick Rude. La mayoría de ellos -especialmente Harris- hipersobreactuados (aunque tal vez también eso forme parte de la locura reinante buscada de modo expreso)
Ya comenté en su momento que llegué a ser muy fan de Alex Cox. Pero a medida que me hago vieja, y reviso sus películas, me percato de que era un cineasta bastante mediocre y no tiene nada que realmente merezca la pena. Es así. Me encantaban mucho esos delirios suyos, presentes en gran parte de su filmografía, pero me temo que nada más. Y "Walker (una historia verdadera") no va a modificar esa impresión, desde luego. Aún así, como rareza, como anomalía dentro del cine mainstream ochentoso, se deja ver.
viernes, 15 de enero de 2010
LA NOCHE DE LA IRA
Ayer decidí hacer de tripas corazón y, superando mi aversión por el cine patrio, seguí la recomendación de un amigo y vi esta "La noche de la ira". ¿Motivos?, su condición de ochentosa, de intento de hacer cine de género de calidad (en esos tiempos no era habitual), de ser una especie de aportación hispana al "survival" (ya saben, rollo "Deliverance" y tal) y por -según dijo mi colega- ir bien provista de elemento violencia (y por la fastuosa caratula, que recordaba perfectamente de la época, ¿usted no?).
Al final, ni me ha gustado tanto y ni es tan violenta como esperaba (soy muy exigente en ese aspecto), pero tampoco es una mala peli. Está bien, se puede ver. Más que "Deliverance", la influencia total y absoluta de "La noche de la ira" es Sam Peckinpah, y muy especialmente "Perros de paja". Veamos por qué...
En un pueblo de la España profunda se dedican a raptar yonquis y, tras retenerlos unos días, soltarlos para luego cazarlos (todo viene por un trauma del pasado que no narraré). Pero un día llega el nuevo médico y la lía gorda, descubriendo el pastel y convirtiéndose en otra presa más. Claro que el tipo, a pesar de su porte relajado, algo cobarde y de sus gafas (¡hola Dustin Hoffman!), pillará una escopeta y comenzará a matar pueblerinos que, por otro lado, pretenden matarle a él (¡hola masacre final de "Grupo Salvaje"!).
Lo dicho, sin ser la repolla, no está nada mal y resulta superior a otro film más reciente, también Español (¡con mayúscula!, ¡WOW!) e idénticas influencias / intenciones, "Bosque de sombras".
El dire es Javier Elorrieta, guioniza Joaquín Oristrell y en el reparto destacan los rostros, barbas y calvas de Patxi Andión, Lola Gaos, Agustín González o Aldo Sambrell.
Curiosa.
Al final, ni me ha gustado tanto y ni es tan violenta como esperaba (soy muy exigente en ese aspecto), pero tampoco es una mala peli. Está bien, se puede ver. Más que "Deliverance", la influencia total y absoluta de "La noche de la ira" es Sam Peckinpah, y muy especialmente "Perros de paja". Veamos por qué...
En un pueblo de la España profunda se dedican a raptar yonquis y, tras retenerlos unos días, soltarlos para luego cazarlos (todo viene por un trauma del pasado que no narraré). Pero un día llega el nuevo médico y la lía gorda, descubriendo el pastel y convirtiéndose en otra presa más. Claro que el tipo, a pesar de su porte relajado, algo cobarde y de sus gafas (¡hola Dustin Hoffman!), pillará una escopeta y comenzará a matar pueblerinos que, por otro lado, pretenden matarle a él (¡hola masacre final de "Grupo Salvaje"!).
Lo dicho, sin ser la repolla, no está nada mal y resulta superior a otro film más reciente, también Español (¡con mayúscula!, ¡WOW!) e idénticas influencias / intenciones, "Bosque de sombras".
El dire es Javier Elorrieta, guioniza Joaquín Oristrell y en el reparto destacan los rostros, barbas y calvas de Patxi Andión, Lola Gaos, Agustín González o Aldo Sambrell.
Curiosa.
sábado, 4 de abril de 2009
MUTANT
Esta peli hace gala de dos características muy definidas. La buena es que supura ochenterismo por todos los poros, la mala es que es bastante brasas.
Dentro del apartado bueno, tenemos a su protagonista, el carismático Wings Hauser, auténtico "héroe de video-club" que en sus mejores tiempos incluso osó dirigir sus propios vehículos de lucimiento. Le acompaña Bo Hopkins, que se pasa todo el metraje con cara de buencha. En la silla del dire aposenta su culo toda una leyenda, John "Bud" Cardos, personaje de biografía fascinante, que incluye a tipejos como Alfred Hitchcock (Cardos curró controlando los pajaricos de "The Birds"), Sam Peckinpah (fue director de segunda unidad en "Grupo Salvaje") o... ¡Al Adamson! (para quien ejerció de actor y "stuntman"), entre otras filigranas. También dirigió la deliciosa "Kingdom of the Spiders" (con William Shatner).
En el apartado malo, el resto. Un pueblo de la América profunda ve como sus habitantes comienzan a convertirse en seudo zombies azulados chillones que beben sangre humana usando unos orificios en las palmas de las manos (!). El colega Hauser será el encargado de resolver el misterio y matar a unos cuantos.
Si algo destaca en "Mutant" es la incontrolable verborrea que sufren sus personajes. Se pasan toda la peli hablando, y solo la parte final se anima un poquito. Otra cosa que merece destacarse es su engañoso cartel publicitario, en el que un pueblo es amenazado por una nube que casi parece diseñada por H.R.Giger... nada de eso hay en la peli, aunque no se lo recriminaré porque, bueno, ¡es de lo más guapo!.
Dentro del apartado bueno, tenemos a su protagonista, el carismático Wings Hauser, auténtico "héroe de video-club" que en sus mejores tiempos incluso osó dirigir sus propios vehículos de lucimiento. Le acompaña Bo Hopkins, que se pasa todo el metraje con cara de buencha. En la silla del dire aposenta su culo toda una leyenda, John "Bud" Cardos, personaje de biografía fascinante, que incluye a tipejos como Alfred Hitchcock (Cardos curró controlando los pajaricos de "The Birds"), Sam Peckinpah (fue director de segunda unidad en "Grupo Salvaje") o... ¡Al Adamson! (para quien ejerció de actor y "stuntman"), entre otras filigranas. También dirigió la deliciosa "Kingdom of the Spiders" (con William Shatner).
En el apartado malo, el resto. Un pueblo de la América profunda ve como sus habitantes comienzan a convertirse en seudo zombies azulados chillones que beben sangre humana usando unos orificios en las palmas de las manos (!). El colega Hauser será el encargado de resolver el misterio y matar a unos cuantos.
Si algo destaca en "Mutant" es la incontrolable verborrea que sufren sus personajes. Se pasan toda la peli hablando, y solo la parte final se anima un poquito. Otra cosa que merece destacarse es su engañoso cartel publicitario, en el que un pueblo es amenazado por una nube que casi parece diseñada por H.R.Giger... nada de eso hay en la peli, aunque no se lo recriminaré porque, bueno, ¡es de lo más guapo!.
martes, 24 de abril de 2018
5 HOMBRES SALVAJES

De esta manera, películas como “Soldado azul”, “Caza implacable”, “Chato, el apache” o “Los últimos hombres duros” llegarían a unas cotas de violencia, crudeza y sadismo a los que ni siquiera el propio spaghetti western se había atrevido, usando en mayor o menor medida los brutales abusos a las novias, esposas, hermanas, hijas y/o amigas del protagonista como principal acicate a la hora de que éste acabara con los malos; recurso dramático éste que, por otra parte, había sido utilizado hasta la saciedad en títulos como “El vengador sin piedad”, protagonizado por Gregory Peck, o en tantos otros ejemplos paradigmáticos del período clásico del género, en el cual no era tan necesario mostrar las escenas de violación ya que éstas se daban por sentado, tanto por parte del director como del espectador. Seguramente para enmascarar su carácter puramente explotativo, y quizás con el objetivo de conectar con el público rebelde y contracultural de la época, los films antes citados hacían gala sin embargo de un claro componente pro-indio que en cierta forma conseguía redimirlos. Asimismo estas películas contaban además con el atractivo de representar al hombre blanco como al auténtico salvaje que gobernaba los territorios del oeste, como la figura que subyugaba tanto a las minorías étnicas (negros, asiáticos y, sobre todo, indios) como al género femenino en su totalidad, en una clara transposición de la sociedad americana de finales de los 60 y principios de los 70, en la cual las mujeres y los afroamericanos veían reconocidos cada vez más, aunque no sin esfuerzo, aquellos derechos de los que se habían visto privados durante décadas.
Entrando ya en el ámbito del exploitation, y seguramente debido a la propia decadencia que el género acusaba a comienzos de los 70, en realidad son muy pocos los westerns de bajo presupuesto que podamos encontrar en el cine americano de la época que se adscriban a esta tendencia concreta, aunque entre ellos destaque por su carácter pionero este “5 hombres salvajes”, film que se anticiparía en varios años al rape & revenge y a títulos tan representativos del subgénero como “Ana Caulder”, la sueca “Thriller - en grym film” o “La violencia del sexo”.
Escrita y producida por el actor Richard Bakalyan (“Chinatown”, “Delicado delincuente”), y dirigida por el televisivo Ron Joy (“Superagente 86”), “5 hombres salvajes” cuenta la historia de una joven maestra, Alice (Michele Carey), la cual tiene la mala suerte de compartir viaje en diligencia con Pudge Elliott (Keenan Wynn), un agresivo preso que por el camino será rescatado por su banda, un grupo de forajidos no menos violento integrado por borrachos, violadores y ávidos consumidores de peyote. Tras matar a todos los ocupantes del carruaje, y hacerse con el oro que éste transportaba, la banda de Elliott violará a Alice bajo la atenta mirada de Chatto (Henry Silva), un apache que se encuentra de manera casual con la escena y que, posteriormente, curará a la mujer de sus heridas, la adiestrará en el manejo de las armas y que, asimismo, la ayudará a llevar a cabo su venganza. Y esta es prácticamente toda la historia de la película… sin más.
Escrita y producida por el actor Richard Bakalyan (“Chinatown”, “Delicado delincuente”), y dirigida por el televisivo Ron Joy (“Superagente 86”), “5 hombres salvajes” cuenta la historia de una joven maestra, Alice (Michele Carey), la cual tiene la mala suerte de compartir viaje en diligencia con Pudge Elliott (Keenan Wynn), un agresivo preso que por el camino será rescatado por su banda, un grupo de forajidos no menos violento integrado por borrachos, violadores y ávidos consumidores de peyote. Tras matar a todos los ocupantes del carruaje, y hacerse con el oro que éste transportaba, la banda de Elliott violará a Alice bajo la atenta mirada de Chatto (Henry Silva), un apache que se encuentra de manera casual con la escena y que, posteriormente, curará a la mujer de sus heridas, la adiestrará en el manejo de las armas y que, asimismo, la ayudará a llevar a cabo su venganza. Y esta es prácticamente toda la historia de la película… sin más.
Tomando como modelo desde sus mismos títulos de crédito el oeste roñoso de Sergio Leone, y a los personajes histéricos y depravados propios del cine de Sam Peckinpah, lo más interesante del visionado de esta película es justamente los curiosos resultados que arroja su fallida emulación del estilo de otros, en especial de la música de Ennio Morricone, al que aquí se intenta plagiar descaradamente a base de guitarras eléctricas y unos primitivos sintetizadores, dando como resultado una banda sonora estridente y desasosegante que, antes que pertenecer a una partitura del autor de “La muerte tenía un precio”, parece más bien salida de un film de terror de serie Z.
A pesar de estos puntuales, y, como ya digo, totalmente fortuitos aciertos, la película por desgracia se hunde tras un prometedor inicio para no volver ya a levantar cabeza. Y es que “5 hombres salvajes” está estructurada de una manera tan básica que todo lo que no tenga que ver con la violación y/o con la venganza de la protagonista se revela como totalmente accesorio, siendo por lo tanto eliminado sin contemplaciones de la trama. De esta manera, tras unos primeros veinte minutos que detallan el clásico momento del ataque a la diligencia, así como la violación grupal de la joven, el film entra durante el resto del metraje en una monótona dinámica de tiempos muertos que, además, se verá agravada por la relación prácticamente muda que se establece entre Alice y el personaje encarnado por Henry Silva.
Así las cosas, asistimos durante casi noventa minutos a una película no especialmente violenta ni tampoco demasiado explícita en el aspecto sexual: hay una castración, sí, pero ésta es mostrada fuera de plano. De este modo, la película ofrece bastante menos de lo que se espera de ella, representando casi lo único destacable de su visionado la sobria y muy convincente interpretación como Chatto del todoterreno Henry Silva (intérprete que, casualmente, figuraba en el reparto de la antes citada “El vengador sin piedad”) y la presencia como villano del estupendo Keenan Wynn, un actor tan capaz de trabajar para Leone, Kubrick o la Disney como de asomar su poblado bigote en la más costrosa producción de bajo presupuesto. Precisamente de boca de Wynn oiremos el diálogo más políticamente incorrecto de toda la película: tras abusar de la maestra, el personaje de Pudge Elliott le pregunta a uno de sus esbirros, “¿Sabéis que tenemos una virgen?”, a lo que éste le responde, “Dirás que TENIAMOS una virgen”.
Debido a su pobreza visual, a un desarrollo argumental excesivamente moroso y a su acusada falta de originalidad (características por otro lado inherentes a este tipo de cine) en realidad poco más habría que añadir al respecto: si acaso rescatar y destacar un final pesimista y desesperanzador que entronca directamente con el de “La noche de los muertos vivientes” y en el que el personaje de Henry Silva será castigado por el color de su piel y no por sus actos. A pesar de estos detalles, y de resultar una película simpática dentro de su asumida y evidente insignificancia, “5 hombres salvajes” es puro material de relleno para programas dobles y cines de sesión continúa, una película de lo más mediocre sin absolutamente ninguna característica especial que la distinga del resto de sus coétaneas: un film lento y aburrido la mayor parte del tiempo pero que, pese a todo, se sigue con más o menos interés, representando así la película perfecta para ver mientras uno piensa en sus asuntos y en la que, incluso, te puedes permitir el lujo de pegar una cabezadita de vez en cuando con la absoluta seguridad de que tampoco te perderás nada importante.
El típico film, en definitiva, que ves sin mayores problemas pero del que te olvidas antes incluso de que terminen los créditos finales. Aún así, sería un título recomendable para aquellos rastreadores infatigables de rarezas y/o para los fanáticos completistas del género... del género del oeste, claro, no del de violaciones.
El típico film, en definitiva, que ves sin mayores problemas pero del que te olvidas antes incluso de que terminen los créditos finales. Aún así, sería un título recomendable para aquellos rastreadores infatigables de rarezas y/o para los fanáticos completistas del género... del género del oeste, claro, no del de violaciones.
sábado, 22 de octubre de 2022
TRAICIÓN SIN LÍMITE
Hace ya días que vi esta película y mi intención quedaba lejos de reseñarla. No sé, será cosa de los calores (es decir, estoy escribiendo esto en pleno verano, aunque no tengo ni idea de cuando lo leerán ustedes) Sin embargo, fueron pasando las jornadas y no me la sacaba de la cabeza. Ni a la peli, ni a la "obligación moral" de decir alguna sandez sobre ella. ¿Por qué? pues porque, entre otros motivos, siendo un film de acción ochentero hasta las trancas, no suele aparecer en las respectivas listas confeccionadas por hipsters y críticos ignorantes, cosa muy injusta. Fíjense que sus productores son Mario Kassar y Andrew Vajna, papás de "Carolco" y responsables -tres escasos años antes- de "Rambo, acorralado parte 2". Fíjense que el director es un Walter Hill en plena forma, totalmente volcado en ese cine de acción masculino tan suyo. Y digo masculino, no "macho", etiqueta en la que cabrían "las otras", es decir, la mentada "Rambo", la maravillosa "Commando" y toda la ralea que las siguió. Esas sí han pasado a formar parte de la cultura popular, y se las revaloriza mucho, seguramente porque no dejan de ser tontunos divertimentos con fines palomiteros (dicho como algo extremadamente positivo). "Traición sin límite" es otro rollo (para empezar, cuenta con buenos actores, cosa que escasea en "las otras"). ¡Si hasta su título original molamil, "Extreme Prejudice"! Y, para rematar la jugada, John Milius entre los autores de la "story" original.
Digamos que la cosa va de dos tramas destinadas a entrecruzarse. Por un lado, el rudo policía y el malvado narcotraficante con una amistad forjada en el pasado (y, encima, enamorados ambos de la misma pava). Por otro, un grupo de mercenarios manejados secretamente por el gobierno con una misión. Todo hará "pum!" y nosotros lo agradeceremos.
Es indudable que "Traición sin límite" gasta una deuda más que chillona con algunos clásicos. Puesto que yo de cinéfilo tengo poco y, en general, el cine respetado y adorado por Garcis y cía me la suda, no me atrevo a meterme en semejante jardín. Alguien mentaría la camaradería propia entre hombres de Ford o Hawks. O la polvorienta ambientación de los espagueti westerns. Pero la única detectable con seguridad para estos cansados ojos (conectados a un no menos agotado cerebro) es la de Sam Peckinpah, y especialmente "Grupo Salvaje". Tanto canta, que ya en 1987 -fecha de estreno de la reseñada- se hablaba de ello en la prensa.
Lo que a mi me interesa de verdad es que la peli que consumo sea entretenida. Vibrante. Que contenga unos diálogos punzantes, perfectamente escritos, repletos de macarradas y frases lapidarias, pero facturadas con mucha clase. Y, sobre todo, tratándose de acción, lo que pido es una ingente cantidad de disparos acompañados de contundente violencia. "Traición sin límite" tiene todo eso. Los impactos de bala son sangrantes, dejando vistosas rosquillas rojas en los cuerpos. Y los momentos de andrenalina fluyen mientras te quitan la respiración. Especialmente esa matanza final brutal, intensa como ella sola, perfectamente realizada y montada. Un diez. De cuando se hacían las cosas de modo honesto, porque era lo normal. Nada forzado ni estéticamente recargado. Si a la sopa añadimos un desenlace sencillo, contundente, sin florituras, y un repartazo por el que pululan nombres como los de Nick Nolte (impagable e implacable antihéroe gélido, serio, de rostro pétreo y formidable look vaqueril), Powers Boothe (carismático villano), Michael Ironside, Maria Conchita Alonso (en un papel casi de florero, lo que es normal en una película totalmente de hombres, sudorosos y malcarados), Rip Torn, Clancy Brown (el malo de "Los inmortales" y voz original de Eugenio H. Cangrejo), William Forshyte, los hispanos Luis Contreras (habitual en las pelis de Alex Cox) y Marco Rodriguez (el villano del supermercado en "Cobra"), + un papelillo fugaz para Lin Shaye, pues entonces digo aquello de "Compro!".
Ya no se hacen como esta.
Digamos que la cosa va de dos tramas destinadas a entrecruzarse. Por un lado, el rudo policía y el malvado narcotraficante con una amistad forjada en el pasado (y, encima, enamorados ambos de la misma pava). Por otro, un grupo de mercenarios manejados secretamente por el gobierno con una misión. Todo hará "pum!" y nosotros lo agradeceremos.
Es indudable que "Traición sin límite" gasta una deuda más que chillona con algunos clásicos. Puesto que yo de cinéfilo tengo poco y, en general, el cine respetado y adorado por Garcis y cía me la suda, no me atrevo a meterme en semejante jardín. Alguien mentaría la camaradería propia entre hombres de Ford o Hawks. O la polvorienta ambientación de los espagueti westerns. Pero la única detectable con seguridad para estos cansados ojos (conectados a un no menos agotado cerebro) es la de Sam Peckinpah, y especialmente "Grupo Salvaje". Tanto canta, que ya en 1987 -fecha de estreno de la reseñada- se hablaba de ello en la prensa.
Lo que a mi me interesa de verdad es que la peli que consumo sea entretenida. Vibrante. Que contenga unos diálogos punzantes, perfectamente escritos, repletos de macarradas y frases lapidarias, pero facturadas con mucha clase. Y, sobre todo, tratándose de acción, lo que pido es una ingente cantidad de disparos acompañados de contundente violencia. "Traición sin límite" tiene todo eso. Los impactos de bala son sangrantes, dejando vistosas rosquillas rojas en los cuerpos. Y los momentos de andrenalina fluyen mientras te quitan la respiración. Especialmente esa matanza final brutal, intensa como ella sola, perfectamente realizada y montada. Un diez. De cuando se hacían las cosas de modo honesto, porque era lo normal. Nada forzado ni estéticamente recargado. Si a la sopa añadimos un desenlace sencillo, contundente, sin florituras, y un repartazo por el que pululan nombres como los de Nick Nolte (impagable e implacable antihéroe gélido, serio, de rostro pétreo y formidable look vaqueril), Powers Boothe (carismático villano), Michael Ironside, Maria Conchita Alonso (en un papel casi de florero, lo que es normal en una película totalmente de hombres, sudorosos y malcarados), Rip Torn, Clancy Brown (el malo de "Los inmortales" y voz original de Eugenio H. Cangrejo), William Forshyte, los hispanos Luis Contreras (habitual en las pelis de Alex Cox) y Marco Rodriguez (el villano del supermercado en "Cobra"), + un papelillo fugaz para Lin Shaye, pues entonces digo aquello de "Compro!".
Ya no se hacen como esta.
lunes, 8 de abril de 2013
INTERVIEW: JACK PEREZ
Si les hablo a ustedes de JackPerez, y no son muy asiduos a este
blog, probablemente el nombre en cuestión no les suene de nada. Pero si nombro “Mega Shark Vs. Giant Octopus” Sabrán, sin duda, de que película
les hablo, aunque el nombre seguirá sin sonarles, porque el director la firmó con el seudónimo de Ace Hanna.
Pero Jack Perez, además de ser el director de esta película, lo es también de muchas otras, es un cineasta con tablas con un pie puesto en Hollywood...y también ¡fue pionero en el found footage!
Al Staff de AVT no nos fue difícil contactar con el, ya que nos une cierta amistad, y, como además es el prologuista de nuestro libro “Malas pero divertidas”, pues hacerle esta entrevista y que contestara como se ha de contestar ( y no como otros entrevistados recientes con respuestas más cortas que las preguntas) no era muy complicado, era cuestión de enviar un e-mail y listo.
Así que de todos esos asuntos que verán a continuación, hablamos a base de mensaje, para que ustedes, queridos lectores, lo disfruten.
Esto nos contó Mr. Jack Perez:
Háblanos de tus inicios. ¿Hacías cortos superocheros de chaval?. ¿Cuales eran tus aspiraciones?
Como muchos chavales en los 70, tomé prestada la cámara de Súper 8 de mi padre y comencé a hacer pequeñas películas de horror, ciencia-ficción y de “catástrofes” protagonizadas por mi hermana pequeña. Inicialmente fui inspirado por el “King Kong” original de 1933 y por todas las pelis de fantasía de Ray Harryhausen como “El monstruo de tiempos remotos” y “Simbad y la princesa”, que echaban habitualmente en la tele los Sábados por la mañana. Me obsesioné con la animación en stop-motion y el trabajo con maquetas y leí todos los libros sobre el tema que podía encontrar. “The Making of King Kong” de Orville Goldner era como una biblia para mi!. Por supuesto, cuando “La guerra de las galaxias” se estrenó en el 77, me enganché. Pero al principio todo giraba en torno a los efectos especiales. Realmente no aprecié lo que hacía un director hasta más tarde.
Durante el verano de 1978, fui invitado a visitar el set de “Aeropuerto 79” (la última de la serie). Un amigo de la familia era asistente de montaje y pude ver cómo era la creación de una película. Por entonces, había comenzado a pensar en escuelas de cine y mi atención apuntaba hacia la dirección, que me ofrecía mucho más control creativo.
Según IMDB, tu primera película como director es “Deadliest America Home Video”. Háblanos de ella…
Básicamente se trata de una de las primeras películas “found footage”. Ese género ni tan siquiera existía a inicios de los 90, así que la idea de estructurar una película “a través de la lente” de una cámara de vídeo era bastante nuevo. Me ofrecieron la oportunidad de escribir y dirigir una peli “exploitation” tan y tan barata que la tendría que hacer con una vieja video cámara Hi-8, lo que es muy miserable. En lugar de intentar hacer una narrativa estándar, que acabaría teniendo el aspecto de una porno o un culebrón por su “look” de vídeo, decidí escribir un thriller que pudiera utilizar la mala calidad del vídeo de modo orgánico, como parte de la historia. Y así es como se formó la idea – la historia de un entusiasta del vídeo casero (interpretado por Danny Bonaduce, protagonista de la serie “Mamá y sus increíbles hijos”) que lo graba todo en su vida, entonces es secuestrado por un pequeño grupo de criminales que le obligan a documentar su carrera criminal a lo largo de América.
Tu película más popular es “Megashark vs Giant Octopus”, pero aquí en España solo podemos acceder a ella comprando el DVD de importación. En cambio, sí se han comercializado “La cucaracha” y “Juegos Salvajes 2”. ¿Son pues esas dos tus películas de más éxito?
Financieramente, supongo que “Megashark…” y “Juegos salvajes 2” son las de mayor éxito. Pero intento no medir mi éxito por la cantidad de dinero que hacen mis películas. Más bien me quedo con cuales son más personales y de los que estoy más orgulloso.
¿Cual de tus películas es tu favorita?
En todas mis pelis hay algo que me gusta, pero mi peli de detectives privados, “The Big Empty” (1997); mi “noir” situado al sur de la frontera, “La Cucaracha” (1998) y mi comedia de horror, “Some guy who kills people” (2012) son mis favoritas. Estas tres me representan, a mi y a mis habilidades como cineasta. “Monster Island” (que hice para la MTV con protagonismo de Mary Elizabeth Winstead), que cuenta con un montón de monstruos animados en stop-motion, estaría cerca de la cuarta posición.
Hablando de “Juegos salvajes 2”. ¿Viste la primera antes de rodar la tuya?, ¿por qué son tan diferentes?
Había visto la de John McNaughton y me gustaba, pero realmente no la estudié. Me interesaba más coger el material y hacer algo con él que me resultara interesante – básicamente hacer una película “noir” ambientada en los everglades/Florida. Ese es el único modo de hacer algo bueno – haciéndolo tuyo. De otro modo, únicamente estarás copiando el material de otro.
¿Por qué no hiciste la tercera parte?
Me la ofrecieron, pero no querían pagarme un poco más de dinero a pesar de que “Juegos salvajes 2” había ayudado a crear la franquicia al completo. Más importante, si cabe, es que ya había hecho todo lo que podía con esa clase de historia. Además, el guión para “Juegos salvajes 3” era casi exactamente igual al de “Juegos salvajes 2”!.
Ace Hanna, Jake Johnson… esos pseudónimos los utilizas, respectivamente, en “Mega shark vs Giant Octopus” y “666: The Child”. ¿Por qué los usaste y por qué esos en concreto?
Porque considero esas películas creativamente comprometidas. Básicamente porque me arrebataron el control a la hora del montaje. Cuando un director no controla del todo esa fase, pierde la oportunidad de mostrarle a la audiencia todo aquello que pretendía. Incluso si es una película tontuna de monstruos. Esas dos pelis podrían haber sido mucho mejores, creo, si me hubieran dejado montarlas tal y como yo quería. “Jake Johnson” fue fácil de inventar, “Ace Hannah” es más como un “chiste privado” – es el nombre de un personaje en el clásico western de Robert Aldrich “Vera Cruz” (1954) con Burt Lancaster y Gary Cooper. Suena ridículo, y así es exactamente cómo me sentí haciendo “Mega shark…”. Eso y frustrado.
¿Te preocupa/molesta que seas sobre todo conocido por “Mega shark…” en lugar de otra de tus películas?
Pues sí, en cierto modo. No es precisamente el mejor título de mi filmografía. Me gustaría ser conocido por mi mejor trabajo. “Some guy who kills people”, “La cucaracha”, “The Big Empty”, “Monster Island” – estas son películas de las que estoy genuinamente orgulloso, y son mil veces mejor que “Mega shark…”.
¿Cuales son las diferencias entre trabajar para “The Asylum” y hacerlo para “Sony Pictures”?
Básicamente es lo mismo, políticamente. Tratas con notas de los productores, quienes tienen opiniones muy específicas sobre cómo hay que hacer las cosas. Y muy a menudo tienes que pelear por tus propias ideas. Lo que es cansino. Originalmente pensaba que las compañías dedicadas al cine de muy bajo presupuesto dejaban tranquilo al director, pero me encontré con que no era ese el caso. Todo productor, sin importar el tamaño, quiere ser escuchado. Ese es el precio que todos los cineastas han de pagar para lograr que se financie su trabajo. Naturalmente, tu plan de rodaje es más largo con Sony porque hay más dinero para hacer la película, lo que siempre ayuda.
¿Te sientes a gusto siendo un “director de serie B” o preferirías ser más mainstream, hacer películas de gran presupuesto y ganar Oscars?
Me considero a mi mismo un cineasta independiente que ocasionalmente hace pelis semi-comerciales. Supongo que ser considerado un “director de serie B” no es tan malo, aunque me gusta pensar que he hecho algún trabajo con calidad “A”. Algunos de mis directores favoritos eran etiquetados de “serie B” – Sam Fuller, Phil Karlson, Jacques Torneur, Richard Fleischer. Pero todos hicieron trabajos de calidad “A” en sus vidas.
Me encantaría tener el tiempo que proporciona un gran presupuesto – plazos más largos que dedicar a refinar tu labor, pero una vez más, con más dinero viene una mayor interferencia creativa, algo que puede ser devastador para tu alma.
No me importa una mierda ganar Oscars – los Premios de la Academia son basura, una casa de putas.
¿Cuales son tus ambiciones?
Seguir haciendo películas personales con un mayor control creativo.
Has trabajado con John Landis, Joe Dante y Adam West. ¿Cómo fue?
Fue un placer. Todos son héroes de mi infancia, por lo que de pronto encontrarme currando con ellos fue como un sueño. Fueron muy majos, encantadores, con maravillosas historias sobre sus carreras y el negocio. Yo veía “Batman” cuando era un chavalín, por lo que dirigir a Adam West en “Monster Island” fue surrealmente bonito. Durante la gran escena de su muerte donde una hormiga gigante mutante se estrella contra él mientras sostiene un frasco de nitroglicerina, se volvió hacia mi y dijo, “Nosotros nunca hicimos algo así en la Batcueva!”. “Un hombre lobo Americano en Londres” fue una peli muy importante para mi, así que tener a John Landis como mi productor ejecutivo en “Some guy who kills people” fue muy gratificante – y el hecho de que le encantara la película fue como lograr que tus padres te digan que se sienten orgullosos de ti!. Las películas de Joe Dante, particularmente “Aullidos” y “Piraña”, también fueron grandes influencias. En un momento en que le estaba dirigiendo a él y a Landis en una escena, Joe se giró hacia John y exclamó, “Suena igual que yo!”. Aquello fue muy emocionante.
Escribiste la introducción de nuestro libro dedicado al cine trash “Malas pero divertidas”, lo que demuestra que tienes un gran sentido del humor. ¿Qué te motivó a hacerlo?
Me sentí halagado de que me lo pidierais. Es muy divertido estar incluido en un libro guay sobre películas de culto. Incluso aunque tenga serios problemas con “Mega shark…”, siempre es bonito ser reconocido. Y era una oportunidad para explicar mi participación en la película- por que la hice y todos los obstáculos que tuve que afrontar para hacer semejante alocada peli de bajo presupuesto.
¿Cómo sería la perfecta película de Jack Perez?
Siempre he creído que mi mejor trabajo surge cuando mezclo mi amor por las películas con aquello que ocurre en mi vida personal. “The big empty”, “La cucaracha” y “Some guy who kills people” fusionan todas ellas géneros que adoro con temas que son muy personales para mi. Cuando logro hacer eso – es perfecto. Lo que lo hace aún más perfecto es cuando ningún productor jode mi labor y logro el montaje final. Pero eso rara vez ocurre.
¿Cómo ves el futuro?
Hace ya muchos años de cuando estaba muy deprimido respecto al negocio y a cómo se desarrollaba mi carrera. Muchas veces desearía haber hecho películas en los años 70, porque parece que hubiera conseguido producir más “mi tipo de película”. Era un periodo más excéntrico y más abierto, y ahí es donde siempre he vivido como cineasta – ligeramente a la izquierda del centro. Sin embargo, he sido capaz de llevar adelante varios trabajos de los que me siento orgulloso. Así que no me puedo quejar. El futuro es brillante.
Dime cinco pelis que te gusten y cinco que te disgusten.
Hay muchas malas, así que ni siquiera empezaré. Pero cinco que me gusten podrían ser: “Vera Cruz” (Robert Aldrich, 1954), “Encadenados” (Hitchcock), “Topsy-Turvy” (Mike Leigh), “King Kong” (1933) y “Quiero la cabeza de Alfredo Garcia” (Peckinpah).
Cinco directores que te gusten y cinco que te disgusten.
Otra vez, muchos directores que no me gustan. Pero los que admiro son: Hitchcock, Peckinpah, Aldrich, Frankenheimer y Welles.
¿Algo que añadir?, ¿algo que quieras decir a nuestros poco lustrosos lectores?
Mirad películas antiguas. Siempre son mejores que los “nuevos lanzamientos”. Y uno aprende mucho más sobre cine de los maestros.
Gracias! (en castellano en el original).
Pero Jack Perez, además de ser el director de esta película, lo es también de muchas otras, es un cineasta con tablas con un pie puesto en Hollywood...y también ¡fue pionero en el found footage!
Al Staff de AVT no nos fue difícil contactar con el, ya que nos une cierta amistad, y, como además es el prologuista de nuestro libro “Malas pero divertidas”, pues hacerle esta entrevista y que contestara como se ha de contestar ( y no como otros entrevistados recientes con respuestas más cortas que las preguntas) no era muy complicado, era cuestión de enviar un e-mail y listo.
Así que de todos esos asuntos que verán a continuación, hablamos a base de mensaje, para que ustedes, queridos lectores, lo disfruten.
Esto nos contó Mr. Jack Perez:
Háblanos de tus inicios. ¿Hacías cortos superocheros de chaval?. ¿Cuales eran tus aspiraciones?
Como muchos chavales en los 70, tomé prestada la cámara de Súper 8 de mi padre y comencé a hacer pequeñas películas de horror, ciencia-ficción y de “catástrofes” protagonizadas por mi hermana pequeña. Inicialmente fui inspirado por el “King Kong” original de 1933 y por todas las pelis de fantasía de Ray Harryhausen como “El monstruo de tiempos remotos” y “Simbad y la princesa”, que echaban habitualmente en la tele los Sábados por la mañana. Me obsesioné con la animación en stop-motion y el trabajo con maquetas y leí todos los libros sobre el tema que podía encontrar. “The Making of King Kong” de Orville Goldner era como una biblia para mi!. Por supuesto, cuando “La guerra de las galaxias” se estrenó en el 77, me enganché. Pero al principio todo giraba en torno a los efectos especiales. Realmente no aprecié lo que hacía un director hasta más tarde.
Durante el verano de 1978, fui invitado a visitar el set de “Aeropuerto 79” (la última de la serie). Un amigo de la familia era asistente de montaje y pude ver cómo era la creación de una película. Por entonces, había comenzado a pensar en escuelas de cine y mi atención apuntaba hacia la dirección, que me ofrecía mucho más control creativo.
Según IMDB, tu primera película como director es “Deadliest America Home Video”. Háblanos de ella…
Básicamente se trata de una de las primeras películas “found footage”. Ese género ni tan siquiera existía a inicios de los 90, así que la idea de estructurar una película “a través de la lente” de una cámara de vídeo era bastante nuevo. Me ofrecieron la oportunidad de escribir y dirigir una peli “exploitation” tan y tan barata que la tendría que hacer con una vieja video cámara Hi-8, lo que es muy miserable. En lugar de intentar hacer una narrativa estándar, que acabaría teniendo el aspecto de una porno o un culebrón por su “look” de vídeo, decidí escribir un thriller que pudiera utilizar la mala calidad del vídeo de modo orgánico, como parte de la historia. Y así es como se formó la idea – la historia de un entusiasta del vídeo casero (interpretado por Danny Bonaduce, protagonista de la serie “Mamá y sus increíbles hijos”) que lo graba todo en su vida, entonces es secuestrado por un pequeño grupo de criminales que le obligan a documentar su carrera criminal a lo largo de América.
Tu película más popular es “Megashark vs Giant Octopus”, pero aquí en España solo podemos acceder a ella comprando el DVD de importación. En cambio, sí se han comercializado “La cucaracha” y “Juegos Salvajes 2”. ¿Son pues esas dos tus películas de más éxito?
Financieramente, supongo que “Megashark…” y “Juegos salvajes 2” son las de mayor éxito. Pero intento no medir mi éxito por la cantidad de dinero que hacen mis películas. Más bien me quedo con cuales son más personales y de los que estoy más orgulloso.
¿Cual de tus películas es tu favorita?
En todas mis pelis hay algo que me gusta, pero mi peli de detectives privados, “The Big Empty” (1997); mi “noir” situado al sur de la frontera, “La Cucaracha” (1998) y mi comedia de horror, “Some guy who kills people” (2012) son mis favoritas. Estas tres me representan, a mi y a mis habilidades como cineasta. “Monster Island” (que hice para la MTV con protagonismo de Mary Elizabeth Winstead), que cuenta con un montón de monstruos animados en stop-motion, estaría cerca de la cuarta posición.
Hablando de “Juegos salvajes 2”. ¿Viste la primera antes de rodar la tuya?, ¿por qué son tan diferentes?
Había visto la de John McNaughton y me gustaba, pero realmente no la estudié. Me interesaba más coger el material y hacer algo con él que me resultara interesante – básicamente hacer una película “noir” ambientada en los everglades/Florida. Ese es el único modo de hacer algo bueno – haciéndolo tuyo. De otro modo, únicamente estarás copiando el material de otro.
¿Por qué no hiciste la tercera parte?
Me la ofrecieron, pero no querían pagarme un poco más de dinero a pesar de que “Juegos salvajes 2” había ayudado a crear la franquicia al completo. Más importante, si cabe, es que ya había hecho todo lo que podía con esa clase de historia. Además, el guión para “Juegos salvajes 3” era casi exactamente igual al de “Juegos salvajes 2”!.
Ace Hanna, Jake Johnson… esos pseudónimos los utilizas, respectivamente, en “Mega shark vs Giant Octopus” y “666: The Child”. ¿Por qué los usaste y por qué esos en concreto?
Porque considero esas películas creativamente comprometidas. Básicamente porque me arrebataron el control a la hora del montaje. Cuando un director no controla del todo esa fase, pierde la oportunidad de mostrarle a la audiencia todo aquello que pretendía. Incluso si es una película tontuna de monstruos. Esas dos pelis podrían haber sido mucho mejores, creo, si me hubieran dejado montarlas tal y como yo quería. “Jake Johnson” fue fácil de inventar, “Ace Hannah” es más como un “chiste privado” – es el nombre de un personaje en el clásico western de Robert Aldrich “Vera Cruz” (1954) con Burt Lancaster y Gary Cooper. Suena ridículo, y así es exactamente cómo me sentí haciendo “Mega shark…”. Eso y frustrado.
¿Te preocupa/molesta que seas sobre todo conocido por “Mega shark…” en lugar de otra de tus películas?
Pues sí, en cierto modo. No es precisamente el mejor título de mi filmografía. Me gustaría ser conocido por mi mejor trabajo. “Some guy who kills people”, “La cucaracha”, “The Big Empty”, “Monster Island” – estas son películas de las que estoy genuinamente orgulloso, y son mil veces mejor que “Mega shark…”.
¿Cuales son las diferencias entre trabajar para “The Asylum” y hacerlo para “Sony Pictures”?
Básicamente es lo mismo, políticamente. Tratas con notas de los productores, quienes tienen opiniones muy específicas sobre cómo hay que hacer las cosas. Y muy a menudo tienes que pelear por tus propias ideas. Lo que es cansino. Originalmente pensaba que las compañías dedicadas al cine de muy bajo presupuesto dejaban tranquilo al director, pero me encontré con que no era ese el caso. Todo productor, sin importar el tamaño, quiere ser escuchado. Ese es el precio que todos los cineastas han de pagar para lograr que se financie su trabajo. Naturalmente, tu plan de rodaje es más largo con Sony porque hay más dinero para hacer la película, lo que siempre ayuda.
¿Te sientes a gusto siendo un “director de serie B” o preferirías ser más mainstream, hacer películas de gran presupuesto y ganar Oscars?
Me considero a mi mismo un cineasta independiente que ocasionalmente hace pelis semi-comerciales. Supongo que ser considerado un “director de serie B” no es tan malo, aunque me gusta pensar que he hecho algún trabajo con calidad “A”. Algunos de mis directores favoritos eran etiquetados de “serie B” – Sam Fuller, Phil Karlson, Jacques Torneur, Richard Fleischer. Pero todos hicieron trabajos de calidad “A” en sus vidas.
Me encantaría tener el tiempo que proporciona un gran presupuesto – plazos más largos que dedicar a refinar tu labor, pero una vez más, con más dinero viene una mayor interferencia creativa, algo que puede ser devastador para tu alma.
No me importa una mierda ganar Oscars – los Premios de la Academia son basura, una casa de putas.
¿Cuales son tus ambiciones?
Seguir haciendo películas personales con un mayor control creativo.
Has trabajado con John Landis, Joe Dante y Adam West. ¿Cómo fue?
Fue un placer. Todos son héroes de mi infancia, por lo que de pronto encontrarme currando con ellos fue como un sueño. Fueron muy majos, encantadores, con maravillosas historias sobre sus carreras y el negocio. Yo veía “Batman” cuando era un chavalín, por lo que dirigir a Adam West en “Monster Island” fue surrealmente bonito. Durante la gran escena de su muerte donde una hormiga gigante mutante se estrella contra él mientras sostiene un frasco de nitroglicerina, se volvió hacia mi y dijo, “Nosotros nunca hicimos algo así en la Batcueva!”. “Un hombre lobo Americano en Londres” fue una peli muy importante para mi, así que tener a John Landis como mi productor ejecutivo en “Some guy who kills people” fue muy gratificante – y el hecho de que le encantara la película fue como lograr que tus padres te digan que se sienten orgullosos de ti!. Las películas de Joe Dante, particularmente “Aullidos” y “Piraña”, también fueron grandes influencias. En un momento en que le estaba dirigiendo a él y a Landis en una escena, Joe se giró hacia John y exclamó, “Suena igual que yo!”. Aquello fue muy emocionante.
Escribiste la introducción de nuestro libro dedicado al cine trash “Malas pero divertidas”, lo que demuestra que tienes un gran sentido del humor. ¿Qué te motivó a hacerlo?
Me sentí halagado de que me lo pidierais. Es muy divertido estar incluido en un libro guay sobre películas de culto. Incluso aunque tenga serios problemas con “Mega shark…”, siempre es bonito ser reconocido. Y era una oportunidad para explicar mi participación en la película- por que la hice y todos los obstáculos que tuve que afrontar para hacer semejante alocada peli de bajo presupuesto.
¿Cómo sería la perfecta película de Jack Perez?
Siempre he creído que mi mejor trabajo surge cuando mezclo mi amor por las películas con aquello que ocurre en mi vida personal. “The big empty”, “La cucaracha” y “Some guy who kills people” fusionan todas ellas géneros que adoro con temas que son muy personales para mi. Cuando logro hacer eso – es perfecto. Lo que lo hace aún más perfecto es cuando ningún productor jode mi labor y logro el montaje final. Pero eso rara vez ocurre.
¿Cómo ves el futuro?
Hace ya muchos años de cuando estaba muy deprimido respecto al negocio y a cómo se desarrollaba mi carrera. Muchas veces desearía haber hecho películas en los años 70, porque parece que hubiera conseguido producir más “mi tipo de película”. Era un periodo más excéntrico y más abierto, y ahí es donde siempre he vivido como cineasta – ligeramente a la izquierda del centro. Sin embargo, he sido capaz de llevar adelante varios trabajos de los que me siento orgulloso. Así que no me puedo quejar. El futuro es brillante.
Dime cinco pelis que te gusten y cinco que te disgusten.
Hay muchas malas, así que ni siquiera empezaré. Pero cinco que me gusten podrían ser: “Vera Cruz” (Robert Aldrich, 1954), “Encadenados” (Hitchcock), “Topsy-Turvy” (Mike Leigh), “King Kong” (1933) y “Quiero la cabeza de Alfredo Garcia” (Peckinpah).
Cinco directores que te gusten y cinco que te disgusten.
Otra vez, muchos directores que no me gustan. Pero los que admiro son: Hitchcock, Peckinpah, Aldrich, Frankenheimer y Welles.
¿Algo que añadir?, ¿algo que quieras decir a nuestros poco lustrosos lectores?
Mirad películas antiguas. Siempre son mejores que los “nuevos lanzamientos”. Y uno aprende mucho más sobre cine de los maestros.
Gracias! (en castellano en el original).
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