viernes, 2 de octubre de 2009

SUPERSTICIÓN

La primera vez que tuve algún tipo de contacto con esta peli fue nada menos que en Italia, durante el viaje de fin de curso. Estábamos en la habitación del hotel, ya de noche, y hacíamos zapping (aunque entonces no se llamaba así) buscando alguna peli porno. Por puta casualidad pillamos el "espectacular" desenlace de "Superstición". Me quedé embobado viéndolo... y luego seguimos buscando algo guarro que animara nuestras calenturientas entrepiernas. Sin embargo, aquellas imágenes se almacenaron en mi memoria hasta que, pasados unos años, y no recuerdo cómo, pude ponerle título... y verla.
"Superstición" tiene una característica muy curiosa, se trata de un típico film de casas encantadas (con remalazos de cine satánico) pero rodado según las formas del tan preciado -por mi- slasher, que en aquella época (1982) daba con mucha fuerza. Vale que el malo de la función viene del mas allá, y es de aspecto más o menos monstruoso, pero es una presencia física, amenazante, que en un momento dado utiliza sus propias manos para clavar una estaca, martillo mediante, en la frente de una jovencita de buen ver. Antes, un par de bromistas -también adolescentes- caerán bajo las iras de la criatura. A ello, tenemos que añadir una dosis de gore notable (no muy habitual en el subgénero de las casas embrujadas) destacando la cabeza estallando dentro del microondas y, sobre todo, el cura atravesado por una sierra circular descontrolada. Los curas, uno de ellos prota absoluto -y los coros de la banda sonora- son residuo puro del cine de terrores católicos que decía antes, y el resto, familia en crisis habitando caserón maldito, es puro "Amityville".
A ver, la peli no es redonda, ni mucho menos, es algo patosa y tiene momentos francamente ridículos, pero también hace gala de ese look y esas maneras tan propias del horror ochentoso y cuando se trata de algo así, me cuesta muuuuucho ser objetivo. Vamos, que me encanta. Recientemente, tras varios frustrados intentos de ver cine moderno, recurrí a ella y, literalmente, me salvó la noche.
No entiendo como no se la reivindica más. Ni como el fandom no da la brasa de forma inmisericorde con ella. Aunque, bien pensado, mejor así.
Producen Mario Kassar y Andrew G. Vajna (poco antes de parir el primero de sus big hits, "Rambo").