viernes, 7 de enero de 2011

NOCHE DE PAZ, NOCHE DE MUERTE 2

Acaba la Navidad y nada como la reseña de un film de la temática correspondiente para decirle adiós (con tristeza). Primero había pensado en la reputada "Rare Exports", pero tras verla, aburrirme y encontrarla mediocre (y no entender a qué coño viene todo el "hip" que arrastra) decidí buscar un sustituto. ¿Puede haber alguno mejor que "Noche de paz, noche de muerte 2"?, ¡¡lo dudo!!.
Este es, que duda cabe, un caso muy raro de secuela. Primero en el lado "malo" (si es que hay algo de malo querer ganar pasta gansa!). Es evidente que se produjo con fines únicamente lucrativos y con prisas, de ahí que los primeros 40 minutos de proyección sean un descarado reciclaje de la primera parte (que gracias al escándalo que generó con la imagen de un Papa Noel asesino, tuvo éxito y ganó el inevitable estatus de culto). Vamos, que a base de flash-backs vemos el "Best of" de "Noche de paz, noche de muerte 1". Cuando esto termina, entramos en la parte "buena" (y uso de nuevo las comillas porque, tratándose del film que se trata, el término varía un poco su sentido), el giro narrativo y el alejamiento de las tácticas propias del "slasher" (algo que sería una constante en la franquicia a partir de entonces, cada vez más desvinculada del concepto inicial). "Noche de paz, noche de muerte 2" se limita a mostrarnos los desmanes criminales (sin referencia Navideña, esta solo hace acto de presencia al final) del hermano pequeño del psycho-killer Santa Claus original. Así, nos topamos con varias secuencias alucinantes, por su desfachatez, su ridiculez y su locura. En una, el criminal va con su novia al cine a ver ¡¡"Noche de paz, noche de muerte 1"!! y decide cargarse al bromista de turno que no para de hacer coñetas en voz alta. Luego, se topa con el ex de su parienta, le mete unos cables de batería de coche en la boca y le hace estallar los ojos (!!!). Animado, agarra una revolver y la lía en medio de un vecindario, aniquilando a todo pobre desgraciado que se encuentre. A otro le atraviesa con un paraguas que, seguidamente, se abre y... en fin, todo como muy demencial y estúpido. Un sin sentido. Pero lo que nuestro prota realmente quiere es cepillarse a la bastarda Madre Superiora de la primera peli y, nada, ahí es cuando entran en juego el hacha, el gorrito rojo y las botas negras.
En el reparto nos encontramos con la guapísima ex-scream queen Elizabeth Clayton. El prota, Eric Freeman, es un cachetas incapaz de actuar (verlo en versión original resulta especialmente doloroso... sobre todo cuando se ríe en plan psicópata desbocado) al que sufriríamos también en esa basurilla de la factoría David DeCoteau que fue "Murder weapon". Al director, Lee Harry, le conocen en su casa.
Que sí, que se trata de una ponzoña de mucho cuidado, pero la verdad es que puede resultar hasta divertida. Y oigan, yo no me he aburrido en exceso viéndola.