viernes, 21 de enero de 2011

2 LOCOS EN MAR DEL PLATA

Parece ser, que el underground Argentino está en alza. No quiero decir que sea un bombazo, pero que si tiene mas repercusión en su país, que nuestro cine underground en el nuestro. Y siempre que he buscado info sobre el asunto, o he navegado en Internet, me he topado con una película, un suerte de comedia Teen, que goza de bastante popularidad en el fandom Argentino. A poco que he podido, me he agenciado una copia me he puesto a verla.
Dos individuos, deciden irse a la costa Argentina, para buscar un tesoro y para recuperar la novia de uno de ellos que ha sido abandonado, lo que dará pie a un sin fin de enloquecidas situaciones.
Les aseguro que soy un tipo abierto, que en el campo de la comedia, tengo mucha mano izquierda y me suele gustar casi todo, pero es que en mi puta vida he visto un pedazo de mierda mas grande que este.
Matías Lojo y Pablo Marini, escriben, dirigen y montan el engendro, basándose en comedias ochenteras de su tierra (intuyo que la saga de “Los Bañeros”, ha podido influir lo suyo) e intentando recuperar un humor que ya no se hace, el de las, llamémoslas, “Argentinadas”. El problema, es que, aunque sea el humor que se gastan bastante localista, los “perpetradores” de esto (ellos mismos, en un intento de caer simpáticos, se autodenominada así mismo en los créditos), no tienen ni puta gracia, basándose su humor en chillar mucho y en soltar muchos insultos. Lejos de eso, poco más resulta atractivo en la cinta, si es que esto mencionado puede llegar a serlo.
Pero no es el hecho de tener poca gracia lo que hace que me repugne esta película. Me repugna el que utilicen chromas para crear exteriores chanantes, me repugna el asqueroso filtro que meten en toda la película, sin saber muy bien cual es el fin de este (¿Disimular que está rodada en vídeo, tal vez?... Pues ni por esas lo consiguen) y sobre todo, los chungos efectos especiales infográficos y todo el rollo de ciencia ficción barata, con su nave espacial y todo, en un afán de convertir el producto en algo bizarro y “chachi pilongi”, al gusto de las modas modernitas y demás fauna “cool”. Además, que toda esa mierda anula las primeras intenciones (o al menos las que parecen vender) de comedia desmadrada de corte “costero”.
Y sumenle, que es terrible, terrible, terrible, terriblemente aburrida.
Lo dicho; ¡que nos devuelvan el dinero!, ¡El autor!, ¡El autor!, ¡Que le corten la cabeza y nos la sirvan en bandeja de plata!.
¡Quítale la puta vídeo-cámara a ese imbecil !