
Y sí, lo conseguí, aunque me hicieron falta tres sesiones para terminarla. "Extraños" pertenece a ese nada envidiable grupo de films de efecto narcotizante, como "Scalps" o "Sábado 14"... cuesta mucho sentarse frente al televisor y no quedarse sopa. Y entonces, se preguntarán, ¿si es tan chapas por qué esa insistencia?. Pues miren, por la mentada curiosidad, por lo de las cuevas y porque, a pesar de todo, la peliculilla tiene sus buenos momentos.
Un grupo de variopintos individuos se adentra en una vieja mina para descubrir si todavía hay oro que extraer. En el periplo, un monstruo que parece un cruce entre una polla (aunque hay quien dice un coño), un gusano y un pulpo, se lo hará pasar canutas.
El caso es que la ambientación no está mal (algunas secuencias son decorados, y la piedra es un evidente papel de embalar arrugado), juegan mucho con la oscuridad, las luces de las linternas y las bengalas y el bicho está parido mediante la técnica del stop-motion, lo que le confiere un algo especial. Incluso tenemos un poquito de gore y una buena ración de asquerosidades, con muchos líquidos y materia pringosa. Pero claro, el ritmo es criminalmente lento, cuando no hay monstruo, nada logra despertar nuestro interés (ni las robustas tetas de la rubia) y hay un personaje, un escritor que quiere documentar el descenso, absolutamente odioso y cansino. Es una penita, porque la peli tenía su coña.
Pero, como digo, "Extraños" aburre hasta las cabras... así que, o te la tomas como una curiosidad, o mejor ponte otra cosa.