Vuelvo con otro manga de terror del mismo autor que el anterior que comente, Hideshi Hino. En el propio tomo, también de La Cúpula, indican lo siguiente: “Junto a Suehiro Maruo, uno de los maestros del manga de terror”. Sera porque me leí antes alguna de las obras de Maruo (aquí) pero cuando a este lo considero un autor de terror, horror e historias “malrolleras”, a Hino lo veo más como un autor de suspense con pequeñas pinceladas de terror. Poniendo como ejemplo las calificaciones por edad de las películas, Hino sería un “No recomendado a menores de 15 años” y Maruo un +18 y ojito que las cosas que hace son fuertes. Con esto no quiero que penséis que menosprecio a Hino, al revés, sus historias son más accesibles, y aunque con toques desagradables, no llega a revolverte las tripas como las de Maruo.
El Niño Gusano es una de las obras más conocidas de su autor, asi que no podía perdérmela. Sin saber nada más que el titulo, y que el propio autor ya declaro en una entrevista que su primera inspiración era la Metamorfosis de Kafka, ya os hacéis una idea de por dónde va el argumento.
Sampei Hinomoto es un niño feo, torpe y desgarbado. En el colegio los matones le acosan, sus compañeros tampoco le hacen caso y las niñas le consideran asqueroso. Tampoco en casa la situación es distinta. Sus padres solo tienen ojos para sus dos hermanos mayores, y estos en plena edad del pavo, no se preocupan lo mas mínimo por su hermano menor.
A Sampei siempre le han gustado los bichos y los animales. Por esta razón se construye un refugio en un vertedero donde guarda y alimenta a miles de bichos como gusanos, serpientes, perros, gatos, ratas….. Los animales no le dan importancia al aspecto de Sampei, y como además les alimenta, son sus únicos amigos. El ultimo día de clase Sampei va feliz para casa, no por sus notas que sabe son muy malas y por lo tanto lo van a castigar, pero tiene por delante las vacaciones para pasarlas en su refugio con sus animales. Poco dura la alegría en la casa del pobre (en este caso del chico raro) ya que la bronca que le cae por suspender es de órdago. Cuando sube a su habitación siente un gran dolor en el estomago que le acaba haciendo vomitar. Entre su vomito hay una oruga de color rojizo con varios pinchos. Asombrado por lo que acaba de expulsar, Sampei se decide a inspeccionar al bicho cuando este le pica con los aguijones de la cola. El niño empieza sentir mucho dolor y acaba desmayándose. Cuando se despierta está en su cama y no hay rastro ni del vomito ni de la oruga roja. Sampei sigue enfermo, así que sus padres llaman al médico, quien no sabe que es lo que le puede ocurrir al niño. Primero se le pudren y caen los dedos de la mano donde le pico la oruga, luego los brazos y finalmente las piernas. Sampei es ahora un tronco humano y poco más. Su carne sigue pudriéndose, empieza a oler mal, y su familia se hace a la idea de que poco tiempo de vida le queda al menor de la casa. Pero en vez de morir, una mañana Sampei se despierta lleno de energía y sin ningún dolor, su antiguo cuerpo no es más que un capullo vacio y él se ha convertido en una oruga del tamaño de un niño. Desgraciadamente no puede hablar, y al verlo su familia lo primero que piensan es en matarlo. La hermana de Sampei lo reconoce así que le dejan con vida y le alimentan con sobras, hasta que un día deciden envenenarlo. Así lo hacen y cuando piensan que ya ha muerto lo entierran en el jardín. Lo que no saben es que Sampei sigue vivo. Al descubrir que su familia no le echa de menos (y de que le han intentado matar) decide volver a su refugio con sus animales, pero estos no le reconocen ya que ahora es un bicho venenoso, y es que Sampei se ha convertido en el mismo tipo de bicho que le pico.
El niño gusano se retira a vivir en las cloacas y con el paso del tiempo pierde todo rastro de humanidad. Entonces comieza a matar personas, empezando por los matones del colegio y con todo aquel que le maltrato siendo un niño.
El manga se lee muy rápido, no es muy extenso y la historia es ligera. No hay terror puro en el, aunque creo que es debido a que la historia la vemos todo el rato desde el punto de vista del protagonista y no de las victimas como suele ser en las películas de este género. El dibujo es clásico, recordando por momentos a los personajes de Osamu Tezuka con narizones. Todo muy limpio y sin recargos innecesarios. Definitivamente me gusta lo que hace el Sr. Hino. Merece la pena.