martes, 3 de julio de 2012

SESSION 9

La primera vez que vi "Session 9" fue en el Festival de Sitges. No tenía ni idea de a qué me enfrentaba, y me gustó, me impactó. Compré el dvd y desde entonces la habré visto unas cuantas veces más. Incluso se la he puesto a alguna ex esperando que la disfrutara tanto como yo. Aunque "Session 9" no siempre funciona, es de esas películas que te tiene que pillar en el momento adecuado. La penúltima vez me resultó un poco más pesada, sin embargo, ayer noche, la última de momento, fue a través de un inesperado pase en la televisión y me entró cojonudamente bien, puede que incluso mejor de lo que lo hizo la primera vez, en Sitges. ¿Por qué pasa eso?, seguramente porque "Session 9" sea, ante todo, una película de atmósfera, pura y dura, que se toma su lógico y necesario tiempo, un paso este ineludible y obligado si quieres que el público se empape de sus sensaciones. A veces funciona mejor, a veces peor, pero cuando lo hace, es tremendo. Ayer, por un momento, me dije "Joder, yo que rajo tanto de los 90, y había olvidado lo cojonuda que es "Session 9"". Suerte que, esta mañana, he rectificado al descubrir que se parió el año 2001, lo que prueba que en el nuevo siglo se volvieron a hacer buenas películas, tras la sequía de los mediocres 90.
Un grupo de currelas es contratado para limpiar las corroídas estancias de un imponente manicomio abandonado. Pronto, comenzarán a surgir asperezas entre ellos, incrementadas por el extraño comportamiento del patrón y el descubrimiento de nueve (yeah!) cintas que contienen la entrevista con un escalofriante paciente y que obsesionan a uno de los trabajadores. Algo se oculta en el manicomio... pero ¿qué?.
¿Por dónde empiezo?. Existe una palabra en inglés ideal para describir "Session 9", pero que aquí no tiene una traducción adecuada, y es "creepy". Nosotros podríamos decir macabra, angustiosa... pero sobre todo inquietante. A pesar de su reparto realmente cojonudo (David Caruso, Stephen Gevedon, Paul Guilfoyle, Josh Lucas, Peter Mullan y un papelillo para el actor/director Larry Fessenden. La demostración definitiva de que, lo único que necesitas para que una peli de miedo funcione, son buenas interpretaciones. No hay ninguna mujer en un papel relevante, ¿por qué?, sencillamente porque no hacen falta en esta historia), el auténtico protagonista es el fabulosamente siniestro manicomio abandonado, totalmente real y que necesitó de muy pocos retoques posteriores por parte del decorador. De ahí que "Session 9" fuera una de las primeras películas "oficiales" rodada en vídeo de alta definición. Ti West, cuando hizo "The Roost", dijo que la filmaba en 16mm porque era el único modo de recrearse en la oscuridad como algo tenebroso y misterioso. Estoy de acuerdo a medias. El vídeo, que no necesita de excesivas alteraciones lumínicas para funcionar correctamente, es el formato ideal para rodar a oscuras y que no parezca artificial. Cientos de pelis del palo "found footage" lo demuestran. La estética visual de "Session 9" es fabulosa y aporta mucho a su atmósfera. Al ser tan clara y cristalina, le da un rollo que funciona muy bien, especialmente en las secuencias situadas en los más siniestros recovecos del lugar. 
También resulta brillante el montaje. Hay secuencias que realmente funcionan como un reloj gracias a la combinación de planos y sonido (esto segundo es esencial en toda buena muestra de cine de terror, y aquí se lo curran mogollón). Y os diré algo, no soy para nada un obseso de la versión original, pero "Session 9", en su idioma real y subtítulos, gana muchísimo. Primero porque encaja con la naturalidad de los actores, y segundo, porque las famosas cintas que escucha uno de los protagonistas en v.o. son genuinamente terroríficas gracias a esas voces graves repletas de imprevisibles silencios y cambios de tono, acordes a la esquizofrénica personalidad del entrevistado. De cagarse!.
Todavía existe gente que te suelta aquello de "Ya no se hacen pelis de miedo de verdad". Sí se hacen, y se han hecho, "Session 9" es EXACTAMENTE eso. Una peli de miedo, que da miedo y encima está cojonudamente parida a todos los niveles. Ayer noche tuve un buen puñado de escalofríos viéndola. Tal vez el desenlace sea su único punto flojo, pero no importa mucho, porque sigue siendo bueno. De por medio, hay un montón de material para el recuerdo -y el acojoncio- como la visita nocturna que uno de los empleados hace al manicomio y sus terribles consecuencias (¡esas palomas y esa silueta negra!, ¡¡uuughh!!), el paseo que David Caruso se marca linterna en mano por un aterrador y lúgubre pasillo, el niñato jevi -y su nictofobia- huyendo del imparable apagón de las luces, los inquietantes diálogos que el "malo" se marca consigo mismo, la imagen de este con el uniforme de trabajo teñido de sangre..... y la música, la brillante banda sonora IDEAL para una peli como esta y que acentúa muchas de las secuencias más terroríficas, además de contribuir a la intranquilidad general.
Un gran gran trabajo de Brad Anderson, tan grande, que nunca ha sabido estar a la altura de nuevo. Sus siguientes aportaciones se mueven entre lo potable ("El maquinista") y lo muy muy mediocre ("Transsiberian"), aunque con puntuales destellos de inspiración. "Session 9" es su obra maestra, una película genuinamente de miedo, genuinamente inquietante, de pura atmósfera y altamente recomendable.