miércoles, 3 de julio de 2013

S.O.S. INVASION

Andaba yo con la mosca detrás de la oreja con esta película, porque había oído decir que dentro de los películos que entran en la categoría “tan malas que son buenas”, era una a tener en cuenta. Y tras verla, llego a la conclusión de que no distinguen, porque “S.O.S Invasión”, efectivamente es tan mala que asusta… pero jamás llega a ser divertida, ni tan delirante como para provocar solaz en el espectador. Entraría directamente dentro de la categoría “malas que hacen falta un par de cojones para acabar de ver”. Así que olvídense de cualquier reivindicación de esta peli como chanante. Las cosas de las que podíamos hacer chufla, ni siquiera están tan mal hechas para reírnos, al menos, a mandíbula batiente. Es de esas que si no las ves, no pasa absolutamente nada.
¿Y que es lo más destacable de la ella? Pues que se trata de una peli de extraterrestres y platillos volantes que no hacen acto de presencia en ningún momento, de argumento enrevesado y sin gracia, que debido a una mala dirección y un mal montaje, cuesta seguir, donde cuando aparece el interior del platillo espacial, este se resuelve a base de discoteca, y donde a falta de decorados, se montan una oficina del Sr. Comisario con pared blanca, mesa de madera y cartelito con el nombre impreso en cartón y rotulador que, en este caso si, te mueres de risa. ¡Ojo! Pero solo en ese plano… el resto está hecho con tanta desgana, que no provoca en el espectador absolutamente NADA, así que como ya digo, afirmar que esta peli es guay por mala -que hay quien lo dice- no es más que confundir velocidad con el tocino y el acto de encontrar elementos para justificar su poca valía como algo jocoso, es demasiado rebuscado.
Ahora, valorarla de mala, espantosa, infame, que verla es un suplicio, eso sí se puede. Se trata de cine malo de verdad, del que no hace gracia, del que aburre a las vacas. Ahí si, ahí esta mierda tiene ganado un lugar en el cielo. Y en realidad, son estas películas malas de las que yo disfruto (esto también podría ser un esnobismo, pero créanme, si lo es, no es de manera voluntaria ¡Ja!). No obstante, “S.O.S Invasión”, me ha horrorizado. Es, sencillamente, inaguantable.
Una muchachita muy apañada ella, acude a ver a su tío para contarle lo que le ha sucedido en los últimos días. Esta se enamora de un doctor al que, si mal no recuerdo (porque es tan mala que centrar la atención en ella, es toda una proeza), se le ha muerto la mujer. Se van al Algarbe (Piochogol) de vacances, y allí, el doctor comienza  a ver por los sitios por los que anda, a su mujer viva. Llega a pensar que se trata de alucinaciones, pero no: son extraterrestres, que han bajado a la tierra en su platillo volante (que sabemos que está ahí porque hace ruido y porque se le nombra, no porque lo veamos) y le envían robots de forma humanoide, para no se qué cojones.
Nada, un bodriete sesentero protagonizado por un jovencito e imberbe Jack Taylor, cargado de imágenes “pop” muy de aquélla época, de la que saco en claro que los planos que dan inicio a la película con la cámara recorriendo el paseo de Extremadura  en coche, intuyo que desde Mostoles o Alcorcón, pasando por Plaza de España, como madrileño de extrarradio que gusta de reconocer sus zonas en la pantalla, me parecen entrañables y cojonudos. El resto, poco más que una basura de mierda.
Dirige Silvio F. Balbuena, que váyase usted a saber de dónde cojones sale este caballero. En su haber, dos o tres películas para mí desconocidas. Pero claro, es que yo soy un ignorante.