miércoles, 2 de julio de 2008

PALÍNDROMOS

Todd Solondz es el chico malo del llamado "cine indie". La oveja negra entre los gafapastas. Y no porque lleve una vida extrema repleta de abusos, cual estrella del rock (sinónimo de idiota), sino por sus películas, todas ellas altamente crudas, feístas, deprimentes y bastante provocadoras. Puede que algunos le recordéis por "Happiness", su film más conocido y el que le hizo popular, la historia de un pederasta contada de forma honesta (como dijo él mismo) y que, a pesar de un buen montón de grandes ideas (y grandes actores), acaba resultando bastante aburrida.
Justamente por eso temía echar un vistazo a este "Palíndromos", su obra más reciente, y tras mucho dudar ayer noche me la puse llevándome una grata sorpresa. "Palíndromos" es mejor película que "Happiness", para mi sí, porque tiene todo lo que hacía especial a aquella, pero al mismo tiempo entretiene bastante más.
El film narra la historia de una niña obsesionada con tener hijos. Se queda preñada siendo muy jovencita y sus padres la obligan a abortar, por lo que escapa de casa. Sus consiguientes desventuras llenan un metraje que se mueve entre la extrema crueldad y mala baba, y la más oligofrénica inocencia. Es especialmente memorable el momento en que la prota, que responde al nombre de Aviva (efectivamente, un palíndromo), aterriza en un albergue de niños discapacitados conducido por un par de fundamentalistas cristianos. Aquí, francamente, no sabes cómo tomarte lo que ves, ¿una exaltación de la inocencia, o la explotación del ridículo que en algunos momentos rozan los mentados niños discapacitados?, o soy un tipo muy cabrón, o Solondz sabe como manipular a su audiencia. Los momentos de júbilo en nombre de Jesús, en los que todos sonríen en riguroso orden, tal como si fuera una sitcom, o los números musicales de gospel cutre-salchichero son, sinceramente, alucinantes. Naturalmente, y viniendo del director de "Happiness", nunca hay sitio para la esperanza. Los mentados fundamentalistas cristianos mandan a un asesino para matar a un médico abortista, y el tipo que aprieta el gatillo es un pobre lerdo cuarentón que, previamente, se ha follado a la ingenua (o no tanto) Aviva, en secuencias que me sorprende no hayan levantado más polvareda.
Uno de los aspectos más interesantes del film, es que a la protagonista la interpretan varias actrices distintas, o muy distintas (de raza, altura o grosor) y en una ocasión, y durante meros 10 minutos, tiene el rostro de Jennifer Jason Leigh. Como dato curioso, mencionar que el actor que pone rostro a su padre, Richard Masur, salía en "La Cosa".
El desenlace es especialmente cruel, pues a su protagonista puede parecerle optimista, pero el espectador tiene los suficientes datos para saber que no. Todo ello contado “a lo Solondz”, sin prisas, echando mano de cierto minimalismo y con mucha sobriedad en el terreno estético.
Puro cine indie, pero del bueno, del que arriesga, del que rompe.