De oca a oca y tiro porque me toca. De una peli de violaciones y venganzas ("Coto de Caza", of course) a otra de violaciones y venganzas, "Trampa para un violador".
Ruggero ("Holocausto Caníbal") Deodato es el director de esta peli característicamente Italiana y muy propia de su año de realización, 1980, justo en ese punto entre los residuos del extremismo sucio de los 70 y el extremismo limpio de los 80. Hoy día no podría hacerse un film de este estilo, y de hacerse, o iría a parar a las salas de arte y ensayo, como "Irreversible", o a los estantes del video-club más especializado (de ser así, la hubiesen rodado en vídeo los gorefans de turno). Es el típico film que los habituales de imdb califican de desagradable, extremo, misántropo, pervertido, ofensivo y misógino. ¿Tienen razón?... hombre, mientras lo veía no era totalmente consciente de ello, pero pensando friamente, algo de todo eso hay. Las que más se picarán serán las feministas, ya que la pieza presenta a víctimas de violaciones que parecen acabar "disfrutando" de lo que les toca... en esencia, mujeres muy sumisas. No se si es algo que está bien o no (oiga, hablamos de ficción), pero cualquier film que ofenda a una feminista, ya me cae en gracia.
El carismático David Hess (el Krueger de "La última casa a la izquierda", que aunque hasta cierto punto viene a ser la inspiración de la peli comentada -internacionalmente se la conoce como "The house on the edge of the park"-, tampoco se parece TANTO) interpreta a un sádico y enfermo sexual cuya afición es parar a las jovencitas que van en sus bugas, y asaltarlas tal cual, violándolas. El tipo tiene un amigo algo retrasado, otro clásico del cine de género Italiano, Giovanni Lombardo Radice (le cortaban la picha en "Caníbal Feroz" y le atravesaban la cabeza con un taladro en "Miedo en la ciudad de los muertos vivientes"... bonito curriculum). Los dos curran en un garaje, y una noche se presenta una pareja de pijos que van a una fiesta privada. Hess, que tiene mucho morro (y va vestido de Travolta) se autoinvita y todos acaban en una elegante casa de la zona alta.
Una vez allí, los dos colgados serán tomados a guasa por los invitados de alto standing... tanto es así que, llegado su momento, Hess se mosquea, saca una navaja de afeitar del bolsillo y comienza a armarla. El final es sorpresa... pero lo es más si ves la peli en cualquier otro país antes que en este, el nuestro.
Lo que aquí tienes son 90 minutos de humillaciones sexuales y violencia, tampoco muy exagerada (los que esperen gore, que se lo piensen dos veces). David Hess interpreta (con bastante salero) a un psycho-killer incluso por el que sientes cierta empatía, ya que en realidad se está tomando la revancha, aunque sea un hijoputa y el desenlace te haga ver que ibas algo desencaminado en tus apreciaciones. Pero es que en "Trampa para un violador" absolutamente todos los personajes, víctimas o no, son negativos y cabrones (y ahí entra la misantropía de la que hablaba). No es una peli cómoda de ver, pero tampoco traumatiza. Tendréis tetas a tutiplen, sobre todo el amigo Hess, que se pone las botas.... pero si las gozáis a lo mejor es que no tenéis el cerebelo en todas las condiciones que debería.